NARNIA. La Última Reina De Antaño (TERMINADA)

Capítulo 60: El duelo de Caspian

Acto seguido, miró mi mano y observó el anillo que Edmund me había obsequiado, me lo arrebató pensando que era de compromiso y me dijo que era una verdadera pena que me encontrara comprometida tan joven, de la misma manera y sin previo aviso, tomó mi collar y lo jaló con fuerza para arrancarlo, grité ante la acción y los chicos se alarmaron pero lo único que lograron fue recibir un par de bofetones. Guardó mis accesorios en su bolsillo izquierdo y ordenó a sus hombres encerrarnos para luego negociar con la tripulación. Nos llevaron hasta una especie de torre habilitada como carcel. Y nos pusieron cadenas en los tobillos. Horribles flashbacks sobre Calormen llegaron a mi cabeza pero tenía que ser fuerte.
Apenas se fueron los hombres, sentí como un ardor en mi cuello empezaba, lo toqué y me di cuenta que sangraba. Intenté ocultarlo pero Peter me miró.

-¿Te lastimó?- preguntó.

-No fue nada- dije minimizando el asunto y tapando con mi cabello la herida.

Estábamos separados a distancias considerables y el eco era tan grande que apenas un susurro podía escucharse en todo el edificio.

-Voy a matarlo- habló Caspian enfadado.

-De acuerdo, pero primero sácanos de aquí- pedí.

Todos estábamos estresados y preocupados.

-¿Cómo mierda saldremos de este sitio?- pregunté después de un rato.- ¿Tienen idea de que si morimos aquí todo estará perdido para Narnia?-

-Lo sabemos, pero no hay que perder la cabeza- dijo Peter- ¿No puedes usar magia?-

-No tengo mi libro ni mis accesorios- respondí con un nudo en la garganta.

-Nuestros hombres vendrán a buscarnos- dijo Caspian.

-Eso si no les engañan primero- advertí.

Pasaron horas mientras intentamos romper las cadena de todas las manera posibles pero fue inútil, así que la opción de esperar a la tripulación no era tan descabellada. Estaba cansada de batallar con esa pesada cerradura y mientras solo observaba a la nada de esa húmeda y mohosa habitación, estaba cabeceando.

-Puedes dormir si quieres- susurró Peter.- Caspian y yo montaremos guardia.-

-No quiero dejarlos- dije.

-No lo harás. Anda, duerme que estos días tu sueño ha estado decaído-

Era verdad, sin saber la razón, esos días en el navío no me la estaba pasando del todo bien mis hora de sueño, no dormía ni 5 horas por la desesperación que me causaba no hallar tierra.
Sólo asentí y me "acomodé" contra la pared para cerrar los ojos mientras los chicos guardaban silencio.

Escuchaba voces en mi cabeza, voces de personas que ya conocía, como la de Henry Rabadash y su padre, Jadis además del papá de Rebeca, incluso estaba Jace. Yo estaba con más cadenas y ellos se acercaban poco a poco con intenciones de matarme, pedí a Jace que me ayudara pero no lo hizo, al contrario, dió media vuelta y se marchó dejándome sola. Mi cuerpo se movía y sudaba frío, antes de que Jadis me tocara con su espada, grité.

-¡No!- y abrí mis ojos sin aviso impulsando mi cuerpo hacia enfrente.

Miré hacia ambos lados y sólo vi a Caspian y Peter que me miraban preocupados.

-¿Qué tienes?- preguntó Caspian- estás sudando-

Toqué mi frente y percibí que era verdad, limpié mi rostro pero no respondí.

-Arely- llamó Peter- ¿Te sientes bien? Estabas... Hablando sola...-

-Hay cosas que aún no nos dices, ¿Cierto?- preguntó Caspian.