Capitulo 2 ✔

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New York, Manhattan (Mazzini's Hotel)

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New York, Manhattan (Mazzini's Hotel)

Adam

Estaba mirando por la ventana acristalada de mi penthouse hacia la revoltosa ciudad que nunca duerme, excepto la mujer que tenía en mi cama.

«¿Quién no va a dormir después de un exhausto y caliente sexo conmigo?»

Estaba concentrado en el ruido amortiguado que se escuchaba proveniente de las calles de abajo. El frío hacía que el humo de los tubos de calefacción revolotease en el aire casi hipnotizante.

Sonó el móvil interrumpiéndome.

Era mi hermano adoptivo y sottocapo de la Mafia Italiana, Fabrizzio Mussolini.

—Dime que tienes todo listo. Quiero salir de aquí. Sabes que no me gusta New York. —lancé sin saludar.

Estaba harto de esta ciudad, pero los negocios ameritaban que estuviera presente.

Esperé a que me respondiera mientras observaba el reflejo de alguien acercándose detrás de mí.

—Todo solucionado. El hotel ya está casi listo, solo falta tu ático. Sé lo quisquilloso que eres, por lo que te tengo la diseñadora con la que trabajarás mano a mano. ―alegó.

Arrugué el ceño sintiendo como que no me contaba toda la historia.

—¿Es del grupo Diseños Milán Inc.? ―interrogué.

Me gustaba lo mejor de lo mejor y ellos estaban en el número uno del top de los mejores diseñadores de interiores del mundo.

Se demoró unos segundos en contestar por lo que exigí una respuesta. — ¿Y bien?

—Es... una alumna de universidad que le hacía falta el trabajo y... —lo interrumpí de inmediato iracundo.

—¡¿Una alumna?! —grité. — Es mi jodida casa, tiene que ser perfecta. —tomé un largo respiro calmándome.

«¿Qué demonios tuvo que pasar para que haya hecho algo tan imprudente?»

Dejé el móvil en la mano mirando sobre mi hombro y mandé a la chica a la habitación. No me gustaba que me vieran perder el control.

Puse el móvil en mi oído.

―Fabrizzio tú me conoces. ¿Qué pasó? —pregunté más calmado.

—La hija de Roger Mcklain me la recomendó y no sé cómo...—hizo una pausa y se aclaró la garganta. —... me puso en una situación donde no podía decir que no. ―me quedé en silencio maldiciendo mis entrañas. ―No te preocupes, mañana cuando venga a la oficina la despido.

Miré al techo con una mueca de resignación.

—No Fabrizzio, ya diste tú palabra y sé cómo eres con eso. Pero, si veo un fallo, está fuera. —dije entre dientes por el hecho que tenga que lidiar con una estudiante. Son pegajosas, se hacen ilusiones y después te miran con cara de cachorro sin dueño si le alzas la voz. —En unas horas salgo para allá, necesito también encargarme del otro asunto con F&G. Nos vemos en cuatro hora. —colgué.

Marcada Por Un Mafioso©Where stories live. Discover now