CAPÍTULO: 20

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LOLA

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LOLA

—¡Es imposible estudiar todo esto!

Es la cuarta vez, si no recuerdo mal, que Gala se queja por el temario a estudiar para su próximo examen. La prueba es dentro de tres días y, por supuesto, hoy es la primera vez que Gala se sienta delante de los apuntes.

—¿Has probado alguna vez a estudiar con antelación? —Le sugiero irónica. Ella siempre ha sido de las personas que guardan hasta el último segundo para ponerse al día—. Digo yo, hay gente a la que le funciona.

Recibo un insulto por parte de mi amiga, quien no despega la vista de su montaña de esquemas y apuntes.

—A veces se me olvida por qué eres amiga mía.

La chica morena da por finalizada nuestra conversación enseñándome su dedo corazón. En cambio, a mi me es inevitable soltar una risa estridente mientras termino de preparar mi última creación para la carta de bebidas de la cafetería.

Hace aproximadamente un par de meses, a Nicolás se le ocurrió la idea de innovar, lo cual me produjo cierto temor pues sus ideas siempre rozan lo estrambótico. Sin embargo, tuve que tragarme mis palabras. Consideró que una buena forma de darle más vida al local y despegarnos del matutino café con leche, sería crear una nueva carta de bebidas especiales, ideadas por nosotros mismos. Mi reciente innovación consiste en una versión mejorada a mi parecer, como amante del chocolate que me considero, del típico café bombón. En primer lugar, me he permitido sustituir la pequeña y típica taza por un estiloso y alargado vaso de cristal. Después, en lugar de utilizar la leche condensada, he tomado la iniciativa de reemplazarla por chocolate blanco fundido, de forma que no sobrepase un tercio del contenido. Posteriormente, añado el café caliente, emulsionado con un leve toque de canela que contrasta al contacto con el paladar.

Antes de dar por acabado mí trabajo, termino de limpiar dos manchas en forma de gotas de color marrón oscuro que resbalan sobre el cristal del recipiente. Una vez reluciente, le ofrezco a Gala la posibilidad de catar la nueva incorporación a la carta de bebidas del Muse's. Sus ojos verdes, casi grises, me examinan con desconfianza para, después, desviar la mirada hacia el vaso, analizando el contenido sin pestañear.

—Primero insinúas que soy una vaga y ahora me usas como tu ratón de laboratorio —me cuestiona alzando una ceja, expectante. Mi respuesta no va más allá de un bufido mientras me elevo las manos hacia el techo—. Esto mejora por momentos.

—Eres insoportable cuando te lo propones.

—¡Por eso me adoras tanto!

Gala aparta sus apuntes ante mi amago de retirarle el café. La nueva expresión en su rostro, mucho más animada que con la que ha entrado a la cafetería, me indica que va a ceder a probar mi novedosa creación. Introduce una cucharilla metálica en el interior de la taza y remueve el café junto con el chocolate blanco, hasta conseguir una mezcla homogénea de tono pardusco. Agita el cubierto impactando contra el borde de la taza y lo posa sobre el pequeño platito que acompaña al recipiente transparente.

OXITOCINA (EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora