Capítulo veintinueve

118 11 32
                                    

Estaba recostada con Ashton en su cama, ya había pasado una semana desde que aquel problema había surgido y realmente estaba feliz de que él y yo estuviéramos bien de nuevo; pero todo pasó porque él estuvo día y noche pidiéndome perdón los días anteriores. Me traía flores cada día que me veía y me pedía perdón cada dos minutos, aun sabiendo que yo ya no estaba molesta con él. De hecho, un día le pregunté que si no se quedaba sin dinero por estarme comprando flores todos los días, a lo que él respondió que sí, pero esto significaba las veces en que él pensaba en mí. Realmente jamás las conté y jamás traté de hacerlo, pero sabía que eran considerablemente bastantes en un solo día. La casa parecía jardín desde entonces, pero realmente le daba un olor agradable.

Me contó varias cosas, pero jamás algo sobre el intercambio. Y es que desde el momento en que él lo mencionó, no dejé de pensar en eso ni un solo minuto. Me daba paranoia el saber que él en cualquier día trivial me dijera que ya tenía que irse y que por más que yo hiciera algo, él no se quedara.

— ¿Acaso escuchaste algo de lo que acabo de decir?

—Honestamente no, lo siento —dije suspirando.

— ¿En qué ponías entonces tu atención?

—Si te lo digo, sé que esto acabará mal de nuevo.

—Es mejor que lo digas a tener que guardarlo.

Bufé burlonamente, porque eso era lo que él hacía.

— ¿Entonces? —preguntó Ash.

—Es sobre el intercambio —dijo entre titubeos, tratando de imaginarme su respuesta.

—Oh, entiendo... —contestó de manera incómoda—. ¿Qué pasa con eso?

—Que sinceramente no puedo dejar de pensar eso.

—Si te soy sincero, yo tampoco.

Suspiró y después subió el volumen a una canción que en ese momento estaba reproduciendo.

—Yo no quiero que te vayas.

—Y yo no quiero separarme de ti, pero...

— ¿Pero qué? —pregunté.

—Pero por algo nos conocimos y por algo tendré que irme.

—Eso en absoluto me alegra oír.

—Tómalo como un pequeño aprendizaje.

— ¿Sobre qué?

—Sobre que las personas van y vienen, pero nunca se quedan a tu lado.

— ¿Por qué tus palabras tienen que ser tan crueles?

—Porque esta es la realidad, ¿no es así?

—Sí, pero tú la haces ver de una manera muy fría. Sé que te han pasado muchas cosas, y muchas de las cuales te han dejado cicatrices, pero no por eso vivirás el resto de tu vida asimilando y sintiendo la vida como un infierno y una porquería.

—No asimilo del todo mi vida como un infierno porque estás tú.

— ¿Y qué pasará cuando te vayas? ¿Volverás a asimilar de nuevo todo de esa manera?

—Probablemente, pero no veo por qué debería de importarte eso.

Me paré indignada. ¿Cómo se suponía que tomara esa respuesta suya?

—Me refiero a que... no deberías de preocuparte por eso, yo veré la manera de arreglármelas. He pasado veintiún años de mi vida sobreviviendo, ¿por qué no hacerlo un año más?

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: May 27, 2016 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Blindness || a. i.Where stories live. Discover now