NARNIA. La Última Reina De Antaño (TERMINADA)

Capítulo 18: Duelos

Nos separamos por falta de aire, pero no despegamos nuestras frentes uno del otro. Mientras recuperamos el aire, reímos y aprecié esos hermosos ojos que me enloquecían.

-Te amo- le susurré.

-Yo yo a tí- me susurró Edmund.

Nos alejamos un instante par ver cómo el cielo se tornaba de colores anaranjados que anunciaban la pronta llegada de la noche.

-Ya casi es hora- dije mirando hacia el horizonte.

-¿Harás el Encantamiento ahora?-preguntó

-sí-respondí- Peter me lo pidió.-

-Está bien...- se detuvo- y hablando de Peter... ¿Ya le dijiste de lo nuestro?-

-No- contesté tajante- aún no.-

Hubo un silencio y luego seguí hablando.

-Quiero hacerlo, pero... ¿Crees que es tiempo?- le pregunté.

-Claro- me miró- no podemos seguir evitando el tema. Al menos yo no puedo.-

-Tampoco me parece la idea... Creo que se lo diré hoy- miré a Edmund.

-Gracias, esa es mi chica- y me dió un beso en la mano derecha. -¿Aún lo conservas?- preguntó mirando el anillo.

-¡Claro!, es algo de suma importancia para mí. Prometo usarlo siempre- concluí.

Una idea alborotó mi cabeza por unos segundos.

-Lo tengo...- susurré.

-¿Qué cosa?- preguntó Edmund.

-El anillo- dije extendiéndolo hacía él- es el objeto que usaré ésta noche.-

-¿En serio?- preguntó Edmund.

-¡Sí!- respondí animada.- Es más...- tomé el libro y busqué la hoja del Encantamiento.- Aquí está... Utilizaré ambos objetos: mi collar y el anillo, tendré el doble de luz de luna, si se llega a acabar el poder en alguno de ellos, tendré el otro como refuerzo.-

-Ingeniosa chica- dijo Edmund viéndome.

-Gracias, Majestad- le respondí.- ¿Sabes?, Me hubiera gustado realizar el duelo hoy.-

-¿Y por qué no peleas conmigo?- me cuestionó.

-¿Es enserio?-

-Por supuesto- dijo poniéndose de pie y tendiéndome su mano.

Me ayudó a pararme y me miró fijamente.

-No creo que al gran Rey Peter le moleste- comentó riéndose.

-Vas a llorar-dije corriendo lejos de él.

-Ya veremos-corrió a alcanzarme.

Nos alejamos un poco, Edmund fue a buscar dos espadas y me dió una.

-Mi lady, es para usted- me la entregó con porte.

-Gracias, su Alteza.- hice una reverencia.

Comenzamos el duelo cuando ya empezaba a obscurecer. Era increíble la agilidad que Edmund tenía con la espada, pero yo me defendía muy bien para ser principiante.

-Vaya que pusiste atención- dijo mientras esquivaba mis ataques.

-Gracias, cariño. Pienso lo mismo.- reí.

El duelo duró casi 5 minutos. Ya estaba totalmente obscuro y la luna ya se asomaba. En una pequeña distracción, pude quitarle la espada a Edmund y lo acorralé cerca de un árbol.

-Te gané- dije con mi último aliento.

-Ya veo, bonita. Qué bien lo hiciste-

Bajé las espadas y tomé aire. Estaba de espaldas hacia el castillo, así que no ví venir las 4 figuras que Edmund notó desde lejos pero que ni se molestó en mencionar. Sólo escuché unos aplausos detrás de mí.
Caspian, Lucy y Susan estaban asombrados, al parecer habían visto todo el combate desde adentro. Peter también venía con ellos, y aunque no estaba aplaudiendo como los demás, lo ví sonriéndome.

-Jajaja, te partió el trasero- se burló Caspian.

-Es muy buena, ¿Qué puedo decirte?- dijo Edmund alzando sus hombros.

-Lo hiciste muy bien, Arely- brincó Lucy- ¿Podrías enseñarme luego?-

-Ay, Lu.- reí bajo- ojalá fuera tan buena como dices. Apenas comienzo.-

-Si eres así de principiante, no quiero imaginar cómo serás cuando ganes más experiencia- me dijo Susan.

-Gracias, chicos. Realmente me animan mucho.- comenté.

-Ejem,- tosió Peter falsamente para llamar la atención.-Creí haberles indicado que el duelo se posponía hasta nuevo aviso.- me miró serio.

-Lo siento, Majestad.- me disculpé mientras agachaba la cabeza.-fue...-

-Fue mi culpa- me interrumpió Edmund.- fuí yo quién le pidió el duelo. ¿Tiene algo de malo?- Alzó la ceja retando a su hermano.

-Creo que no te ha quedado claro.- se dirigió Peter a Edmund quedando frente a frente.- cuando doy una orden, se acata.-

-No hicimos mal a nadie- argumentó a Edmund.

-No sabes cuándo callar, ¿Cierto?- le respondió Peter a su hermano menor.

El sumo Monarca se giró y me volteó a ver.

-¿Hiciste el encantamiento ya?- me cuestionó serio.

-A eso iba- le respondí sin miedo. No me gustaba cómo trataba a sus hermanos en ocasiones, aunque dentro de todo sé que lo hace para protegerlos.

Me dí la vuelta y tomé una espada dirigiéndome hacia donde había dejado el libro. Sentí cómo alguien me tomó del brazo y reconocí el agarre.

-¿Puedo servirle en algo más, Mejestad?- pregunté desanimada.

-Sólo si me vences en un duelo...- comentó Peter- tal vez... Puedas pasar a dirigir mis tropas diariamente-

Volteé a verlo y lo miré con estrañeza.

-¿Cambió de opinión?- pregunté.

-Me gusta hacer que mi hermano se moleste un poco. Sólo eso. Para nada estaba enfadado.- argumentó.

-Menos mal.-

-¿Y bien?- preguntó.

Asentí con la cabeza,nos separamos un poco y en un instante el duelo había comenzado. Su agilidad era muy parecida a la de Edmund pero su fuerza era mayor. Hubo un momento en el que creí que se me caería la espada, pero la sujeté con mayor fuerza y seguí defendiéndome.
El duelo duró casi 8 minutos, hasta que tropezó y retrocedió. Aproveché y le quité su espada para terminar así el duelo.
Peter sólo me sonrió y mirándome hizo una reverencia.

-Fue un duelo increíble- alagó el Rey.

-Gracias por darme la oportunidad, Majestad.-

-Gracias a ti.- tomó mi mano derecha.

Los demás Reyes y Reinas se acercaban felices por el resultado del duelo.
Estaban ya a escasos metros de nosotros cuando Peter besó mi mano y notó algo que había pasado desapercibido.

-Lindo anillo- comentó- ¿De dónde lo sacaste?-

*Joder*-pensé.
Volteé a ver a Edmund que se encontraba desconcertado como yo, mientras Caspian y Lucy sonreían en señal de que era hora de confesarles todo.
Busqué la mirada de Peter y le respondí segura.

-Edmund me lo obsequió-

-¿Edmund?- Peter lo miró-¿Por qué haría algo así?- Comenzaba a sospechar.

-Porque...-dije mirando a Edmund.

Edmund se abrió paso poniéndose al lado mío, tomó mi mano y me miró dulcemente.

-Somos novios..- dije finalmente tomada de la mano de Ed.