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Taehyung observaba curioso como Seok Jin acomodaba las sábanas dónde dormiría a una considerable distancia de la suya.

Cada vez que recordaba las dos palabras dichas por su pareja hacía pocos momentos, no podía evitar sonreír con entusiasmo. Aún sentía lo mismo que cuando las escuchó por primera vez. Lo más impactante, debía admitir, había sido que Seok Jin pronunciara algo tan repentino y significativo para él.

Era algo que no esperaba que sucedería.

—¿Qué tanto miras? —preguntó Seok Jin, girando su cabeza un poco para ver dónde yacía el príncipe.

Taehyung le sonrió y le hizo un ademán —. Ven.

—¿A qué?

—Cuando vengas te lo digo.

—Cuando lo digas, voy.

El príncipe bufó fastidiado y se incorporó para quedar sentado en su lugar —. Quiero que me consientas.

—¿Cómo de qué? —cuestionó Seok Jin con burla, sabiendo como el muchacho se avergonzaba al tener que dar explicaciones.

—No me hagas decirlo en voz alta, Kim Seok Jin —dijo entre dientes, luego se inclinó un poco para tomar a su pareja de la manga del Hanbok y estirarlo hasta donde él estaba —. No me digas que has venido hasta acá solo para dormir tan alejado de mí, de haber sido así te hubieras quedado en tu casa, que diferencia no hay.

—Necesita su espacio, su alteza.

Este hizo un mohín con los labios y negó repetidas veces —. Estoy herido, ¿no lo ves? Eres mi pareja así que debes de cuidarme, es una orden.

Seok Jin rodó los ojos bajo la mirada acusativa del contrario, pero al final se dejó llevar y se sentó a un lado de él, notando como la sonrisa que el príncipe llevaba en su rostro se iluminaba más.

—Estás más extraño que antes —dijo Seok Jin, sintiendo como el calor subía a su rostro —. ¿Qué sucede?

—Kim Seok Jin, no tienes ni la menor idea, ¿verdad? —soltó una risa y entrelazó su mano con la del mayor —. Aquellas dos palabras que has pronunciado me tienen en las nubes. Repitelo.

—¿Qué palabras? Lo... Lo he olvidado —aseguró, sintiéndose cada vez más avergonzado por el nerviosismo que lo embarga.

—No me hagas sufrir de esta manera —dijo mientras se dejaba recostar en las sábanas de nuevo y cerraba los ojos —. Sabes de qué estoy hablando.

—Ha sido lastimado, su alteza, ¿de verdad actuará como si no hubiera pasado nada?

—Fue una herida superficial, nada de qué preocuparse. El médico la ha tratado y no duele si no la presiono. Así que ven, antes de que me arrepienta.

—Está herido, no puedo.

—¡Agh! Sí puedes.

—Kim Taehyung...

—¿Y ahora qué?

—Te amo.

Taehyung abrió sus ojos en demasía en cuanto el contrario, sin previo aviso, se inclinó para quedar sobre él y comenzar a besarlo con delicadeza. Había algo en la forma que Seok Jin lo besaba que lograba hacerlo derretirse cada vez. ¿Sería que parecía atesorar siempre el momento como si fuera la primera vez? ¿Sería por que sus manos acariciaban su rostro con tanta suavidad y ternura?

El príncipe se sentía amado, como nunca antes.

Levantó el brazo que no había sido lastimado y lo enrolló en las caderas de Seok Jin, tirando de él para reducir aquella distancia que los estaba separando. El erudito jadeó por tal movimiento y fue cuando el beso fue subiendo de intensidad. Los labios de Jin se separaron de su boca, provocando que Taehyung hiciera un mohín que desapareció en cuanto sintió los besos húmedos del contrario recorrer su mandíbula.

The Erudite; JinTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora