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—¿No crees que es muy riesgoso lo que estamos haciendo?

Preguntó Taehyung mientras le echaba un vistazo al erudito, quien parecía respirar con pesadumbre debido al miedo de ser descubierto.

Habían salido hacía unos cuantos minutos luego de que Seok Jin lo convenció de visitar el mirador. El palacio no estaba atestado de guardias, pero los pocos que estaban lucían muy atentos a cualquier tipo de movimiento extraño. Algunos caminaban de un lado a otro y otros se mantenían estáticos en las entradas de los palacios. Moverse por ahí sería una tarea muy difícil.

Taehyung debía presumir que tenía cierta facilidad en rehuír a las autoridades del palacio, pues su día a día consistía en escabullirse por ahí y salir al pueblo.Seok Jin, por el otro lado, era un primerizo en ello. Sus movimientos eran torpes y no era difícil asumir que sentía cierta culpabilidad por estar dejando a lado las reglas.

—¿Por qué no regresamos a la habitación y ya? —preguntó Taehyung, ganándose una mirada acusatoria del contrario. Jin irguió su espalda que había estado encorvando para asomarse por la pared y negó repetidas veces con la cabeza —. Podré ver el ritual después, soy paciente así que puedo esperar.

—¿Paciente? —se mofó Jin.

Taehyung no lucía nada divertido con la situación, en realidad, estaba agotado. Sus piernas dolían y el hecho de caminar se le dificultaba un poco. No estaba acostumbrado a pasar tantas horas de pie, y mucho menos estar en un lugar con tanta gente, por lo que sus energías se habían culminado.

La simple idea de tener que caminar y subir más escalones le parecía horrible.

—Anda, lo veremos luego —dijo Taehyung, tomando el brazo de Jin para poder arrastrarlo consigo, pero el chico puso resistencia, haciendo que el príncipe comenzara a exasperarse.

—Está la oportunidad ahora, ¿de verdad la va a dejar pasar por tener pereza?

Taehyung asintió.

—Pues no, ya hemos salido de sus aposentos y hemos recorrido un buen camino, así que seguiremos caminando.

—Estoy cansado —murmuró.

—¿Debería cargarlo sobre mi espalda? —preguntó, Taehyung elevó su cabeza y lo miró con los ojos bien abiertos. Tan pronto como escuchó eso, sintió el calor subirse hasta su rostro.

—¿Harías... Harías eso? —dijo, atropellando sus palabras. Seok Jin subió y bajó los hombros, luego soltó una risa.

—Ahora que lo pienso, mejor no.

Seok Jin caminó unos pasos para poder ver si los guardias estaban distraídos, pero Taehyung le dio un leve golpe en su brazo que lo hizo voltear con una mueca

—No es divertido.

—Para mí lo es.

El príncipe entrecerró los ojos —. ¿Es acaso esto un tipo de venganza por que solía molestarte tus primeras semanas en el palacio? —preguntó, Jin se mantuvo en silencio mientras arqueaba una ceja —. Debí suponerlo, qué infantil eres.

—Mire quien habla —Jin rodó los ojos, y luego le hizo una señal de que debían seguir caminando.

Taehyung, sin ganas, obedeció. Uno de los guardias de la puerta estaba conversando con otro, ignorando por completo su tarea principal. Ya estaba anocheciendo, así que eso los ponía a ambos aún más nerviosos. 

¿Qué pasaría si alguien los viera?

El príncipe heredero tragó saliva, cuidando sus pasos para no hacer ni el más ínfimo ruido. Echó un vistazo al erudito. Jin también estaba en posición de alerta y lucía igual de asustado que él.

The Erudite; JinTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora