Un encanto de suegra.

324 17 6
                                    

Ir al concierto era una idea mas que descartada. La visita de Regina los tomaba por sorpresa a ambos, aunque no ambos  estaban complacidos por la  noticia. David, como el niño mimado de mamá que había sido toda su vida, estaba feliz  por ver a su mamá; mientras que a Gabi le aterraba la idea de conocer en persona a Regina. Ella era consciente de que su suegra no tenia un buen concepto de ella, pero quería de alguna manera poder cambiarlo; ya que al fin y al cabo si quería estar bien con David, tenia que tener la aprobación de su suegra. Todos los preparativos de la visita estaban a cargo de Gabriela, ya que ella se ofreció para aliviar la carga de David que se encontraba en final de temporada. 

Regina llegaría a el apartamento a eso de las 6 de la tarde, lo que le daba todo el día a Gabriela para poder tener preparada una bienvenida que sorprendiera a su suegra. Ese día se levanto temprano, organizo el apartamento, llevo sus cosas de la habitación de invitados a la habitación de David para que Regina pudiera ocupar ese espacio, y cuando finalmente el apartamento se veía como un apartamento modelo, salio a comprar algunas cosas para tener todo listo a tiempo: flores, algunos pasabocas, una botella de vino y el infalible arroz chino. Las dotes culinarias de Gabriela eran casi inexistentes por lo que prefirió no tomar ningún riesgo. 

Mientras realizaba todas sus compras, pensó que seria buena idea comprarle una caja de dulces a su suegra; le parecía que era la mejor forma de empezar a ganarse el corazón de ella y de paso la aprobación para su relación. Unas trufas eran la mejor opción. Al finalizar todas las compras, Gabi tomo un taxi y se devolvió al apartamento. Cuando llego, ya eran las 5:35 lo que solamente le daba 25 minutos para arreglarse. Quería causar una buena impresión por lo que opto por un vestido beige de flores con un cinturón color caramelo y unos zapatos del mismo color del cinturón con un tacón mediano. Su maquillaje consistía en un poco de rubor, algo de polvos y brillo labial; y su peinado, el favorito de David: sus crespos naturales. 

Media hora después, Gabi pudo escuchar la puerta abrirse y supo que el momento ya había llegado. David y su mamá entraron con una maleta gigantesca, la cual David dejo en la habitación de invitados mientras Regina descansaba en la sala. Gabi se armo de valor y salio a saludar a su suegra. Los nervios invadían su cuerpo y su cara era el obvio reflejo de eso. Regina la miro de arriba a abajo como si la estuviera escaneando antes de saludarla o de siquiera pronunciar alguna palabra. Así como el rostro de Gabi reflejaba nervios, el de Regina reflejaba asco. David salio minutos después y con entusiasmo las presentó. Su mamá se mostró indiferente y simplemente se limito a decirle a su hijo que estaba cansada y que tenia hambre. Gabi al oír eso, corrió hacia la cocina, calentó un poco el arroz chino y lo llevo a la mesa junto con la botella de vino. 

Todos se sentaron a comer y ninguno tomo la iniciativa para poder romper el hielo de la habitación. Luego de que todos terminaron y de que Gabi llevo los platos a la cocina, Regina por fin decidió romper el hielo. 

*-Tu apartamento esta lindo, se nota que ya conseguiste una buena sirvienta para que se encargue de esto.

*-No mamá. Fue Gabi, quería que todo estuviera perfecto para cuando tu llegaras.

*-Claro y por eso me recibió con una caja de arroz chino? Por lo menos pudo haber cocinado pasta..

*-No seas tan dura, por favor.

*-Al menos sirve para limpiar, a eso se dedica?

*-No, ella es estudiante de medicina pero eso ya lo sabias.

*-Pues debería dejar la universidad y dedicarse a limpiar, al menos en eso es buena.

El portugués de Gabi no era ni medianamente bueno, pero debido al gran parecido que tiene con el español, ella pudo entender toda o al menos el 90 porciento de la conversación, la cual espiaba desde la cocina mientras lavaba los platos. No podía sentirse mas ofendida, pero seguía con su propósito de ganarse a Regina. Sacó de su bolso las trufas que había comprado y dispuesta a ganarse el corazón de su suegra, se las llevo con la sonrisa mas sincera y dulce de todas. Esperaba recibir al menos un "obrigada" de parte de su suegra, pero nada. Lo único que consiguió fue una risa burlona y un gesto de menosprecio que le arrebato las ganas por completo de seguir esforzándose para agradarle a Regina. Intento ignorar eso y simplemente volvió a su asiento, pero su suegra no le facilitaba el trabajo.

*-Chocolates? Esta niña es estúpida o que? David vine a visitarte no a volverme una ballena. Primero el arroz chino, luego los chocolates..

*-Se equivoco, perdónala.

*-Sarita nunca hubiera hecho eso.

*-Mamá por favor... se paciente.

*-Es que Sarita si sabia cuidarse, no como ella que al parecer no le importa tener un buen cuerpo o parecer una foca.

*-Mamá.. podrías ser mas moderada?

*-Cálmate, estoy segura de que no nos entiende. Con lo estúpida que veo que es, seguro le cuesta hasta hablar español.

*-No es estúpida, solo que hoy estuvo algo torpe.

*-Pues debes hacer que cambie o.. trae a Sarita de nuevo, ella es la nuera que yo me merezco.

*-Haré que cambie, tu no te preocupes.

Gabi no podía creer lo que estaba escuchando. Sabia lo niño mimado que podía llegar a ser David pero simplemente le resultaba difícil creer que no la hubiera defendido ante el trato de su mamá. Sus ojos se estaban llenando de lágrimas y antes de que perdiera el control, se excuso y se retiro de la mesa. David se sintió culpable pero no podía hacer nada, no quería disgustar a su madre. Luego de un rato, Regina y su hijo se levantaron de la mesa también y se dirigieron a sus respectivas habitaciones. Al entrar a su cuarto, vio que su novia había quedado profunda y también pudo notar su celular que estaba a punto de explotar por tantos mensajes. La curiosidad pudo mas que cualquier otra cosa, por lo que antes de apagarlo, decidió mirar los mensajes. "Donde estas? Se suponía que hoy vendrías al concierto, pero no te tomaste la molestia de aparecer. Como se te ocurre privarme del privilegio de verte?", "Te dije que serias mía y créeme escondiéndote no vas a lograr nada, vi como me mirabas y se que sientes algo por mi, deberías venir a verme en vez de esconderte", "Es por el idiota de tu novio, cierto? todavía no entiendo que haces con alguien como él cuando puedes estar con alguien como yo". David sabia perfectamente de quien venían esos mensajes, al igual que sabia perfectamente a quien quería partirle la cara.

Mi amor, minha vida.Where stories live. Discover now