𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 21: Nᴏ ᴠᴏʟᴠᴇʀᴇ́ ᴀ ᴅᴇᴊᴀʀᴛᴇ sᴏʟᴀ

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— ¿Q-Qué significa esto? — Pregunté con la voz rota y mis manos juntas sobre mi agitado y pusilánime pecho, tenía tanto miedo, aunque ni siquiera sé a qué, me era imposible modificar las facciones asustadas y confundidas de mi rostro. — ¿Q-Qué haces aquí?

; Play aquí, repetir si es necesario ;

El agarre de mis muñecas temblaba al igual que mis débiles piernas, dentro de mí mi corazón latía con una velocidad sumamente rápida, con ella mi respiración se volvió jadeante y forzada, me costaba inhalar el aire frío que mis pulmones necesitaban, mi cuerpo no respondía por más que hacía un esfuerzo por tranquilizarme. Tenía la sensación de aún estar dormida, como si en realidad nunca hubiese despertado, como un sueño, una mentira. Mis emociones estaban tan inquietas que el nudo en mi garganta comenzaba a doler exactamente igual que la última vez que lo vi, justo en ésta misma calle.

Levi estaba frente a mí.

En esa noche obscura, debajo de únicamente las estrellas, rodeados de un frío que a mí parecer podría matar a cualquiera de pulmonía y a la vez de nostalgia y aflicción, las lágrimas en mis ojos amenazaban con salir desenfrenadamente en cualquier descuido, me sentía desesperada,  confundida, lastimada.

Herida.

Si hace dos meses me hubiesen dicho que él volvería, probablemente me habría emocionado más de lo que debería, aunque conociéndome no hubiera tenido el valor para ir a buscarlo, o al menos es lo que yo creo, una simple suposición. Pero ahora que está aquí, frente a mí en carne y hueso, con la misma pálida piel que lo caracteriza, su cabello aún es negro y parece que no cambiará su corte jamás, ya que está exactamente igual que en aquella ocasión, lo mismo pasa con sus ojos, continúan siendo los fanales verdes más preciosos y tan intensos al igual que la primera vez que los vi.

Ese día al abrir la puerta del salón, sentí un cosquilleo recorrer mi columna en cuanto los vi.

Tal vez en ese entonces no lo sabía, y trataba de esconder mis sentimientos con excusas tontas y tratando de convencerme a mí misma que solo era mi patética inseguridad lo que me causaba nerviosismo cada vez que lo veía delante de mí.

Pero no era eso, realmente estuve enamorada de él desde el primer día.

Sentí que ya teníamos historia, pese a que nunca lo había visto antes.

— Te pregunté algo. — Exclamé molesta al ver como el mayor tragaba en seco, intentando con movimientos torpes lo que me pareció explicar la situación, se veía incómodo, pero hasta cierto punto ansioso. Desesperada cambié mi tono de voz a uno más melancólico, tanto que cualquiera que lo escuchara compartiría mi abatido dolor. — ¿Por qué ahora...? — Cuestioné mirando hacía el suelo, no podía verlo más.

— ¿Qué quieres decir co- — Apreté mis puños y mi valor antes de alzar la voz, rozando los gritos con la punta de la lengua, no estaría callada nunca más, no después de lo que pasé.

— ¿¡Por qué ahora después de todo?! — Expresé sin mirarlo fijamente, sé que aunque algunas cosas en mí hayan cambiado, sigo sin ser lo suficientemente valiente para enfrentarme contra sus profundos ojos oliva, no cuando estoy segura que perderé. — ¡Te fuiste por tres meses en los que no tenía idea de dónde estabas!, ¡No sabía si volverías!, ¡si estabas comiendo bien o si te abrigaste lo suficiente! — Grité cerrando los párpados para evitar a toda costa hacer contacto visual con él y que pudiera ver mis húmedos ojos oscuros derrumbarse. — ¡Te importó una mierda lo que yo sintiera!, ¿¡Tienes una idea de lo mal que me la pasé en estos meses?!, ¡Me dolió, me duele, me lastima tu maldito egoísmo! — Lloré colocando una de mis débiles manos ahora en su pecho varonil, cubierto por una frazada oscura, que debido a la poca luz no podía distinguir con claridad el color. — ¡Y ahora tienes el desdén de venir a pararte frente a mí y decirme seguramente una porquería que me hará sentir peor, tú, tú, maldito idio-

𝑉𝑒𝑛𝑡𝑎𝑛𝑎𝑠 𝐷𝑒𝑓𝑒𝑐𝑡𝑢𝑜𝑠𝑎𝑠 - Levi Ackerman [Terminada]✓Where stories live. Discover now