𝐈 𝐖𝐀𝐒 𝐌𝐀𝐃𝐄 𝐅𝐎𝐑 𝐋𝐎𝐕𝐈𝐍ʼ 𝐘𝐎𝐔 ━━━ 𝐞𝐥𝐬𝐚𝐧𝐧𝐚

𝟰

Se escandalizó por unos momentos, mirando a la princesa reír en compañía de otro príncipe. Anna frunció el ceño, reconociendo al hombre como omega también.

Anna aún no podía creer que había encontrado a la omega de antes. Y nada más ni nada menos que en ese lugar. El hecho de que fuera una princesa no le tomó por sorpresa, Anna por supuesto lo sabía, o ella lo sintió. Con esa forma tan elegante, tan celestial, con su belleza solamente podía ser de la realeza. Anna suspiró, mirando por milésima vez en dirección a la omega.

No sabía ni como acercarse, después de aquella noche, la huida de la omega le puso en claro que no quería saber nada más. Anna debía aceptarlo.

Anna se había aprovechado de una omega en celo. Ella había hecho terrible. Y ahora la encontraba en ese lugar. Princesa de Corona, su cabeza estaba dando vueltas nuevamente.

Se sintió mareada de repente, lo había sentido antes, entrecerró sus ojos, llevando sus dedos a sus sienes para tratar de mantener su actitud. Su nariz captó aquel aroma dulce.

Ella levantó la vista de inmediato, encontrándose con la sonrisa del rey de Corona a unos pasos de ella. Detrás de él, la princesa.

Elsa, Anna ahora sabía el nombre de la omega.

—Oh, princesa Anna —el hombre saludó con alegría. Anna frunció su ceño un momento, pero devolvió la sonrisa siendo cortes—, mírate. Estás tan crecida.

—¿Oh? —ella permitió que su confusión se mostrara. Pero su padre llegó para salvarla.

—Agnarr —su padre saludó en reconocimiento. Moviéndose para hablar al rey de Corona—, Anna, el rey Agnarr de Corona —presentó formalmente—, Agnarr, la princesa Anna de Arendelle.

Los ojos de Anna brillaron cuando se encontraron con la mirada curiosa de la omega rubia.

—Tal vez no lo recuerdes —su padre inició, con una sonrisa cálida mientras abrazaba amistosamente al otro rey. Anna nunca lo vio así—, pero el rey Agnarr y la reina Iduna te cargaron en brazos desde muy pequeña.

Por supuesto que no lo recordaba. Ella apenas recordaba lo que había tomado como almuerzo ese día.

—Y he escuchado mucho de ti —señaló el rey de Corona con admiración, Anna se sorprendió—, es un placer, princesa Anna.

—Oh, el placer es mío —ella hizo una pequeña reverencia, mirando aún más a la omega. No pasó desapercibido el interés de Anna para ninguno de los dos hombres.

—Ella debe ser Elsa —Anna miró a su padre, quien mostraba una alegra sonrisa en su rostro. Anna le miró con sospecha antes de dirigirse hacia la niña.

—Princesa de Corona —el alfa rubio agregó, haciendo que su hija se moviera al frente para presentarla correctamente.

—Bienvenidos a Corona —la celestial voz de la omega le llevó nuevamente a aquella alcoba en su barco, notó el ligero sonrojo en las mejillas de la niña. Anna simplemente no podía apartar la vista.

Pero cuando la omega se acercó, dejándose descubrir de su padre, Anna pudo sentir el exagerado aroma de Elsa llenarla.

Frunció su ceño, mirando una vez más a la omega para después apartar la vista y cubrirse la nariz. Como si hubiera apestado de repente.

Anna se volvió hacia su padre, quién se había aclarado la garganta para llamar la atención de la joven alfa. El hombre le miró con desaprobación, señalando hacia el frente. El rey y la princesa de Corona le miraron con curiosidad.