𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 7: ¡Cᴜɪᴅᴀɴᴅᴏ ᴅᴇ ᴜsᴛᴇᴅ!

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— Hey. — Abrí los ojos levantando la vista. — ¿Qué traes ahí? — Me enderecé de golpe, haciéndolo dar un paso atrás.

— ¡Sigue aquí! — Dije sin poder creerlo, frunció el ceño.

— Lo hago. — Respondió más frío que el clima. — ¿Y bueno? — apuntó con la mirada el bulto en mi mano derecha, las galletas envueltas en la sudadera de mi hermano.

— A-ah. — La tomé con mis dos manos. — ¿Ya comió algo? — Negó tranquilo. — me imaginé. — Dije más para mí misma, caminé un poco a la orilla de la calle solo para poder sentarme en la banqueta, él solo de quedó de pie mirando atento mis acciones, desenvolví el pequeño "paquete" sacando primero mis galletas y dejándolas a un lado mío sobre el pavimento, después coloqué las suyas en mis piernas cubiertas por un pants rosa pastel, y por último le extendí el suéter, me miró confundido.

— Relájese, no es mío. — Sonreí amable. — Era de mi hermano, estoy segura que le quedará. — Dudoso lo tomó entre sus manos, Sonreí aún más, sabía que tenía frío. — ¡A-ah!, también se me ocurrió que tal vez no había comido nada y le traje esto. — Levanté con entusiasmo las galletas. — No saben demasiado dulce, tuve la sensación que no le agrada mucho el azúcar. — Me miró con expresión ligera de asombro, son la boca suavemente abierta, desconozco si fue porque adiviné o simplemente por el gesto de haberle llevado algo.

Después de mirar mi mano extendida hacía él, colocó la suya sobre el paquete, sin querer su mano rozó la mía, causando un cosquilleo en ella, delicadamente las tomó entre sus varoniles manos y volteó a ver a otro lugar al ver mi rostro con un rubor natural, reí ante su reacción.

— Y bueno, ¿no se va a sentar? — Palmee el lugar a mí lado. — Tenemos que pensar cómo le hará para entrar a su casa.

— El suelo está sucio. — Respondió poniéndose la sudadera.

— ¡Ay, por favor! — Eché una carcajada. — Es enserio, se lo pido de favor. — Cambié drásticamente de expresión a una seria, rodó los ojos. — Ah, ni siquiera me dio las gracias, qué molesto. — Dije al poner mis manos detrás de mí, recargándome en ellas.

— Tú eres la molestia. — Sonreí al verlo ceder, sentándose a un lado mío. Volví a mi antigua posición para abrir el paquete de galletas.

— Entonces, ¿ya sabe qué hará? — Pregunté llevándome una galleta a la boca.

— Erwin vendrá por mí, pasaré la noche en su casa. — Dijo sin mirarme. — mañana llamaré a un cerrajero, supongo.

— ¿Pasará la noche en su casa? — Cuestioné retóricamente. — Cómo así ( ͡° ͜ʖ ͡°)

En cuanto escuchó mi tono de voz, volteó a verme molesto, como si fuera la niña del exorcista, o esa amiga a la cuál le dices "voltea disimuladamente" y se da toda la vuelta con la cabeza, bueno, justamente así, tosí repetidas veces al darme cuenta de su enojo y que mi comentario estuvo fuera de lugar, ahogándome con mi propia saliva.

— Lo siento. — Me disculpé en cuanto pude nivelar mi respiración, miró al frente sin responderme.

— ¿No es tu tío? — Preguntó sin verme.

— Aún no. — Respondí de la misma forma.

Mastiqué ruidosamente mis galletas de chocolate, lo único que comí por la cena fue un plato de cereal y mi cuerpo en crecimiento necesita más que solo eso para seguir desarrollándose.

Momento, ¿Erwin vendrá por él?, ¿No estaba con Hanji?

— Ahm. — Hablé. — ¿Erwin no está con... — No pude terminar la frase.

𝑉𝑒𝑛𝑡𝑎𝑛𝑎𝑠 𝐷𝑒𝑓𝑒𝑐𝑡𝑢𝑜𝑠𝑎𝑠 - Levi Ackerman [Terminada]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora