Gaby.

755 75 12
                                    

POV LUCÍA

—Gracias por venir tan rápido —dije a mis amigas cuando entraban en casa.

—Por nada, corazón.

Señalé el salón porque era donde estaba Beatriz, preparada para abrirse a mis amigas de una vez y ellas dispuestas a ayudar.

—Supongo que lo sabéis todo —susurró mi novia viendo a mis dos amigas asentir—. Pues eso que me ahorro...

—Por nosotras no tienes que preocuparte —dijo Laura sentándose a su lado—. Estamos aquí para ayudarte.

—Nos alegra mucho saber que has aceptado abrir el caso, cualquiera aguantaba a Lucía más tiempo así...

—Chicas. —Las regañé para evitarme una bronca con mi pareja—. El caso es que os he llamado porque cuatro pensamos más que dos. —Ambas asintieron atentas—. Necesitamos un abogado y, por supuesto dinero para pagarlo.

—No estáis aquí para que nos deis dinero, sino para el abogado.

—Ya me lo imagino, porque de las tres, la que más tiene es Lucía —contestó Laura—. ¿Qué habéis pensado?

—Anoche hicimos una lista con varios bufetes, comparando lo que nos costaría. —Les pasé la lista—. ¿Os suena alguno?

Mis amigas revisaron los nombres un par de veces, pero negaron con la cabeza.

—¿Cuánto dinero queréis conseguir?

—Lo que cueste pagarlo... —contesté—. Yo tengo unos dos mil euros y Bea poco más de quinientos.

—¿Has hablado con tus padres?

—Bea no quiere que los meta en esto.

—¿Y los tuyos? —preguntó Cristina mirando a mi novia.

—Descartadísimos.

—O sea, necesitamos dinero para pagar un abogado en condiciones, ¿no? —Yo asentí ante la recapitulación de Cristina—. Imagino que no queréis cualquier abogado.

—Gus es poderoso, si queremos hacer algo, tiene que ser un buen abogado —dijo Beatriz sintiéndose un poco más cómoda con la conversación y con mis amigas—. De lo contrario, no solo no haríamos nada, sino que estaríamos prácticamente muertas. Es capaz de dejarnos sin nada.

—¿A ti también? —preguntó mi amiga mirándome.

—Sí... —contestó Beatriz, que al final, era quién le conocía.

—Yo tengo una idea —dijo de pronto Laura—. Pero no te va a gustar.

Eso último iba especialmente para mí, sin embargo, se ganó la atención de las tres.

—Necesitas dinero para pagar un buen abogado. Es decir, necesitas que alguien os ayude con ese dinero porque, me imagino, que pedir un crédito es algo que está descartado. —Ambas asentimos—. Pues sé quién te va a dar el dinero sin protestar... O eso espero.

—¿Quién? —pregunté.

—Gaby.

Beatriz me miró, Cristina agachó la cabeza tapándosela con las manos y yo me quedé mirando fijamente a Laura.

—Le va bien, está forrada y te lo debe.

Yo me levanté pensando. Laura tenía toda la razón, Gaby tenía el dinero que yo necesitaba; y no solo ella, Claudia también. Pero claro, eso suponía hacer algo que yo, no quería.

—¿Quién es Gaby? —preguntó Beatriz.

—Mi ex... —susurré dándole la espalda a las tres mirando por la ventana.

Después de ti.Kde žijí příběhy. Začni objevovat