4. Vistazo al pasado

53 10 0
                                    

—¿Estás bien cariño? —La aparente preocupación en su voz, me dan ganas de vomitar.

—A ti que te importa y solo para que lo sepas desde el momento en que te fuiste para mí estás muerto.

—Veo que mi partida te afectó más de lo deseado, hasta podría adivinar que estás borracha ¿Neta no vas a dejar el alcohol?

—Ese es mi maldito problema, tú no te metas.

—Después de lo que pasó con tu padre algo deberías de aprender ¿No crees?

—¡Cállate estúpido! —Cuelgo al instante y tiro el celular al suelo debido a los nervios.

Me dejo caer en el suelo mientras me permito llorar frente a Carla. —Santo cielo, Elena cálmate ¿Qué pasó? —Me arrulla en sus brazos. —¿Quién te ha llamado por todos los cielos?

—Era Jon y el muy inhumano aparece feliz como si no hubiese ocurrido nada. —Los sollozos aumentan. —Se atrevió a sacar lo de mi padre.

Carla sostiene mi rostro entre sus manos. —Perdóname Elena, de verdad Perdóname. —La veo sin entender lo que ocurre. —Yo le di tu número. —Anuncia agachando la cabeza.

Me aparto bruscamente. —¿Qué hiciste qué? —Grito exasperada.

Se levanta tratando de colocar sus manos sobre mis hombros. —Lo lamento no creí que fuera a atacarte de esa forma. —La aparto y me alejo tratando de calmar mis emociones que se encuentran des controladas.

—Pues lo hizo, no puedo creer que la persona que constantemente me dice "él no era tu tipo, él era una mierda" es la misma que le compartió mi número. —La ataco tajante.

—Él dijo que estaba preocupado por ti, yo sólo... —Se defiende sin poder terminar su argumento.

Bufo. —Sí, está preocupado por saber si soy feliz para venir a arruinarme la vida otra vez, déjame sola Carla. —Levanto la botella de vino y le doy la espalda.

—No voy a dejarte sola. —Susurra en tono relativamente bajo.

La furia y el alcohol me nublan la mente impidiéndome pensar con claridad. —Bueno, si tú no lo haces, lo haré yo. —Me tambaleo un poco, pero comienzo a caminar sin rumbo alguno.

—A dónde vas, no puedes irte en tu condición. —Su voz se quiebra al instante de articular esas palabras.

Me detengo con una risa sarcástica. —¿Mi condición? Al diablo mi condición, deja ya de seguirme Carla.

Levanta su rostro de forma desafiante. —Claro, como no soy alguien influyente en la industria te importa un carajo si te sigo o no ¿Verdad?

—¿De qué rayos estás hablando? —La veo de la misma forma.

Suelta una risita. —De lo que pasa siempre, constantemente te quejas porque según tú las personas se acercan a ti por pura conveniencia, pero ¿No es lo mismo que tú haces?

—Estas de mente yo no hago esa mierda.

—¿A no? Y como explicarías el hecho de que te clavaste con Emanuel por su posición, desde que supiste quien era realmente.

Clavo mis ojos en ella y mi paciencia llega a su límite.

Tiro la botella de vino dejando que se haga añicos en el pasto. —No metas a Emanuel en esto, tú no sabes cómo me siento con respecto a él. —La tomo por los hombros, mis manos tiemblan. —Para él yo no significo nada, sin embargo, él para mí es el chico más interesante que he conocido, pese a su actitud irritante vi algo en él que nunca antes había visto en ningún otro chico.

Amor Fugaz ✓Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt