Perdón.

712 76 10
                                    

POV LUCÍA

—Vale, vale —dije rindiéndome ante mi amiga—. Volveremos para que puedas verlo por tus propios ojos.

—Podríamos organizar la despedida de soltera de Laura allí.

—Ala, mierda, no hemos hablado nada de eso.

—Ya estoy yo en ello, me están ayudando dos amigas de Silvia, no te preocupes.

—Pero tendré que ayudarte en algo.

—Sí, pero te llamaré para pedírtelo expresamente; por ahora no te preocupes, que no hace falta.

—¿Seguro?

—Seguro. ¿Cómo vas con Bea?

—Bien, no sé, esta noche vamos a ir a cenar juntas, solas; y anoche, se me fue un poco de las manos, pero aun así quiero hablar con ella.

—¿Estás segura de la decisión?

Levanté la mirada hacia la casa, al final de toda la playa; como si Beatriz estuviera allí y pudiera verla. Mi amiga, se limitaba a esperar mi respuesta.

—Sí —respondí—. La quiero, Cris. Y sé que dije que no iba a permitir de nuevo esto, pero algo me dice que, si no la perdono, me estaré equivocando.

—Yo sabes que te voy a apoyar en la decisión que tomes, pero que lo hagas porque de verdad lo sientes.

—Lo sé...

Por más que le había pedido cenar a Beatriz juntas, yo seguía dándole vueltas a lo que pasaría con nosotras. No era nada fácil para mí perdonar lo que había pasado; por mucho que Gerard la defendiera, y aunque en el fondo, sabía que había sucedido así; no perdonaba que ella no me lo hubiera dicho nada más llegar a casa.

Su rostro desencajado, la manera en la que se aferró a mí y cómo lloró descontroladamente; estaban constantemente en mi cabeza, porque eso tampoco podía ignorarlo, Beatriz se vino abajo en el instante que supo lo que había pasado.

—Te lo contaré, ya sabes que sí. —Sonreí viendo a Ángela salir de la casa—. Mañana por la mañana yo te llamo, no sufras.

—Más te vale, si no, voy y te arranco los pelos.

—Vale. Tengo que dejarte, Cris, que me están esperando.

—Pásatelo bien, zorrona.

Colgué a mi amiga en cuanto Ángela me hizo un gesto para que lo hiciera.

—Perdona, Lucía. —Negué restándole importancia—. Quería hablar contigo, si no es molestia.

—No, claro que no, ¿qué pasa?

—Es de mi hija. —Asentí intuyéndolo—. A lo mejor esto te sorprende viendo cómo nos conocimos, pero, estoy preocupada por vosotras... Bea me contó que no estáis atravesando un buen momento y me preguntaba si yo podía hacer algo.

—No, es algo nuestro.

—Estás enfadada con ella, ¿verdad? —Respiré hondo mirándola—. No me quiero meter en lo que haya hecho Bea, la conozco, pero sé que se arrepiente y tú, si estás aquí, es porque la quieres, ¿me equivoco?

—No, no se equivoca. Pero es complicado.

—Me lo imagino. Solo quería saber si es tan complicado como para no perdonarla.

—Pues no lo sé, Ángela, la verdad.

—¿Me dejas contarte una cosa?

Asentí dado que no tenía nada mejor que hacer hasta que me fuera a cambiar para ir a cenar.

Después de ti.Where stories live. Discover now