Teacher ➵ j.b

dieciocho

N/A: Hola. Hago esta nota porque he visto que hay muchas lectoras fantasmas. Sé que no estoy en posición de pedirlo porque por falta de tiempo tardo mucho en actualizar, pero cuando lo hago trato de que sea un capítulo de su agrado. Me gustaría que dejaran sus votos y comentaran qué les parece la historia o cualquier crítica constructiva. Solo quiero saber si les gusta y saber que tengo su apoyo. Por otro lado muchas gracias a las que si dejan sus votos y comentarios, me encanta leerlas. Ahora pueden seguir con el capítulo, espero que les guste ❤

El veinticuatro de diciembre al fin había llegado y el clima navideño se podía sentir. La gente estaba por todos lados con regalos en sus manos, todas las calles estaban decoradas con bonitos adornos, los imponentes árboles ubicados en Rockefeller Center y Bryant Park ya brillaban con intensidad y lo más impresionante de todo, la ciudad ya se encontraba cubierta de nieve dándole un aspecto aún más hermoso.

Justin dejó la taza de café a un lado y se levantó del sofá que estaba pegado a la chimenea sin quitar los ojos del documento que estaba leyendo. Estaba a punto de hacer una gran inversión en una empresa de Italia que lo beneficiaría mucho.

—Estoy orgulloso de ti Bieber —se dijo a sí mismo y rió sabiendo que parecía un idiota.

Miró la hora en su reloj de oro y bufó notando que ya casi era la hora de ir a la casa de su madre. Su familia tenía la costumbre de hacer una gran reunión el veinticuatro a la noche y recibir la navidad juntos. Eso debido a que el veinticinco decidían celebrar cada unos por su lado o con otros familiares.

Justin tenía una presión en el pecho que lo estuvo molestando durante todo el dia. No era un malestar físico, sino que se encontraba abrumado por la idea de que sería la primer navidad alejado de Avalanna. Ella lo pasaría en Nueva Jersey junto a Jessica y familiares de esta última. Hasta ese momento siempre habían pasado las navidades juntos en familia y se sentía extraño celebrar solo. Él acostumbraba a despertar a su hija a los gritos anunciando que Santa Claus había llenado el árbol de regalos y los tres compartían un bonito desayuno mientras abrían los obsequios. Pero todos los bonitos recuerdos se habían ido al retrete gracias a una sola persona.

Lo positivo era que si recibiría un nuevo año con su hija. Eso era una idea que le emocionaba muchísimo a ambos.

Suspiró luego de mirar el gran árbol repleto de regalos alrededor esperando a ser abiertos por la niña que le brindaba alegría a ese departamento. Caminó hacía su habitación y, luego de asearse y vestirse, se colocó el largo tapado negro. Hacía mucho frío en el exterior.