—¿Quien?—preguntó hirviendo de la rabia.

—Joshua, mi amigo gay, o eso creía hasta que me quedé desnuda en frente de él y sus ojos me devoraron. Algo no encajaba. Ahora entiendo el porque d emuchas cosas. Gracias a él te llamé ese día en el que oí a una mujer al fondo.

—Era mi prima y estaba enfermo. — Acarició mi mejilla.

—Entré a su cuarto y en una maleta tenía todo tipo de fotos, tuyas, mías, Evans, Fabrizzio y Marie. En todas en las que aparecías estabas rayado...—respiré hondo— quien más lastima me da es Víctor, su pareja. Nadie merece ser utilizado de esa forma.

Adam eligió el momento para aparecer en la habitación interrumpiendo el recuerdo.

— Cierto, no me mató. — Adam entró con los lobos.— pero tú, no correrás con la misma suerte.

—¿Porqué? ¿Qué te hice Joshua?— le pregunto mirándolo adolorida.

Se veía asustado y con una rabia que su cuerpo no podía mantener.

—¿Te acuerdas de Le Clerc o La Ganzuá como le pusieron? Ella perdió su trabajo y su vida por tu culpa. Todo estaba planeado, haríamos un desfalco descomunal a la empresa e implantaríamos pruebas de su relación con la mafia. Harías todo para hundir a Adam. Apareciste tú y nos echaste a perder el plan cuando la remplazaron por ti. Como así no le servía para nada, él la mató. ¿Que crees que me pasaría si no me infiltraba en esta casa?

—¿Él?—mi ceño se frunció.

— Tu peor pesadilla, lo único que me arrepiento es de haber soportado al imbécil este, que mas que odio, es asco lo que le tengo. Cada beso, cada toque tenía que contenerme de las ganas de vomitar.— miró a Víctor sin mostrar compasión y este que aun le apuntaba bajó la pistola afectado por sus palabras.

—Tú si das asco. —le pegué un tiro en medio de los ojos.

—Gracias.—fue lo único que dijo Víctor antes de salir por la puerta.

—Era solo un peón...— asentí ante las palabras de Adam. — Necesitamos saber quien es el maldito detrás de todo esto.

—Tienes los cojones bien grandes. —mi padre apareció apuntando a Adam.

—Él no tiene culpa de lo que le pasó a la abuela, Joshua y su...gente lo hicieron. —me frunció el ceño. No parecía tener intensiones de bajara el arma y no me quedó más remedio que ponerme delante de Adam.—Papá baja el arma...

—No, rompió nuestro trato cuando se le pasó por la cabeza mandar a asesinarme. Ya no es bienvenido a esta casa o a este país.

—Tú lo rompiste primero, te pedí que me dijeras quien era el Diamante Ruso y nunca lo hiciste.—Adam rebatió.

—Nunca traicionaría a mi hija, pero ya vea que ella no tuvo problemas en atacarme por la espalda. — ese golpe lo sentí en medio del pecho. Jamás me perdonaría lo de la aguja.

—Si me lo hubieras dicho...— murmuró Adam. — todo hubiera sido más fácil.

—Pero no cambia el hecho de que no confío en tí y no te quiero aquí. Ahora mismo no soy el padre de la mujer que amas, ahora mismo soy el pakhan con un genio de los mil demonios así que ¡Vete! o te juro por lo que más quiero, que está en frente de ti, no me temblará la mano y te mataré.—me giré hacia Adam asustada.

—Es mejor que te vayas. — negó con la cabeza. — por favor...déjame arreglar las cosas aquí, y te prometo que hablaremos, pero no ahora, míralo como está no va a entender nada de lo que digas. No va a hacerme daño pero no se lo pensará mucho contigo.

Marcada Por Un Mafioso©Where stories live. Discover now