𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 14: Nᴏ ᴍᴇ ɢᴜsᴛᴀɴ ʟᴀs ғɪᴇsᴛᴀs

2.1K 229 135
                                    

— Gracias por hoy. — Agradecí parada frente a la puerta.

- Ni lo menciones. - Contestó. - Es enserio, no le menciones ésto a nadie.

— Nunca cambias, ¿Verdad? — Dije con una sonrisa tranquila.

— No, y será mejor que te acostumbres. — reí un poco, cruzando mis piernas aún de pie.

— No me importaría hacerlo. — Admití con las mejillas sutilmente rosadas. — Me gusta estar contigo. — Nerviosa desvié la mirada hacia el suelo, sintiendo un millón de mariposas revolotear dentro de mí, mareandome de nuevo como si estuviera dando vuelta tras vuelta, o en una montaña rusa.

Una montaña color rosa.

— Ten. — De el bolsillo de su abrigo sacó una preciosa rosa color rosa vino, mi expresión de sorpresa hizo notorio que el gesto me conmovió por completo, ¿En qué momento la había cortado?, Supongo que estuve demasiado ocupada con las demás que no le presté mucha atención a lo que él hacía, creí que estaba detrás de mí todo el tiempo.

—¿La arrancaste para mí? — La tomé en manos, con cuidado aún sin creerlo del todo, sintiendo como la boca de mi estómago estaba por explotar de la emoción. — ¿Sí sabes que es como robar? — Jugué con una enorme expresión de felicidad plasmada en mí.

— Si no la quieres puedes tirarla a la basura, no me importa. — Respondió de forma grosera, sacándome una risita. — Como eres una mocosa, creí que ibas a querer guardarla en un libro o algo así. — Miré el techo, buscando tal vez algo inexistente. — Esas tonterías de niñas de las que tienes llena la cabeza.

— Es muy bonita, créeme que lo haré. — Observé la flor en mis manos. — Y cuando la vea me acordaré del gran invernadero contigo adentro. — Sonó su garganta de manera torpe, me siento tan afortunada de ser la única que puede apreciar los momentos de nerviosismo en él, quién lo diría, cuándo lo ví por primera vez pensé que iba a matarme para ofrecerme en sacrificio al dios de la limpieza o algo así.

— Entra ya. — Dejó caer su mano sobre mi cabeza. — La cuatro ojos te debe estar esperando. - Asentí despacio para que no quitará su tacto por la brusquedad.

— Está bien. — Le sonreí y él me dió un golpe no muy fuerte antes de levantar su muñeca de mí, de igual forma cerré un poco los ojos. — Tómate un té antes de dormir. — Bromeé viendo cómo me daba la espalda y emprendía camino a la bonita casa de al lado.

Ni siquiera volteó a verme, solo levantó una de sus manos al aire, como un «lo tengo», giré la perilla con una gran sonrisa dibujada en mi rostro, por más que trataba de quitarla o relajar mi expresión, me era imposible poder controlar mis emociones, llevé la rosa a mi rostro una vez que cerré la puerta detrás de mí, dejándome impregnar por la fresca fragancia de ésta, olía demasiado bien y mi corazón estaba que reventaba, al borde de un paro cardíaco.

— ¿Por qué te ríes así?, Das miedo. — Dijo Eleonor saliendo de la cocina con un plato de cereal en manos, le sonreí cómo estúpida, meneando mi cuerpo con movimientos parecidos al ballet, juntando mis manos enfrente de mi pecho con la flor aún en mis manos. — Ora', tú qué tienes. - Llevó una cucharada a su boca. — Oh, ya sé. — Tragó. — Te fue bien, ¿No es así?

—"Bien" no es la palabra correcta. — Reí yendo hacia las escaleras aún bailando muy lentamente.

— "No estoy enamorada de él" — Me imitó con voz chillona. — Ridícula.

♡(*'∀`*)人(*'∀`*)

— Así que por eso no respondías mis llamadas. — Rió al otro lado de la línea. — Mamá se preocupó y tú a toda madre allá con un wey. — Carcajee — ¿Qué debería hacer contigo?

𝑉𝑒𝑛𝑡𝑎𝑛𝑎𝑠 𝐷𝑒𝑓𝑒𝑐𝑡𝑢𝑜𝑠𝑎𝑠 - Levi Ackerman [Terminada]✓Where stories live. Discover now