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—Hay algo que no te he contado —mencionó Seok Jin con voz somnolienta.

Luego de ponerse de vuelta el Hanbok, observaba como Taehyung alzaba la cabeza para mirarlo.

Seok Jin se lo pensó durante un largo transcurso de tiempo. Tener que contarle al príncipe sobre el nuevo riesgo que había en el palacio le ponía de nervios. Tantos problemas se habían aglomerado ya, que temía que aquello pudiera tener repercusiones en Taehyung.

El chico ya estaba pasando por mucho.

—¿Qué pasa? —cuestionó el menor, tratando de anudar el cordón de su traje, más fallando en el intento —. Nunca puedo completar de hacer esta cosa, ¿a quién se le ocurre hacer ropa tan difícil de poner?

Seok Jin soltó una carcajada y se acercó a donde el muchacho estaba sentado, lo obligó a ponerse recto para luego tomar los listones y comenzar a anudarlos. El príncipe sonrió ladino.

—No es que sea difícil de poner —aclaró el erudito, lanzándole una mirada recriminativa —, es que nunca has intentado vestirse por tu cuenta.

—No lo necesito, para eso está el eunuco Jung.

El erudito reparó en la forma en la que el príncipe se dirigía a su amigo. Ya no era Hoseok, sino un simple eunuco. Era difícil que mencionara su nombre desde lo ocurrido en el Hangawi, y a parte podía notar la incomodidad que la simple mención de aquel sujeto le causaba. ¿No habían podido tener una charla formal sobre lo que sucedía? ¿Es que el eunuco no tenía la menor intención de explicarle el por qué de su peculiar actitud?

—¿Lo has visto? —preguntó Jin de imprevisto. Taehyung arqueó la ceja —. Me refiero al eunuco Jung. ¿No te has enterado por qué está tan raro?

—Lo veo todos los días, es mi eunuco después de todo. Pero no le he dirigido la palabra para cosas que no involucren los informes Reales —. Taehyung miró el nudo que Seok Jin le había hecho a su Hanbok y sonrió satisfecho.

—Creo que deberían hablar. Tengo la seguridad de que el eunuco puede contarte lo que sucede ahora que estás por asumir un mayor cargo.

—¿Tienes la seguridad? Pues yo no lo creo —se encogió de hombros —. Sabemos que tiene algo que ver con los asuntos del palacio interno. Sun y yo estamos seguros de que él sabe algo que nosotros no y es por eso que está actuando con tanta extrañeza. Pienso que es sobre los ministros.

—Los ministros... —repitió el erudito, pensando en lo que el muchacho acababa de decirle.

Debía admitir que, las pocas ocasiones que acompañó al príncipe heredero en los informes, notó ciertas formas de actuar correspondientes de los ministros que no le agradaron del todo. Los ministros eran, después de todo, personas con un alto poder en la toma de decisiones de Joseon. Sin embargo, ¿estarían concediendo toda la información al Rey? ¿estarían siendo entregadas cada una de las peticiones?

—Háblame sobre las peticiones —pidió Seok Jin. Taehyung ladeó la cabeza —. Has estado asistiendo a los informes, ¿verdad? Entonces debes saber cuantas cartas le han mandado al Rey sobre los asuntos del pueblo estos últimos días...

—No han sido demasiados —contestó con firmeza —. Cosas básicas como las demandas de bajar los impuestos, el apoyo a los granjeros y agricultores y... Espera, ¿por qué preguntas sobre esto de repente? ¿Tiene algún beneficio saber sobre esto?

—Si no están comunicandole toda la información a tu padre es por que quieren manchar su reputación.

Taehyung no podía comprender bien de lo que hablaba el erudito, los asuntos de gobierno eran ajenos a él —. ¿Por qué lo harían si está tan cerca de ser destituido?

The Erudite; JinTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora