3. Encuentro incómodo

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Luego de mi salida con Emanuel nos seguimos viendo para las clases extra, sin embargo, desde la última vez han pasado al menos unos cinco días, desde entonces no ha asistido a clases y peor aún no lo he vuelto a ver por ninguna parte.

No puedo comunicarme con él porque ni siquiera sé su número telefónico, tampoco sé si tiene un teléfono, es tan raro que se ha de comunicar a través de señales de humo, bueno no tanto, quizá por cartas.

Mi viaje está llegando a su fin, pronto tendré que volver a México, no hay nadie esperándome, pero igual tengo que volver. De momento me dedicaré a disfrutar el tiempo que me queda aquí, para ello Carla y yo hemos decidido salir a dar algunas vueltas por la ciudad.

—Elena ¿no has sabido algo sobre tu Emanuel? —Investiga con astucia.

—Para empezar, no es "mi Emanuel" y no, no sé nada sobre él. —Me encojo de hombros.

Carla me mira con cierta lastima. —Pues ojalá venga, de lo contrario harás la presentación sola.

—Como lo esperaba, no puedo confiar en ningún hombre.

Luego de su momento compasivo, da un saltito y dice. —Creo que tienes razón, bueno nos vemos al salir yo si tengo pareja.

Carla se ve complacida de trabajar con ese chavo ¿Carl? O Carlos, no recuerdo bien.

—Ya cállate y ve con ese tipo. —La empujo para que se vaya y me deje sola.

La clase transcurre normal, bueno si se le puede llamar normal a estar como tonta, esperando a que tu compañero de trabajo aparezca.

Emanuel se saltó dos clases, juro que si aparece voy a matarlo...

No apareció y fui la única de toda la clase que hizo su presentación sola, mis compañeros tuvieron la suerte de llevar personas responsables como pareja.

Al final de la humillante clase, me reúno con Carla en su auto y comenzamos a citar lugares interesantes de visitar, a lo mejor esto despeje mi mente.

—¿Adónde quieres que vayamos primero? —Menciona mientras enciende el auto.

—Hm, este lugar se ve atractivo. —Señalo un sitio que aparece en mi Google Maps. —Al parecer podemos comprar vino, con eso suficiente iremos allí.

Carla me da una mirada de completa desaprobación. —No quiero traerte a rastras o verte haciendo el ridículo sabes, pero si es lo que quieres, no tengo opción. —Al final se resigna sabiendo bien que discutir conmigo no la llevara a nada bueno.

Pone en marcha el auto y salimos rumbo a nuestra magnifica aventura. Me siento como una niña de cinco años cuando sus padres le cumplen algún tipo de capricho.

15 minutos después...

¡AVISO!

Nunca salgan a explorar lugares nuevos, sino saben usar Google Maps. Por favor.

Llevamos manejando 2 horas y al parecer lo hemos hecho en círculos porque siempre volvemos a una estúpida fuente.

—¿Y si buscamos caminando? —Propongo acabando con la poca paciencia que le quedaba a Carla.

Me observa furiosa. —¿Eres o te haces?

—Deja de insultarme. —Ruedo mis ojos. —Ya me desesperé Carla, yo me bajaré. —Con el auto todavía en movimiento abro la puerta y ella se detiene alterada por mi acto estúpido.

El auto se detiene y aprovecho esos segundos para salir y tomar la primera calle que veo.

Carla comienza a gritar más furiosa que antes, no la culparía si me tira el auto encima. —¡Elena, espera!

Amor Fugaz ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora