1. Destinos Cruzados

265 13 2
                                    

—Vamos Carla, tengo prisa después de clases debo ir al teatro. —Insisto con precisión.

—Lo sé, hago lo que mis pies me permiten. —Carla se defiende.

Tener amigas con estatura baja es muy complicado, debes acoplarte a sus diminutos pasos, faltan tan solo cinco minutos para mi clase de oratoria, normalmente vengo sola, pero hoy se ha unido una de mis mejores amigas, ella siempre me ha acompañado en las presentaciones del teatro y ahora resulta que me ama tanto que hasta quiere estar en mi clase.

Es la tercera semana del curso, me siento muy emocionada porque estoy en Milán con mi equipo de trabajo y en los ratos libres (que son pocos) decidí aventurarme en aprender cosas nuevas, como pulir hasta el máximo mi oratoria.

Quiero destacar que hace un tiempo estuve en una relación con un chavo llamado Jon, llevábamos varios años de noviazgo, sin embargo, sus constantes dramas innecesarios y berrinches infantiles, me obligaron a tomar la decisión de ponerle punto final a lo nuestro, sabia decisión. —Susurra mi mente. Es por ello que entré a este curso, para emplear todo mi tiempo en cosas fructíferas y así evitar tristezas inútiles que no me dejarían nada bueno

Después de caminar durante algunos minutos con mi amiga tortuga llegamos al salón, la profesora ya está comenzando la clase, así que nos apresuramos a sentarnos.

—Buenas noches a todos, sé que ya saben la dinámica de cada sesión, sin embargo, hoy habrá un pequeño cambio. —Informa la profesora, que lleva por nombre Reyna.

Carla se mueve inquieta en su silla y me susurra. —Elena, esta es mi primera vez aquí y no estoy entendiendo nada.

—Cálmate, deja que la maestra termine de explicar. —Arguyo tratando de tranquilizarla.

Pero al parecer hablé más fuerte de lo que pensaba porque la profesora con el ceño fruncido me reprende. — ¿Puedo continuar, señorita Elena y compañía? —Nos lanza una mirada amenazante.

—Oh claro que sí, disculpe no volverá a pasar. —Aseguro con la mano en mi pecho, para hacerlo más creíble.

Está señora tiene un oído sumamente agudo, podría jurar que escucha hasta mis ruidosos pensamientos.

Ignorando mi comentario, vuelve a dirigir su atención al resto de la clase. —Cómo iba diciendo, hoy habrá unos pequeños cambios, quiero que trabajen con una persona que tenga la misma letra inicial en su nombre, es decir, si usted se llama Aladdin, trabajará con Adam. —Hace una pausa. Y la aprovecho para lanzar mi opinión.

—Profesora me temo que eso no será posible, en ningún salón los nombres pueden coincidir tanto como para encontrar pareja todos, además haciendo un cálculo matemático, aquí solo estamos 19 personas lo cual significa que su plan no funcionará. —Intervengo de forma educada.

—Ella me ofrece una mirada cansada. — Me dejarías terminar Elena.

—¿Otra vez me adelante? ¡Rayos! Perdón hoy juro que me callo. — Me disculpo tomando mi asiento.

—Bien solo lo diré una vez y presten atención. — Alza la voz y me da una mirada rápida. —Hoy se suma un alumno nuevo, bueno espero que venga porque ya pasó la hora, en fin, el listado de las personas ya está hecho todos los nombres coinciden. —Añade con simpleza.

Algo no me cuadra, conozco a todos por aquí y nadie lleva la E en alguno de sus nombres, y no hay manera de que el tipo nuevo lleve específicamente una E en alguno de sus nombres, esto es patético, no quiero ser la chica que se queda sola.

Levanto mi mano para volver a opinar. —Profesora... —Mientras trato de articular mi argumento un estrepitoso ruido me hace dar un brinco en mi silla, el sonido viene del otro lado de la puerta, la profesora sale a investigar.

Amor Fugaz ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora