𝟮𝟭

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—Dioses —respiró, su ceño se frunció, tratando de apartar la mirada de lo que tenía enfrente—. Jodido Cristo —gruñó cuando la menor volvió a caer con fuerza.


Había echado la cabeza hacia atrás, mirando hacia el dosel de la cama. Respiraba con dificultad, sentía su cuerpo arder; Anna volvió a gemir cuando la omega apretó sus manos en su abdomen, enterrando las uñas en su piel. Los arañazos ardieron por el sudor en su cuerpo, le había ordenado antes que no se atreviera a arañar más, pero claramente fue ignorado.

La niña volvió a levantarse, golpeando de nuevo sus caderas con un sonido obsceno saliendo de sus labios. Anna, incapaz de apartar la vista, volvió su atención a la omega jadeante sobre ella.

El cabello desordenado caía en cascada por sus hombros, cubriendo parte de su cara también; algunos mechones se le pegaron a la frente por el sudor. La omega soltó un gemido estrangulado cuando las manos de Anna se apretaron en su cintura, haciéndole moverse hacia adelante. Había marcas que la misma Anna había hecho por todo el cuerpo de la niña, Anna le contempló con fascinación.


—Nghm  —se quejó, sus piernas se apretaron a los costados de Anna—, m-más, más fuerte.


Volvió a clavar sus uñas en los músculos de su abdomen, claramente intentando sostenerse de algo. Anna soltó un gemido dolorido, pero llevó sus caderas hacia arriba, golpeando a la omega con fuerza.

La omega se retorció, soltando palabras sin sentido. Los rosados e hinchados labios de la niña se apretaron, intentando callar las súplicas que le siguieron, por eso Anna disfrutó tanto cuando volvió a enterrarse profundamente en su interior, haciéndole soltar un grito agudo.


—Ugh… haa, ah-Anna —chilló, rodando las caderas de adelante hacia atrás, Anna gruñó ante el movimiento. Esta omega va a matarme—. Mhm, más.


Moriré. La alfa ahogó un gemido cuando la omega volvió a saltar sobre ella con entusiasmo, sus pechos rebotando mientras sacudía su cabeza, solamente soltando sonidos incomprensibles, Anna le miró sin poder entender como podía existir algo tan precioso.

Parecía haber sido hecha para esto. Y lo declaró en voz alta, haciendo a la omega apretarse a su alrededor.

No había pasado desapercibido para Anna las reacciones de la niña cada vez que se expresaba en voz alta. Reaccionaba de forma tan deliciosa ante algún elogio.

Sus manos volvieron a apretarse en la cintura de la omega, inmovilizando su cuerpo, escuchó que comenzaba a protestar cuando Anna empezó con fuertes empujes de sus caderas. La sintió temblar, abrió la boca para tomar aire, Anna se deleitó más con la manera en que se sacudió en busca de tomar algo para agarrarse.

Inhaló profundamente, el aire estaba infestado del aroma de la omega; podía oler su excitación en él. Fue como la primera vez que lo saboreó. La esencia de fresas con frambuesas en un invierno frío, parecido a entrar a un bosque en una mañana fresca entre montones de arbustos de bayas. Anna respiró, llenándose de las feromonas de la omega que le rodeaban. Su cara se arrugó ante el olor tan empalagoso.

Cuando los sonidos de la omega se volvieron más altos, más agudos, más ahogados, Anna supo que estaba cerca. Además de que su interior se volvió más apretado, la omega le tomaba tan bien que Anna casi se volvió delirante. Su interior tan cálido, apretado, húmedo; se estiró para recibirle más y más, hasta que su nudo estuvo dentro. Hasta que la omega lloriqueó que fue demasiado. Deslizó una de sus manos hacia su centro, frotando su pulgar en su clítoris, la omega chilló, empujando sus caderas contra la mano de Anna.


—Sí —joder, Anna gruñó, apretando con sus dedos la delicada cintura de la omega para hacerla rebotar sobre ella, golpeando aquel punto que le hacía lloriquear—. Ven por mí, omega.


𝐈 𝐖𝐀𝐒 𝐌𝐀𝐃𝐄 𝐅𝐎𝐑 𝐋𝐎𝐕𝐈𝐍ʼ 𝐘𝐎𝐔 ━━━ 𝐞𝐥𝐬𝐚𝐧𝐧𝐚Where stories live. Discover now