Te salve, ¿O tú me salvaste a mí? | Marco Reus

38. "Solo no te quiero perder"

Clapton.

—¡Maldita sea!—se retiró bruscamente y golpeó el asiento—. No quería decírtelo, pero estoy en un punto de presión que me estoy volviendo loco, Clapton —mordió sus labios—. Sólo lo arruine todo...¿Verdad? —Pregunto jugando con sus manos.

—Kevin... No sé qué decirte —dije torpemente después de salir de mi asombro.

—Claro que no tienes nada que decir Clapton —lamió sus labios—. Eres la novia de mi maldito mejor amigo...

La radio acompañaba el silencio.

—Perdóname Clapton —susurro.

—No hay nada que perdonar Kevin.

—Claro que sí, perdona por arruinar esta amistad...

—No se ha arruinado esta amistad —tome su mano y creo que eso fue un error pues me miro con ojos esperanzados.

—En realidad no me gustaría perderte, pues tú eres una de las pocas personas que me mantienen con los pies en la tierra —sonrió de costado—. Es tarde, ¿Nos veremos luego? —Pregunto cuando vio que no tenía nada por decir.

—Por supuesto que sí —le regale una sonrisa y él también a mí.

—Nos vemos —beso mi mano y salió.

—Vaya que te demoraste —dijo Marco mientras estaba sentado en uno de los sillones.

Rodé los ojos e ignore sus palabras dirigiéndome a mi habitación.

—Clapton no me ignores ¿Por qué te demoraste tanto? —sentía que me seguía.

—Porque si Marco —voltee y lo mire seriamente.

—¿Qué te dijo Großkreutz? —se cruzó de brazos.

—Nada —levanté los hombros y entré a mi habitación.

—¿Cómo que nada? —grito—. ¡Te ha dicho algo para que estés así!

—Vergacion —dije en español—. Marco cállate, te has estado comportando como un idiota hoy. Si te incomoda saber que Kevin gusta de mí, dímelo y ya.

—Te lo dijo —bufo con enojo.

—Sí, me lo dijo —me acerque a él—. Mírame Marco—tome su rostro en mis manos.—, si lo que te molesta es eso, pues déjame decirte que no va a pasar nada entre nosotros dos. Kevin sólo es mi mejor amigo y eso se le va a pasar —sonreí para poder calmarlo.

—Sólo no quiero perderte —agarro mis manos y luego las entrelazo.

—No me vas a perder —sonrió y beso mis labios.

— ¿Quieres ir a dormir o...? —carcajee y negué con la cabeza.

—Mañana tengo que estudiar.

—No vayas —me tomo de la cintura y me pego más a él. —, quédate mejor aquí, conmigo, descansando.

—Tu oferta es muy tentadora —picotee sus labios—. Pero no.

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—Entonces tienes a Marco Reus y a Kevin Großkreutz a tus pies. —dijo Samiel después de que le había contado su noche.

—Eso sonó muy feo —ambos jóvenes rieron.

—¿Sería bueno que alguien se sumará a esa lista? —Pregunto encarnando las cejas.