Capítulo 14: La historia de Brillante

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La luz del sol que entraba por la ventana hizo que abriera mis ojos.
*Cielos*- pensé-*Es increíble que siga aquí*. *¿Estará preocupada mi mamá?* *¿Cuándo volveré a ver a mi familia?*- Comenzaba a extrañarlos.
Me paré de la cama y realicé mi rutina matutina.
Ya aseada y arreglada opté por comenzar a averiguar un método para revertir el hechizo.
Tomé el libro que había dejado sin leer la noche anterior por la emoción, y continúe con su lectura.
Estaba leyendo mi capítulo y OMG! Era increíble:

En los comienzos de Narnia los astros podían hablar como humanos, había una estrella tan hermosa y brillante que no era necesaria otro astro como la luna para que iluminara a Narnia. Muy pronto, todos comenzaron a hacer caso a la peculiar estrella, pues además de su brillo magnético, ayudaba a cualquiera que necesitara de un consejo. Poco a poco, otras estrellas y la misma Luna comenzaron a envidiarle. Una noche (viernes 13) del mes de diciembre, la Luna y tres estrellas planearon deshacerse de aquella brillante estrella (parecía ser la noche perfecta para el maligno plan y casi sacada de una novela de horror). El plan era simple. La Luna fingiría sentirse mal para llamar la atención y mantener a todos distraídos, mientras que las tres estrellas engañarían a su víctima diciendo que conocían el remedio para la Luna, pero para obtenerlo, necesitaban que ésta las acompañará a los confines del cielo, donde ninguna estrella podría ir sola, pues la obscuridad era tanta que su brillo no alcanzaría para iluminarles y se perderían seguramente.
"Brillante" (así conocían a la hermosa estrella) un poco insegura aceptó la propuesta para ayudar a la Luna. Siguió a las estrellas hasta los confines del cielo. Llegaron a un punto donde no había nada más que obscuridad.

-Muy bien-dijo la más grande de las estrellas malvadas- te toca, Brillante-

-Debes de buscar la roca de zafiro-siguió la estrella mediana- sólo eso podrá salvar a Luna-

-¿Por qué no vinen conmigo?- preguntó Brillante sospechando.

-Nos perderíamos allí adentro si te seguimos, aunque fuéramos a tu lado, nuestro brillo no ayudaría nada.-

-Emmm.. está bien- dijo Brillante.- esperen aquí.-

-Claro, linda- dijo la estrella mediana falsamente.

Brillante se internó en la densa obscuridad. Su brillo apenas alcanzaba para ver lo que tenía frente a ella. Gracias a esto, pudo esquivar algunos asteroides, pero por más que anduvo no encontraba la roca de zafiro. Comenzó a desesperarse. Estaba a punto de regresar cuando dislumbró una luz azul a lo lejos. La siguió, pero mientras más se iba acercando, el frío empezaba a atormentarlo, luego hubo un ruido extraño. Algo no andaba bien, tardó en darse cuenta del engaño, ya era muy tarde. Algo parecía estarla subcionando. Era un agujero negro. Por más que se resistió, sus intentos fueron en vano.
Lejos de aquella zona de obscuridad, las estrellas malévolas parecían contentas con su acción, sólo se escuchó un gran estallido que arrojó a las tres muy lejos de los límites de la zona. Corrieron para que nadie las culpara. Cuando llegaron donde estaba la Luna, vieron cómo todos estaban asustados, el estallido había alcanzado hasta aquel punto. Luego de la desesperación, una pequeña estrellita se dió cuenta de la ausencia de Brillante, pues había menos luz de la que estaban acostumbrados.

-Oigan!- gritó- ¡Falta Brillante!, ¡hay que encontrarla!-

Entonces, todas las demás estrellas buscaron incansablemente a Brillante, pero no la encontraron. Incluso Luna y las tres estrellas fingieron no saber nada y "ayudar" a su búsqueda.
Estaba a punto de salir el Sol cuando una constelación parecía estarse formando. Dieron forma a un enorme León parlante que puso a temblar a todos por el rugido que lanzó después.

-¡ES ASLAN!-gritó la estrellita.

Todos hicieron una reverencia. Luna y las tres estrellas se tensaron.

