𝟮𝟮

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Anna contempló a la omega dormida, quien mantenía la cabeza en su pecho, su rostro, como siempre, mostraba cuán deliciosamente descansaba. Y a pesar de que le tenía enfrente, todavía no podía creer que alguien fuera así de fascinante.

Levantó su mano para acercarla al rostro de la princesa con intención de acariciar su mejilla, Anna se detuvo cuando cayó en cuenta de lo que estaba por hacer. Suspiró, golpeando su mano de vuelta a la cama.

Habían pasado cuatro días desde que el celo de la omega comenzó, finalmente terminó. Anna sintió como si la habitación se hubiera vuelto más clara cuando las feromonas de una omega caliente desaparecieron del aire. Su aroma aún estaba ahí, increíblemente dulce, pero no como antes. Su aroma se volvió tranquilizador.

Regresó su atención al rostro de la princesa cuando había pasado varios minutos mirando hacia la ventana, nada interesante por hacer, el sol apenas se levantaba. Y Anna sabía que era el momento de irse, pero no quería renunciar a la recién descubierta calidez que le brindó la omega.

Sus deberes habían sido pospuestos por demasiados días, Anna tenía que encargarse de tanto como para no dormir durante un par de días. Y lo que menos debería estar haciendo era admirar a la omega dormida.

Con mucha pena, Anna comenzó a deslizarse fuera del agarre de la niña, quien ahora parecía ver a Anna como almohada, tuvo cuidado en no despertarla, después de todo, se acababa de dormir. Luego de haber pasado horas montando a Anna con entusiasmo.

Estaba saliendo de la cama, cerrando sus pantalones cuando sintió a la omega moverse en la cama. Anna se volteó a verla, encontrándose con la princesa despierta, también mirándole. Su cabello seguía viéndose maravilloso, Anna no sabía como lograba tal cosa.


—Buenos días —habló, después de que se quedaron en silencio por un rato, mirándose sin razón. Anna buscó apartar la mirada, concentrándose en buscar ropa.


La princesa no contestó, sumió el rostro en una almohada real, Anna pudo oírla gruñir mientras se cubría con más sábanas. Sus piernas desnudas quedaban expuestas, Anna se permitió pasar la mirada por la pálida piel, sonrió un poco ante el recuerdo de haber puesto sus labios ahí.

Su sonrisa desapareció en el momento en que subió su vista al rostro de la niña, quien le miraba de forma extraña, había sacado un poco su rostro de las sábanas solamente para observar a Anna arreglándose.

Anna le dio la espalda, moviéndose hacia su armario. Necesitaba salir de ahí, encontrar a Kai para ordenarle un baño, también necesitaba aire fresco, lo necesitaba en serio.

Se había terminado de arreglar, poniéndose por últimos sus botas, Anna le dio una última mirada a la princesa que aparentemente no había parado de mirarla. Se sintió nerviosa de repente, sin saber como actuar. Había pasado los últimos días tomando la boca de la omega como si el suelo pudiera partirse al no hacerlo, ahora se sentía tímida de repente.

Sin demorarse más, Anna salió de la habitación. Ninguna se despidió de la otra, Anna respiró profundamente al estar fuera de la habitación, llevándose una mano a la frente para golpearse. Cálmate. Después de unos momentos, Anna se dispuso a encontrar a algún sirviente para que este buscara a Kai. No le gustaba que cualquiera entrara a su habitación.


—Busca a Kai —ordenó, había visto a la omega rondar por el pasillo. Anna se acercó sin hacer ruido o presentarse, por lo que la omega saltó al oírle—. Dile que la reina solicita su presencia.

—U-uhm, sí, sí, majestad —se inclinó levemente, pero sin dar un paso. Anna le miró con el ceño fruncido.

—¿Estás esperando algo más?

𝐈 𝐖𝐀𝐒 𝐌𝐀𝐃𝐄 𝐅𝐎𝐑 𝐋𝐎𝐕𝐈𝐍ʼ 𝐘𝐎𝐔 ━━━ 𝐞𝐥𝐬𝐚𝐧𝐧𝐚Where stories live. Discover now