𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 25: Esᴛᴏʏ ᴍᴜʏ sᴇɢᴜʀᴀ +16

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Introdujo su fría mano tocando la tibia piel de mi espalda, por debajo de la oscura blusa que llevaba puesta, un escalofrío recorrió mi columna, haciendo que por inercia entre abriera levemente mis labios aún unidos a los suyos, esto solo hizo que él intensificara el beso abriéndose paso en ella, a lo cual por supuesto que no puse resistencia, el clima era frío, pero la temperatura del cuarto llevaba un buen rato ascendiendo con prisa.

Sentí como la mano en mi espalda jugueteaba con el broche del sujetador, me pregunté si tal vez quería quitarlo, me tragué la vergüenza, ya que el deseo que tenía por él era mucho más fuerte que cualquier otra emoción que estuviera sintiendo. Con las manos temblando pero sin dudarlo las moví desde su varonil pecho por detrás de mí, buscando deshacerme de la prenda.

¿No tendría que quitarme primero la blusa?

Sí, hágamos eso.

Después de ese pequeño "diálogo" conmigo misma, coloque mi agarre en el inicio de la tela por encima de mi abdomen, sentí la mirada del mayor recorrer todo mi cuerpo, como si estuviera delineando mis escasas curvas, de sus ojos salió un rápido destello en cuanto me levanté la camisa dejando a la vista el borde de mi sostén, el que elegí al azar en la mañana, era color azúl oscuro, casi negro con algo de encaje, tal vez no era lencería para éste tipo de situaciones, pero era lindo, agradecí al cielo no haberme puesto el rosa con lunares amarillos, qué vergüenza.

Una vez me lo quité de encima, lo dejé caer al suelo, cerca de dónde estábamos e inmediatamente me lancé de nuevo a su boca, formando un beso jadeante y desesperado.

— ¿Estás segura de esto? — Preguntó tocando una de mis piernas, haciendo círculos con su pulgar en mi muslo. Me enterneció un poco el hecho que quisiera tener la seguridad que realmente quiero hacerlo antes de avanzar, qué considerado.

Asentí con las mejillas coloradas, ninguno antes que él me había mirado de esa forma, nunca había estado en sujetador frente a alguien que no fuesen mis amigas. Si de algo estaba segura al cien, era el amor que sentía, Levi tiene algo magnético que me atrae hacía él y me hace no querer separarme nunca, aún si después no podemos estar juntos como yo quisiera, nunca me arrepentiré de haberle permitido ser el primero en tocarme.

— Estoy muy segura.

Temblé en cuanto bajó sus boca desde mi mejilla hasta mi cuello, descendiendo con besos mojados hasta mis clavículas, para volver a subir y morderlo ligeramente, jadeé al sentir sus dientes apretar ligeramente la sensible piel de mi cuello, todas esas sensaciones eran completamente nuevas para mí, entre más probaba más sed tenía.

De un momento a otro decidió levantarse del asiento conmigo en brazos, sujetándome de las piernas para que no me cayera, hice lo mismo, tomé sus hombros anchos intentando no irme de espaldas, el movimiento hizo que uno de los tirantes que me cubrían se resbalara por mi brazo, pero no me molesté en volverlo a colocar en su lugar.

— ¿A d-dónde vamos? — Cuestioné mientras mi cabello suelto se movía hasta pasarse sobre mi rostro, estorbando.

— No quiero hacerte el amor en una silla.

Casi me ahogo al escuchar lo que dijo, aunque quería hacerlo, escucharlo me dio cierta vergüenza.

Apenas salimos de su oficina cuando pasamos por el pasillo del piso de arriba, que tenía vista directa hacia la sala de estar gracias a las escaleras y a que el diseño de la casa era muy amplio, mi respiración estaba agitada al igual que la de él, quería detenerme y empezar de una buena vez, ni siquiera yo sé qué me ocurre.

El estruendo de algo caer al suelo hizo eco en el lugar, asustada voltee a mirar hacia abajo al igual que Levi, topándome con el rostro asustado de Erwin, quién miraba desde la sala la penosa escena que mi novio y yo dábamos sin siquiera darnos cuenta unos segundos antes.

𝑉𝑒𝑛𝑡𝑎𝑛𝑎𝑠 𝐷𝑒𝑓𝑒𝑐𝑡𝑢𝑜𝑠𝑎𝑠 - Levi Ackerman [Terminada]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora