𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 22:¿Nᴏᴠɪᴀ?

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Después de ser espectadora en el asiento principal de como mi hermano y su disque novia, - digo disque porque la acaba de conocer en un cine después de regresar de Londres dónde pasamos el apenas un día, o sea hace tres días. - , casi se tragaban ahí mismo, ugh, lo recuerdo, llegué de la escuela solo para toparme con ellos dos intercambiando saliva, ella encima de le mesita de la cocina y él manoseándola como si no hubiese un mañana.

- ¡Eres un asco, Mathías Lavoinette! - Grité acostada en el sofá aún con el uniforme puesto, el cuerpo me dolía por la clase de danza, pero era algo mínimo, sin poderme concentrar en mi celular en manos, ya que todo me recordaba a esos dos derramando miel hasta dejar todo pegajoso.

- ¡Cállate, amargada! - Ahora él gritó desde la cocina, donde preparaba dos sándwiches para ambos. - que me lo recuerdes me hace sentir estúpido. - No podía verlo, pero sabía que estaba sobando la parte posterior del cuello, posiblemente avergonzado , caminó hasta sentarse a mi lado, poniendo mis pies sobre sus piernas y el plato en la mesita del frente.

- Es que lo eres. - Noah, nuestro hermano mayor, quien pasaba por ahí agarró un sándwich del plato y le dio una enorme mordida.

- NOAH TÚ CÁLLATE. - Gritó - HEY, ESE ES MÍO, DÉJALO AHÍ.

- Obligame. - Apenas y se le pudo entender, ya que su boca estaba llena de comida.

- ¿No me vas a saludar? - Dije esperando que me dirigiera la palabra, sin levantarme.

- Ni siquiera sé quién eres. - Me hice la indignada exageradamente, con la imagen de thanos diciendo eso en mi mente.

- Vete ya de aquí, tarado. - Le dio una empujón en las piernas sin levantarse del sofá, ya que Noah estaba de pie frente a nosotros.

- ¿Y me puedo llevar ésto? - Preguntó señalando lo que masticaba con su mano libre, asentí sin preguntar siquiera por la opinión de Mathías. - Ok, adiós.

- Sí, sí ya a la chingada. - Gruñó mi otro hermano al quedarse sin comida, mientras yo reía.

- ¡Eso te pasa por caliente! - Gritó el mayor subiendo las escaleras.

- Solo quedan las dos tapas del pan, qué asco, no me haré otro emparedado con eso. - Reí viendo como agarraba el plato vacío, mirándolo con notorio asco y ,molestia.

Al poco rato se escucharon pasos bajando las escaleras con prisa, de nuevo era Noah, quien traía un rostro de maldad en su máxima expresión, suspiré sabiendo que vendría otra pelea, suele aprovechar el tiempo que nuestros padres trabajan para hacernos la vida imposible.

- Ve a comprarme unas galletas. - Le ofreció un billete doblado al muchacho que descansaba debajo de mis piernas extendidas, quién lo miró desentendido. - Y tú. - Volteó a verme, fruncí los labios. - Prende la licuadora y hazme un chocomilk. - Bufé ofendida por el tono con el cual nos estaba hablando.

- Para tener veintres eres realmente infantil. - Me quejé.

- ¿Y por qué haríamos eso? - Preguntó golpeando la mano extendida de Noah, alejándola del frente.

- Si no quieres que mis padres se enteren que metiste a una chica desconocida aquí y estaban apunto de tirar en plena cocina, deberás hacerme caso. - Mathías suspiró con clara furia en sus expresiones faciales. - Sé que tú tampoco quieres que tu adorado hermano se meta en problemas, ¿o sí? - Ambos giraron a verme, Noah con una sonrisa de complacencia y el menor pidiendo ayuda con la mirada, parpadee varias veces antes de masajearme el entrecejo y ceder.

- Cállate ya, Noah. - Rodé los ojos. - Iré a hacer tu maldita leche con chocolate, solo deja tranquilo a Math. - Sonrió más ampliamente.

- Qué obedientes mis hermanitos.

𝑉𝑒𝑛𝑡𝑎𝑛𝑎𝑠 𝐷𝑒𝑓𝑒𝑐𝑡𝑢𝑜𝑠𝑎𝑠 - Levi Ackerman [Terminada]✓Où les histoires vivent. Découvrez maintenant