2. Charla nocturna

111 11 1
                                    

Mi cuerpo adormecido percibe el sol colándose por los enormes ventanales del hotel y la verdad se siente muy bien.

—Es hora de levantarse, llegarás tarde Elena. —Una voz chillona penetra mis oídos.

—En vista de que no respondes voy a entrar. — Insiste la chica. —¡Despierta dormilona! — Agrega desesperada.

Siento el peso de otra persona sobre mi cuerpo y abro mis ojos de golpe. Solo para toparme con Carla encima mío, zarandeando mis hombros en un intento de sacarme de la inconciencia.

—Joder, creí que estaba soñando, quítate pesas demasiado. —Menciono al mismo tiempo que empujo a Carla lejos de mí.

Ella cae sentada en el suelo, chillando y sobándose el trasero.

—¿Olvidaste que día es hoy? Es la presentación de tu obra favorita. —Indica entusiasmada.

¿Obra favorita?

¡Obra favorita! Es cierto, este día vamos a debutar una obra esplendida.

Salto de la cama y finjo serenidad. —No lo había olvidado, sólo estoy un poco cansada, ayer nos quedamos ensayando hasta la madrugada. —Confieso.

—Me imagino, pero lo harán excelente ¡creo en ti! —Pronuncia Carla, lo cierto es que ella siempre ha estado a mí lado, en las altas y bajas que me lanza la vida.

—Gracias. —Susurro. —Ahora si me disculpas necesito bañarme.

Corro a la ducha, dándome un baño ligero. Me preparo con ropa sencilla y cómoda, siempre me han exigido vestir con cosas ostentosas y he obedecido, pero hace algunos meses decidí seguir lo que soy y no lo que quieren que sea.

Llegamos al teatro luego de un viaje normal con mi amiga, ella se ha preparado para la ocasión debo admitir que se ve más atractiva que yo.

Aparcamos en el fondo, total somos las últimas en salir y cuando lo hacemos ya no hay tantos autos.

Entramos al teatro donde todo se ve tan cálido y familiar, llevo 2 funciones aquí las demás han sido en teatros cercanos a este.

Nuestro director es un señor anciano súper afable, él ha sido como mi abuelo desde los 17 años cuando ocurrió el incidente en mí familia, nada que quiera recordar en este día tan especial.

Él se acerca con una ancha sonrisa. —Hola, ¿cómo va todo Ele? —Besa mis mejillas como de costumbre, él es el único que no me dice Elena, sino Ele.

—Hola, todo bien ¿cuánto falta para la función? — Indago al mismo tiempo que lo abrazo.

—Salen en 20 minutos, ve a tomar algo y ponte tu traje. —Me da un empujoncito para que camine, mientras se queda charlando con Carla, una de las ventajas que tiene de ser mi amiga, es que todos aquí la conocen y por ende se pasea por doquier.

Antes de meterme en mi traje, me dispongo a observar cuantas personas han llegado ya, la cantidad es sorprendente, en realidad hay más que la última vez, los nervios de siempre me recorren el cuerpo, hasta que son suplantados por asombro, en la última fila se encuentra el duende de Emanuel, decidí llamarlo así por su baja estatura, un metro sesenta puedo calcularle.

Ahora voy a demostrarle que vale la pena venir a verme, ya que la última vez dijo que no es por mí que venía.

A solo cinco minutos de la presentación, comienzo sudar más de lo normal, eso solo puede significar una cosa. Ataque de pánico, he sufrido toda mi vida por eso, siempre que algo importante se avecina mi cuerpo comienza a padecer cambios, como dolores intensos de cabeza, temblores o mareos.

Amor Fugaz ✓जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें