Capitulo 5 ✔

72.4K 4.5K 1.2K
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


New Orleans, Luisiana.

Katherine

Habían pasado dos semanas desde que me encontré con el Sr. Mazzini, o más bien con Adam Mazzini Cipriani. Multibillonario de múltiples cadenas hoteleras y clubes o eso describían en el internet. Trabajar en su ático no había sido color de rosa, era exigente, autoritario y malditamente sexy.

Muchas veces lo había notado mirándome más de lo normal, cosa que me ponía un poco nerviosa y él lo sabía. Por lo tanto, me desquitaba sacándolo de sus casillas. La mayoría de las veces le insinuaba que era un viejo verde, egocéntrico y de muy mal carácter.

Aunque él, no se quedaba atrás diciendo lo niña, odiosa e irritante que era. ¿Me importaba lo que pensara? No ¿Me quedaba callada ante sus tonitos autoritarios? Tampoco.

Recordé como había entrado como un huracán en el ático porque no habían llegado algunos de los pedidos.

―No es mi culpa, que la compañía se hubiera equivocado.

―Tu estas al frente de todo, tenías que haberlo previsto. Esto me pasa por contratar a una adolescente.

―A mí me pasa esto por seguir trabajando para un anciano, que no sabe diferenciar cuando algo es culpa de alguien o no. Gracias a Dios esto no es una monarquía y usted no es rey, sino, Dios nos ayude a todos.

Sus ojos relucieron malvados.

― ¡Resuelve el maldito problema!

―No puedo hacer magia, mejor despídame y contrate a un profesional. A lo mejor te sacan una varita mágica, oh, espera, no estamos en Hogwarts y tampoco existen los ¡malditos milagros!

Se acercó como un toro parando en el último minuto y llevó su mano a su frente presionándola con el dorso del dedo índice. Hacía acopio para recomponerse, lo vi en su cara.

―Esa boquita venenosa no te llevará a ningún lugar bonito. ―murmuró. ―No sé en qué mundo vives, pero en el mío, se hace lo que yo diga.

―Entonces tu mundo necesita abrirse al mío. Se dice gracias, por favor y disculpa. Tal vez no es demasiado tarde y lo puedas aprender antes de que el Alzheimer te alcance.

¿Me estaba ganando a pulso que me despidiera? Totalmente.

Pero no lo hizo, cosa que me tenía confundida.

Dos semanas y ya me estaba preguntando si había hecho mal en no renunciar cuando se me pasó por la cabeza.

¿El obstáculo? la cuentas en la casa y también, aunque me costara admitirlo me entretenían las discusiones con él. A veces cuando no era irritante, era un mandón sexy.

«Pero, ¿qué estás pensando tarada? Concéntrate en el maldito papel que tienes delante.» pensé sacudiendo la cabeza.

Estaba en medio de mi último examen final para terminar primer año. Hacía media hora había terminado de escribir, pero no lo entregaba todavía porque no estaba segura de lo que había escrito. El problema de esto tenía nombre y apellido. Hacía un rato estaba pensando en él.

Marcada Por Un Mafioso©Where stories live. Discover now