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«Amortentia»
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AL día siguiente, Harry y Ron se encontraron con Hermione y Cassie en la sala común antes del desayuno. Con la esperanza de ganar apoyo para su teoría, Harry se apresuró a contarle lo que Malfoy había dicho en el expreso de Hogwarts.
—Es evidente que presumía delante de Parkinson, ¿no? —terció Ron.
—Bueno —vaciló Hermione—, no sé... Es muy propio de Malfoy aparentar más de lo que es. Pero eso es una mentira muy gorda...
—Exacto —convino Harry, aunque no insistió porque había demasiada gente que intentaba escuchar su conversación o simplemente lo observaba y cuchicheaba con los demás.
–Conozco a Draco, si fuera eso su arrogancia estaría por las nubes, al igual que su ego, pero se ve muy apagado y triste...
El techo del Gran Comedor mostraba un cielo sereno y azul surcado de algunas tenues y frágiles nubes, igual que los trozos de cielo que se veían por las altas ventanas con parteluces. Mientras comían gachas de avena, Harry y Ron le contaron a sus amigas la embarazosa conversación que habían mantenido con Hagrid la noche anterior.
—¡Pero cómo puede pensar Hagrid que seguiremos estudiando Cuidado de Criaturas Mágicas! —observó Hermione, consternada—. A ver, ¿cuándo ha expresado alguno de nosotros el menor entusiasmo?
–Yo sí. Necesitaba cursar Cuidado de Criaturas Mágicas, pero lo reprobé –dijo Cassie arrebatándole la tarta de moras a Harry.
–¡Eso era mío! –protestó.
–Pero me gustan más las moras que a ti, soy mayor que tú y soy mejor que tú, así que la tarta es mía –le sonrió con arrogancia, el azabache rodó los ojos y buscó otra tarta con la mirada, pero esa era la última.– No pongas esa cara de perro mojado, luces como mi padre.
Harry, Cassie y Ron fueron hasta el aula que les correspondía.
–Hola, Harry –lo saludó una chica de quinto año que pasaba por el pasillo junto a sus amigas. El azabache le devolvió el saludo un tanto desconcertado.
–¿Qué fue eso? –preguntó aún desconcertado.
–Son parte de tu club de fans, Romilda Vane lo lidera –Harry miró con incredulidad a Cassie.
–¿Cómo sabes eso?
–Me amenazaron en la mañana –respondió con tranquilidad.
–¿Qué? –habló Harry y Ron al mismo tiempo.– ¿Te hicieron algo?
