Blindness || a. i.

Capítulo cuatro

—¡Vanessa! ¡Coño, despierta! —Sentí que gritaron.

Me desperté y pude ver a Luke enfrente de mí con una cara de pocos amigos.

— ¿Qué pasa, Luke?

— ¿Recuerdas que hoy es miércoles y tenemos colegio?

— ¡Diablos! ¿Qué hora es?

—Son las siete, Vanessa. Tengo que llevarte a tu casa o tu madre te matará.

—Luke, mi madre mata cada neurona que tengo con sus gritos.

— ¡Vanessa, es en serio! ¡Anda, levántate! —Agarró mi brazo y me estiró hasta tirarme de la cama.

—No quiero ir al colegio, Luke —dije revolcándome en las sábanas de la cama.

—Vanessa, tú no debes decir eso. Eres la típica chica que le encanta el colegio y las matemáticas.

—No cuando tuve una pelea con mi novio… Siento que será algo incómodo.

—Pues no pienses más y descúbrelo por ti misma.

Rodé los ojos y fui al baño a ponerme la ropa que traía anoche. Después, bajé aún soñolienta para ver a Luke sentado en la cocina tomando un poco de leche.

— ¿Y tu amigo Michael?

—No lo sé, supongo que ya se fue.

— ¿Una persona normal hace eso?

—Tienes que entender algo, Vanessa: Michael no es normal. Él es… algo especial. ¿Quieres tomar un poco de cereal?

Me encogí de hombros y me senté a su lado. Me sirvió en un tazón Froot Loops y después vertió eche fría. Empecé a desayunar unos segundos después de checar mi celular.

— ¿Te llamó Derek o algo?

— ¿Tú crees que esas diez llamadas y cuatro mensajes son de diferentes personas? ¡Claro que no, Luke! ¡Yo no soy popular! —bromeé.

—Cierto.

Encendió el televisor y le puso en el canal de Cartoon Network, donde estaban pasando La pantera rosa.

— ¿Dónde se han metido tus padres? —pregunté.

—Visitaron a mi abuela. Estaba un poco enferma.

—Oh…

Después de eso, ninguno de los dos dijo nada. Sólo nos quedamos viendo el televisor hasta que el resto del capítulo terminara. Supongo que Luke estaba en esos días de estar algo melancólico, porque siempre había un día en el que él estuviera así: todo deprimido, sin querer hablar y distante a mí. Jamás le he preguntado por qué se pone así, porque me da algo de miedo saber cuál sería su respuesta.

Melancólico no es lo único, sino también está en esos momentos en que odia a todo el mundo. Es como si... a Luke le llegara la regla. Así de delicado era a veces.

Subimos a su coche y me llevó hasta casa. Dijo que me esperaría para irme con él y no pasar un mal e incómodo momento con Derek en la ida al colegio, y agradecía a que fuese tan gentil por haberse acordado de eso.

Entramos a la casa con cuidado. Al parecer mi madre aún seguía durmiendo. Le dije que me esperara en la sala mientras yo me duchaba y me vestía.

Entré a ducharme lo más rápido posible, y así fue. Después corrí a mi habitación y empecé a vestirme con lo primero que encontraba, hasta que tocaron la puerta. Me puse rápidamente las botas negras y corrí a la puerta. ¿Qué rayos querría Luke?