Solo me tengo a mí

5.1K 372 133
                                    

POV GRACE BAKER

Supongo que cuando sientes que lo has perdido todo, la única fuerza es saber que no hay nada más qué perder. Así me sentía cuando estaba desvaneciéndome. Los golpes se adentraban en lo más profundo de mí, pero la sensación de pérdida iba por encima de ellos. Perdía a Katherine cada vez un poco más. No tenía dudas de que se estaba alejando. Me dolía que lo que parecía amor, pudiera ser solo la malcriadez de añorar algo hasta que ya es tuyo y no lo añoras más.

La perdía como pierdes algo que no es tuyo y los golpes me recordaban que tal vez solo me quiso como no podía quererse a ella. Vio mi reflejo y quiso cuidarme por todo lo que no pudo cuidarse de Alejandro, pero nada más.

"¡Detengan esta mierda! ¡Joder, la están matando!", gritaba Mía cuando sus amigos, principalmente Jareb, potenciaban sus golpes rompiéndome por dentro.

Caí al suelo de rodilla y vi a Cayden en su intentó por intervenir, pero enseguida salieron varios chicos del internado. Sabía lo que vendría. Otra matanza como las últimas a las que estábamos acostumbrados y todo por defender a Grace. Si no hubiesen intentado defenderme de los de la iglesia, la madre de Katherine y el padre de Brandon estuvieran vivos. Todas las muertes habían sido para que yo sobreviviera, y tal vez no merecía vivir, pero tampoco iba a permitir que otros salieran lastimados por no poder cuidarme sola.

Supe que era necesario que cambiara y eso fue lo que hice. Ya estaba harta de que se arriesgaran y perdieran vidas por mi incapacidad de sentir la mía a salvo. Pensé en mi madre, en su muerte, en los gestos de cariño que me dio de niña y que nunca más serían míos. Pensé en Andrea y sus ganas de convertirse en mi madre por la que tuve y perdí. Pero ya ninguno estaba a mi lado. Ya Katherine se había cansado de mis miedos. Había olvidado que era la cura para mis pesadillas, o tal vez seguía recordándome, pero había preferido dejarme sola con ellas para que las enfrentara. Justo eso estaba pasándome, estaba en la pesadilla más triste, en la más cruel. Sabía que se estaba enamorando de alguien mejor, de alguien más independiente, de alguien fuerte. Sabía que Katherine no se merecía a cualquier cosa, pudiendo tener a una persona que estuviese a su altura.

Me dejé llevar por la rabia de no poder controlar mi ansiedad. De ser siempre sacudida por la inseguridad interna que me corta la respiración. No sirvieron mis poemas porque yo no era poesía. Ella fue mi musa y consiguió a alguien que le escribía en vida lo que ni en mis versos... le haría yo.

Casi sin entender de qué manera iba fluyendo, comencé a parar sus golpes. Sin poder asumir el alcance de mi poder, frené las energías de los cinco chicos y excluí a Mía de mi ataque. No estaba preparada para herir a nadie, pero mi alma estaba destruida.

La fuerza interna consumió mi dolor y la otra parte de mí comenzó a decirme que Katherine nunca me había querido. Me dijo que fue un engaño casual para tener lo imposible, pero que ella solo me veía como su hermana. Traté de callar a esa voz, pero era imposible. Cada vez me gritaba más fuerte que no era suficiente ni para ella, ni para mí. La misma voz que me cortaba la respiración y otro ataque de ansiedad que estaba cerca. "Dejarás de respirar y nadie va a salvarte porque Katherine prefiere a una mujer, antes que a la niña que tiene miles de fallos y no llega a ser feliz". "Dime, ¿quién puede quererte? Escribes cosas que nunca lees y se mueren antes de que nazcan porque no confías en ti". "No sé cómo pensaste que siendo ella quien es... podría pasar su vida con alguien como tú".

Por primera vez apagué mi propia voz. No sé cómo lo hice, pero la parte de mí que me autoflagelaba estaba desapareciendo y escuché los gritos de dolor, escuché cómo todos a mi alrededor iban sucumbiendo en el ruido extremo de quien necesita poner pausa para no seguir lastimándose a sí misma.

Siempre vuelvo a ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora