NARNIA. La Última Reina De Antaño (TERMINADA)

Capítulo 4: ¿Narnia?

Fue entonces cuando en mi cabeza pasó un flashback: recordé al momento aquella escena de ese filme, ¿estaba en Narnia?, todo indicaba que sí , luego recordé mi infancia: como por primera vez mis ojos se iluminaron al igual que la protagonista de aquella escena, en ese momento mis ojos se irradiaron una luz única, sabía dónde estaba.
Estaba en Narnia, aquel lugar que tanto había querido conocer, aquel lugar que me inspiró tantas cosas, ahora, por un momento sabía que podía gozar de ello, por lo cual comencé a brincar como una niñita, a gritar, a bailar y abracé con tanta fuerza ese el faro que mi rostro se endureció por el frío metal. Entonces luego calmados los ánimos, creí que sería buena idea dar un pequeño paseo por aquellos lugares enigmáticos, me acomodé de nuevo mi abrigo y me dispuse a caminar.
Pensé que sería buena idea visitar al señor Tumnus pero ¿en dónde se encontraba? bueno, era cuestión de adivinar. Me dejé guiar por mis instintos y luego pasados 5 minutos comencé a escuchar una melodía muy linda parecida a la de una flauta entonces la seguí y di con la pequeña morada de aquel fauno que tanto había querido conocer desde chica.
Me acerqué y me asomé discretamente por una pequeña ventana, él se encontraba sentado al lado del fuego tocando la misma melodía qué le había encantado a la reina Lucy.
Noté también cómo figuras muy curiosas se formaban en el fuego, quise acercarme un poco más pero no me di cuenta y tiré unos utensilios al lado mío. Caí en la fría nieve y me incorporé rápidamente pero ya era tarde, él me había escuchado.
Entonces, tirada frente a su puerta pude ver como las sombras de algo que parecían pezuñas se acercaban lentamente, cerré mis ojos con intención de despertarme para no causarle molestias pero al abrirlos yo seguía ahí y ahora él se encontraba frente a mí, el señor Tumnus no se asustó, pues ver hijos de Adán hijas de Eva ya no resultaba cosa para temer, pero pareció no reconocer mi especie y su cara fue de asombro, tal vez porque se dio cuenta que lo estaba observando, luego sacó una pequeña daga y me apunto mientras yo aún seguía tirada.

-¿Quién eres y qué hacías espiándome?-preguntó con desconfianza.

*Creo que es mi oportunidad*-pensé.

Entonces me senté reclinándome hacia atrás con mis manos para que éste se diera cuenta que no poseía arma alguna.

-Disculpe la molestia señor Tumnus- dije nerviosa- mi nombre es Arely y soy una hija de Eva. No quise interrumpirlo pero no sé cómo llegué aquí, sólo pensé que sería buena idea visitarlo, ya he escuchado de usted y de las grandes historias que se cuentan de Narnia, sólo pasaba a saludar.-respondí con una sonrisa nerviosa.