Sandra Bullock.

827 85 11
                                    

POV LUCÍA

El cine estaba en el barrio nuevo de la ciudad, a la otra punta de donde yo vivía. Había ido tres veces contadas a ese lugar, dos con Amanda y otra con Cristina, en una de sus crisis existenciales de bollera deprimida.

Y si el día que quedamos a comer estaba nerviosa, en ese momento, lo estaba todavía más. No quería cagarla otra vez, porque si lo hacía, Beatriz no iba a volver; y yo quería seguir conociéndola. Había algo en ella que quería y necesitaba saber, todo me llamaba la atención. Pero también sabía que tenía que ser inteligente, con pies de plomo y despacio.

Tenía claro que no iba a ser fácil, Beatriz estaba resultando ser una persona terriblemente inestable, y ese era el problema, nunca sabía por dónde iba a salir; y yo, quería empezar a anticiparme a esas cosas. Pero para ello tenía que conocerla más.

No me esperaba que eligiera el cine, pero supuse que quería estar un poco menos encerrada en una conversación que la pusiera entre las cuerdas.

De manera habitual ya, me estaba esperando a la entrada, con las manos en los bolsillos y espectacularmente guapa, y eso que no se había arreglado de manera extravagante; pero es que fue ahí, cuando preferí verla así; elegante, pero sin pretender darse importancia.

—Hola. —Sonreí inconscientemente al verla—. ¿Llevas mucho?

—No, lo justo para ver la cartelera.

—¿Y algo interesante?

—Estoy entre dos, así que te va a tocar elegir.

Una comedia romántica protagonizada por Sandra Bullock o una de acción coprotagonizada a partes iguales por Sylvester Stallone y Jason Statham. Lo tuve claro casi de inmediato.

—¿Seguro que quieres que elija yo?

—A mí me gustan las dos.

—Pues entonces allá donde salga Sandra, allá que voy yo.

Pudimos comprobar que la gente no era muy fan de cine, probablemente porque el precio me parecía desorbitado; o porque tampoco había una cartelera por la que decidirte o pelearte. Quizás influía que era miércoles, pleno invierno y que la gente prefería quedarse en casa.

Nada más empezar los créditos, éramos diez personas en una sala admitida para veinticinco. Era como estar en mi casa prácticamente.

—Pensaba que habíamos cogido un cubo de palomitas más grande.

—Puedo ir a comprar más —contestó.

—No, si lo digo por ti.

—¿Te gustan mucho?

—Sí.

—Entonces para ti todas.

Contestó a eso último levantando la cabeza hacia mí, mirándome; y no sé si fue porque el sonido de los tráileres la desorientó, pero estábamos demasiado cerca. Nada más girarse, yo que la estaba hablando prácticamente al oído, su respiración chocó con la mía. Yo tragué saliva y aunque intenté mirarle la boca; ella se apartó al otro lado antes de poder hacer algo.

Hice lo mismo que ella, no quería que se sintiera incómoda; pero eso no significaba que no me molestara. Lo hacía profundamente, yo quería besarla como si no hubiera un mañana, pero debía ser prudente y tener la cabeza en su sitio... Al final Bea y yo podíamos ser solo amigas.

Una hora, cuarenta minutos y tres segundos de película. Un argumento demasiado convencional, pero tampoco me importó. Una mujer que se cruza con un hombre, demasiados problemas para salir con él, pero al final deciden intentarlo... Lo de siempre en Hollywood.

Después de ti.Where stories live. Discover now