CAPÍTULO: 26

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LUKÁS

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LUKÁS

Después de acabar mi último trabajo para una de las asignaturas del máster online de Estudios Avanzados en Literatura Española e Hispanoamericana, decido que es un buen momento para tomar una ducha. Necesito despejarme tras tres horas de dura investigación.

Una vez en el cuarto de baño, me comienzo a desvestir, dejando mi ropa plegada sobre la pila del lavabo. Me coloco de pie sobre el plato de la ducha, sintiendo como el frío de su material asciende bajo mis pies hasta la espalda, provocándome un leve temblor. Abro el grifo del agua caliente y dejo que transcurran varios minutos hasta que el agua alcanza la temperatura idónea para mí. Me deleito debajo de la humeante cortina de agua, dejando que se abra paso sobre mi piel, liberando toda la tensión acumulada en mis músculos. Me permito no pensar en nada, salvo en ella. Dejé de reprimir la tentación de hacerlo desde que me subí a aquel maldito avión con destino a mi hogar natal.

El aroma y la suavidad de su piel se adhieren a la mía como si hablásemos de la misma persona, unidos en un solo cuerpo. Vierto un poco de gel entre mis manos y lo aplico por todo mi cuerpo, empezando por los brazos, percatándome del recorrido que dibujan las diminutas gotas de agua que se deslizan por mis piernas y abdomen. Paso las manos por mi cabello húmedo, soltando una bocanada de aire al recordar el sabor de sus labios sobre los míos, la reacción de su cuerpo bajo mis caricias, las delicadas curvas de su cintura, sus clavículas marcadas. Si me concentro, puedo escuchar el acelerado ritmo de su respiración, reviviéndolo de una forma tan real que me obligo a abrir los ojos para asegurarme de que todo es fruto de mi imaginación.

Otorgar a mi mente el frágil permiso de jugar con la figura de Lola a su antojo hace que mi ducha matutina se prolongue más tiempo del previsto.

Veinte minutos después, cierro el grifo del agua y me cubro con una toalla de cintura para abajo. Termino de secar mi torso con una toalla más pequeña y me vuelvo a vestir con la ropa que he dejado preparada con antelación; unos ajustados pantalones de chándal grises y una cómoda camiseta de color granate. Limpio con rapidez la mampara de la ducha y abandono la habitación para sentarme de nuevo en la silla de mi escritorio.

Hoy por la tarde, Lola y su madre acudirán a su cita médica de esta semana. No he querido incomodarle avasallándole a mensajes, ya que, conociéndola como lo hago, estará realmente nerviosa y preocupada. Así que, me he tomado la simple modestia de escribirle un mensaje mostrándole mi apoyo, esperando que las próximas noticias sean favorables y esperanzadoras. Después de enviarlo, me he deshecho de mi teléfono para evitar posibles distracciones.

Disfruté de aquel beso en la azotea, lo disfruté mucho. Y sé que ella también lo hizo. Ni siquiera me he planteado la estupidez de querer borrarlo de mi mente, no fue un error. Hacer algo que deseas no puede serlo. Y, si lo fue, ha sido el mejor error de mi vida. Solo espero que ella también lo vea así, como un punto de inflexión a lo que el futuro nos puede deparar y no como un vago o tormentoso recuerdo. Lola me gusta, estaría loco de atar si no fuese así. Toda ella provoca en mí lo que nunca antes he podido experimentar con ninguna otra mujer. Tuve que dejarla ir para darme cuenta de lo conectado que me mantengo a ella. Durante dos años, ideé mil formas de olvidarla, creyendo en el placer frío del sexo de una sola noche hasta intentos de relaciones que no fueron más que eso, un propósito de querer apartarla de mi corazón, constatando que ella ya se había adueñado de él en aquella sala de cine. Ahí comenzó todo, desde el primer momento que mis ojos se encontraron con los suyos. Tras mi marcha inesperada, mi vida se convirtió en una cadena de fallos, cometía uno tras otro, buscando una felicidad falsa. Solo entregarme al arte en cuerpo y alma conseguía que pudiese evadirme de todo mí alrededor. Ahora ni siquiera esa estrategia me resulta válida porque es ella quien me sostiene. De hecho, así ha sido durante todo este tiempo, en silencio. Un silencio que no ha podido permanecer callado más tiempo dentro de mi pecho.

Su risa, la calidez de su mano enredada contra la mía, la fuerza que desencadenan sus palabras, su valentía, toda ella me transmite el poder de agarrar el presente entre mis manos y moldearlo, hacerlo mío. Es la energía que me alienta cada hora del día, el afán de disfrutar con cada centímetro de su cuerpo, el deseo de aprender de ella, con ella, la meta de convertirme en una mejor persona, crecer con y gracias a ella.

Sin apenas sopesarlo demasiado, mi cabeza desdobla su propia definición de amor mientras que la estampa de su apacible rostro perdura en mi subconsciente.

Tras muchas batallas lidiadas contra páginas desnudas, es el perenne recuerdo del marrón intenso de sus ojos el que me guía, sumergido en la idea de lo que se ha convertido en mi nuevo proyecto.

Ha llegado la hora de volver a escribir. 







No sé por qué me planifico unos días para actualizar los capítulos si, al final, no me puedo resistir y los subo antes JAJAJAJA 😂😂 pero bueeeeeeeeeeeeno 

¿CÓMO ESTÁIS BONICOS? Os traigo un capítulo cortito pero para compensaros, esta noche subiré el siguiente que es bastante más extenso y MUY importante ❤❤❤❤

Además, esta noche será cuando os desvele el nombre de la protagonista de el segundo libro de esta saga. CHAN CHAN CHAAAAAAAN 🙊🙊🙊

Espero que os guste mucho este capítulo, dejadme ⭐ para saberlo y contadme: ¿Qué creéis que puede ser la nueva idea de Lukás para escribir?

Quiero dedicarle este capítulo a una persona que, con cada comentario, es capaz de sacarme una sonrisa enorme y que no pone frenos a su amor por Lukás, lo cual, aún consigue que me encante más. Eres única angelicaruizdiaz

UN BESO MUY MUY FUERTE Y...NOS VEMOS ESTA NOCHE ❤😍

María


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OXITOCINA (EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora