𝟯𝟬

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Anna evitó mirar hacia la omega frente a ella.

En la nota había escrito que se reunieran para el almuerzo en la terraza, después de haber pasado unas horas detrás de su escritorio en su estudio, Anna le habló a Kai para mencionarle sus planes con la princesa. Nuevamente recibió miradas sorprendidas de más de un sirviente, pero no hizo caso a eso.

Esperó pacientemente los primeros diez minutos a la niña, sabía que podía ser una tonta que seguramente se perdería en los pasillos sin compañía. Pero cuando pasaron los veinte minutos, Anna estaba de mal humor. Y finalmente para que la princesa entrará treinta minutos después de la hora citada con una encantadora sonrisa, Anna tuvo que responder con una sonrisa también aunque tuvo ganas de gritarle por su tardanza.

Y todo procedió a ser tranquilo, Anna no había hablado más que para saludar, la omega se mantuvo en silencio mientras comía. Anna se hubiera calmado por tenerle frente a ella, pero en ese momento parecía haber una inexplicable tensión en el aire. O por alguna razón Anna sintió todo más incómodo.

No estaba segura si era aquella sonrisa dulce en los labios de la princesa que obtenía sin razón o eran las nerviosas sirvientas que le rodeaban. Anna permaneció con su atención en sus alimentos aunque estuviera comenzando a sudar de las manos por la ansiedad.

¿Por qué me está mirando así?

Esperaba también que el calor que sentía en las mejillas fuera solamente mental. Anna se removió incómoda en su silla una vez más. No se ponía nerviosa por omegas, eran omegas. Solamente indefensas e irritables, no eran amenazas para nada. ¿Por qué estaba actuando como una tonta ante la atenta mirada de la princesa?

Odió esa extraña sensación en su estómago, quería devolver lo que recién comía.

Cuando las sirvientas se movieron para retirar los platos, Anna se sacudió los nervios. Era la reina, no se estaba derrumbando por una niña insoportable.

Finalmente se quedaron a solas, Anna observó a su alrededor, encontrándose solamente con sus escoltas, ambos se mantuvieron a una distancia considerable sin prestar atención a lo que sucedía con la omega. Y no sucedía nada, Anna solo le miró sin saber como seguir.


—No sonrías como una tonta —no parecía lo más inteligente a decir para comenzar una conversación agradable, pero fue lo primero que llegó a su mente.


La omega echó la cabeza hacia un lado, mirándole con confusión, la sonrisa se mantuvo en sus labios.


—No lo hago —contestó, se cruzó de brazos cuando se echó contra el respaldo de su silla.

—Lo haces —aseguró.


La princesa se relamió los labios mientras le sostenía la mirada con audacia. Anna frunció su ceño ante la repentina actitud desconcertante. No comprendía por qué estaba mirándole como si fuera el siguiente postre.

Era vergonzoso.


—¿Qué? —gruñó con fastidio, apretó sus manos a sus costados, evitando nuevamente aquel azul brillante.

—Oh, nada —canturreó la niña, Anna suspiró exasperada. Tratando de evitarla alcanzó su copa de vino—. Es solo que... no sabía que eras tan romántica como para poner rosas y notas a mi lado mientras duermo —Anna se estaba ahogando con la bebida.

—¡No hice tal cosa! —chilló con bochorno, se arrepintió al instante por haber sonado tan infantil. Ella retrocedió con la cara ardiendo de vergüenza—. Yo no hice tal cosa —repitió con más calma, ignorando la sonrisa burlona que recibió de la princesa.


𝐈 𝐖𝐀𝐒 𝐌𝐀𝐃𝐄 𝐅𝐎𝐑 𝐋𝐎𝐕𝐈𝐍ʼ 𝐘𝐎𝐔 ━━━ 𝐞𝐥𝐬𝐚𝐧𝐧𝐚Kde žijí příběhy. Začni objevovat