diez

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Justin apretó sus puños a los costados al ver que Jessica estaba allí. No sólo había entrado sin permiso a su casa, sino que lo estaba acusando de algo que no era real.

—¿Qué haces aquí y cómo has entrado Jessica? —Preguntó Justin acercándose a ella.

—Responde Justin, ¿desde cuándo me estas engañando con la maestra de nuestra hija?

—Señora Crowley, él no la está engañando. Yo le he pedido para hablar porque necesitaba comentar algo sobre Avalanna —Dijo Kelsey metiéndose.

—Primero que nada, nadie te dio permiso de meterte en esta conversación. Segundo, mi apellido es Bieber. Y tercero, si quieres hablar algo sobre Avalanna nos hablas a los dos porque ambos somos sus padres —La apuntó con furia.

Justin se colocó delante de Jessica y tomó sus manos.

—Primero, se puede meter porque también la estas involucrando a ella en esto, algo que es completamente falso. Segundo, me has pedido el divorcio, por lo tanto volverás a ser Crowley —dijo Justin con algo de dolor—. Y tercero, si me llama solamente a mi es porque es algo sobre Avalanna que me incumbe sólo a mi.

—¿¡Encima la defiendes!? —Exclamó Jessica.

Kelsey caminó unos pasos hacia atrás dejándolos sólos. Se encontraba en una situación sumamente incómoda.

—¡No la estoy defendiendo Jessica, sólo estoy diciendo la verdad! —Exclamó Justin.

—La única verdad aquí es que me estas engañando con esa mujer. Por algo no me quieres hablar hace días y no vuelves a casa —los ojos de Jessica se cristalizaron—. ¿Por qué Justin?

Justin bufó y se rascó el cuello intentando soportar la situación.

—Si no quiero hablar contigo ni quiero volver a casa es porque me has acusado de algo que me ha roto el corazón —Frunció el ceño molesto.

Kelsey decidió caminar en silencio metiéndose en un pasillo oscuro. No quería escuchar esa conversación, era algo privado. Justin volteó la cabeza nuevamente hacia Jessica luego de haber visto como Kelsey desaparecía de la sala.

—Te quiero pedir perdón por eso Justin —Mencionó Jessica.

—Mañana hablaremos. Ahora no es sólo eso, sino que has entrado a mi casa sin el permiso de nadie y me has acusado de infidelidad. No es momento para hablarlo —negó con su cabeza—. ¿Dónde está Avalanna?

—La he dejado con Margaret un momento, no podía aguantar hasta mañana para hablar contigo. Pero que suerte que vine, me he encontrado con una grata sorpresa —Movió sus manos.

Justin respiró pesadamente. Odiaba que haya dejado a su hija con otra persona sólo para ir a hablar con él.

—Hablaremos mañana Jessica, no te lo diré otra vez. Ahora por favor vete de aquí —Señaló la salida.

—Claro, quieres que te deje sólo así al fin puedes follarte a esa mujer que no me llega ni a los talones —Señaló el pasillo por donde se había ido Kelsey.

—¡Basta con eso! —gritó Justin haciéndola sobresaltar y apretó su mandíbula molesto—, vete de aquí ya mismo.

Jessica apretó sus dientes y lo miró furiosa.

—Sólo déjame decirte que esa mujer no se salvará de esto —Lo apuntó y caminó a paso acelerado hacia la salida.

Una vez que desapareció de la vista de Justin, este gruñó y tiró las puntas de su cabello con rabia. Ya ni siquiera podía tener privacidad y tenía que soportar a su mujer furiosa por algo que no había sucedido. Quería esperar a estar más calmado para aclarar todo.

Teacher ➵ j.bWhere stories live. Discover now