16. Fornell.

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Los sonidos de los celulares de ambos, juntó a los golpes rápidos y molestos que tocaban la puerta del apartamento, hicieron que ambos se levantarán del sofá blanco quejándose por todo.

Clapton tomo su teléfono y se dirigió al su cuarto, Marco por otro lado lo reviso y tenía 73 mensajes de su mejor amigo Marcel, abrió la puerta molesto y dejo ver a el castaño con una pinta no muy de estar a principios de invierno en Dortmund, rápidamente él lo abrazo y entro al apartamento como si fuese su hogar.

—Dime que me extrañaste —sonrió y se dirijo a la cocina.

—Para nada, estaba disfrutando estar sin el molesto Fornell —dijo Marco frotando sus ojos y sonriendo.

—Cuida tus palabras —amenazo él mientras colocaba dos panes en la tostadora.

—Mejor dime ¿qué haces aquí? —coloco otros dos en la tostadora.

—A invitarte a... —miro su celular y busco un mensaje—, las hermosas islas griegas.

—Pero si fuimos este verano —saco los panes y los coloco en un plato.

—Pero dime si tú no la pasaste bien —sonrió pícaramente.

Marco recordó y se le dibujó una sonrisa, en realidad la había pasado demasiado bien, el lugar era hermoso y las turistas también lo eran.

—¿Para cuándo tienes planeado ir? —pregunto ignorando su comentario.

—Hoy mismo, tengo un avión privado esperando —miro su reloj—. Y creo que nos estamos tardando —mordió su tostada y salió de la cocina— ¿Vienes o no?

En ese momento bajo Clapton con un unos pantalones ajustados y un suéter, tenía el cabello suelto acompañando con un lindo beanie. Marcel dirigió su mirada a la muchacha y sonrió pícaramente.

—Hola —Marcel dijo con voz seductora, Marco bufo y le pego en el pecho.

—¿A dónde vas? —pregunto Marco antes de que su amigo seguirá coqueteando.

—A mi corazón hermano, es hermosa —interrumpo Marcel mientras dijo en un susurro bobamente.

—Un gusto Clapton —estiro su mano y él la tomo rápidamente.

—El gusto es mío Clapton, Soy Marcel Fornell —beso su mano como en la antigua época y ella se sonrojó un poco—. No me dijiste que tenías compañía tan hermosa —la miro y le guiñó el ojo.

—Por qué no te callas Fornell y vas a la cocina —soltó Marco molesto provocando que su rostro se tornara un poco rojo, Marcel se fue pero sin antes de guiñar le el ojo y sonreírle a Clapton.

—Es lindo tu amigo —lo señalo tímidamente, Marco volteó rápidamente y vio que Marcel estaba apoyado en la puerta de la cocina mirándola.

—¡Mierda Marcel! ¡Te dije que te metieras a la cocina antes de que te de un golpe! —grito mirándolo y él sólo soltó una carcajada y entro. La volteo a ver y estaba sonriendo de oreja a oreja, pensando "lo tierno que se ve cuando esta celoso"— Perdóname y perdónalo —sonrió—. Ahora sí, ¿A dónde vas? —pregunto más calmado.

—Kevin me invito a pasar un día con él, así que —alzo los hombros sin interés—, acepte.

—Ah —dijo secamente cruzando los brazos.

—Tal vez me quede con él unos días. Tiene casa sola, sus hermanos están en un paseo creo y se van a demorar bastante —dijo mientras carcajeaba por dentro, sabiendo que todo eso era mentira.

—No te lo permitiré —su voz sonó un poco sobre protectora.

—¿Por qué no? —dijo inocentemente mientras se dirigía a la puerta, él la tomo del brazo haciendo que se volteará rápidamente. Planto un beso en sus labios haciendo que ella se sobresaltara y mientras disfrutaban a los lejos se pudo escuchar un "Mierda Marco, ella iba a ser mía" por parte de Marcel, se separaron ante el comentario riendo.

—Voy a ir a las islas griegas, quiero que me acompañes —susurro en cerca de sus labios.

Clapton sonrió y lo pensó por un momento —Creo que no va a ser posible, que te vaya bien—planto un beso rápido en sus labios y se marchó.

—Esa chica es la más sexy y tierna que he visto —salió Marcel de la cocina—. Te has ganado la vida campeón —golpeo su pecho.

—Todavía no —negó con la cabeza—. Espérame hago la maleta.

Subió a su habitación y echo cosas para el viaje. Estaba un poco molesto por que Kevin iba a pasar tiempo con ella y se preguntaba que si ella le había negado la invitación por su propio compañero de equipo.

Después de que Kevin la terminara de insultar por no haberle llamado a contarle lo que paso, le dijo que si quería tomar un día con él.

Al colgar le llego un correo de Germán el abogado de la familia informando sobre que las cosas de la herencia de su padre estaban ya estaban en Dortmund.

Llego al garaje y observo una camioneta negra, el joven de la portería ya le había entregado las llaves que habían dejado en el lugar. La abrió y se sentía en el paraíso, era todo lo que ella se había negado por algunos años.

Las calles de Dortmund estaban mojadas debido a la lluvia de la noche, se podían observar algunas personas con abrigadas por las calles, paro en un semáforo y prendió la radio, miro a su lado derecho apreciando como algunas gotas de lluvias caían y escucho a alguien montarse al auto rápidamente, luego sintió como colocaban algo frío en su cabeza.


Te salve, ¿O tú me salvaste a mí? | Marco ReusWhere stories live. Discover now