-Hijos, míos.-dijo el León serenamente- ésta noche, algunos de ustedes cometieron un gran crimen.-

Todos se quedaron callados. Las culpables intentaban esconderse detrás de lo demás.

-La envidia los ha corrompido. Y llegaron hasta límites extremos. Los culpables serán castigados.- hizo una pausa y miró a todos- Quiero a los culpables al frente. AHORA.- ésta última palabra fue acompañada de un retumbo.

Pese a la advertencia, nadie pasó al frente.

Las culpables temblaban de miedo, no podían seguir ocultándose detrás de los demás, no podían engañar al mismísimo Aslan. Las tres temerosas se abrieron paso frente al León.
Aslan las observó y anunció a todos.

-Agradezco su honestidad.- dijo-, sin embargo, lo que hicieron estuvo muy mal y no pueden irse sin recibir una lección.-

-Lo sabemos- dijo la estrella mediana.

-Estamos arrepentidas- continuó la menor.

-Pero aceptaremos la lección-concluyó la más grande de ellas.

Las tres bajaron sus miradas y esperaron.

-Alto-dijo Luna abriéndose paso.

Todos la miraron extrañados.

-Ellas no son las únicas culpables-agachó su cabeza igual- también lo soy yo.- se escuchó un grito de asombro y murmullos por parte de todos los presentes.

-Hijos míos- dijo Aslan- no sé cómo tuvieron el valor de hacer algo tan vil. Ahora, deben enmendar el daño.-

-¿Cómo?-preguntó la Luna.

-Acompañarán a la descendiente de Brillante de regreso a Narnia y ayudarán a erradicar el mal que ustedes plantaron en los suyos.-

Sin dar más explicaciones, el León rugió y el cielo se nubló, luego de unos segundos se despejó. Ahora, ningún astro podía hablar, quedaron inmóviles, sólo despertarían hasta el día en que el mal causado esa noche fuera erradicado.

Mientras tanto, Brillante estaba triste, en una inmensa obscuridad que no tendría fin nunca, cuando entonces una voz le habló.

-Brillante- dijo Aslan-.

-¿Aslan?- preguntó

-Así es, hija mía. Sé lo que te pasó. Te ayudaré a salir de aquí.-

-Gracias, Gran Rey- dijo alegre Brillante.

-No es nada, sólo que ésto tardará un tiempo.-mencionó el León

-¿Cuánto?-

-Eso dependerá de ti-

Brillante estaba algo confundida.

-¿Qué debo hacer?- preguntó la estrella.

-Te mandaré a otro mundo, ahí estarás por unas horas. Debes escoger ésta misma noche a una descendiente tuya nacida hoy mismo. Al estar regida por ti, tendrá virtudes asombrosas y deberá ser lo suficientemente fuerte para en un futuro lograr derrocar al mal que está cubriendo a Narnia. Será entonces la Última Reina de Antaño. Poseerá destreza en el tiro con arco, solo ella podrá utilizar la luz de luna para romper cualquier hechizo y tendrá que hacer un sacrificio de amor... Así como tú lo hiciste por los tuyos.- hizo una pausa.-ve, y escoge sabiamente, en sus manos estará el futuro de Narnia, hasta entonces, no podrás moverte o regresar a Narnia, inmóvil la observarás crecer en el otro mundo, le brindarás aliento cuando lo necesite y la cuidarás. Cuando la hayas escogido, tres estrellas se imprimirán en su rostro. Sólo así podré reconocerla después-

Luego de dar instrucciones, un portal se abrió y brillante entro. Apareció en otro espacio, donde ningún astro podía hablar y se encontraban inmóviles.
Rápidamente, visualizó a los recién nacidos esa noche. Algo le llamo la atención en el continente americano, un destello resplandecía en la parte sur de México.
Muy cerca de su madre, una recién nacida daba su primer llanto, sinónimo de vida. Entonces, Brillante decidió que sería ella su descendiente,la bebé tenía una chispa natural que encantaba a quien estuviera cerca.
Brillante sonrió y cerró sus ojos para no volverlos a abrir, la futura Reina ya había sido elegida.

NARNIA. La Última Reina De Antaño (TERMINADA)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang