Capítulo 26: ¿Está muerta?

236 14 2
                                    

Tocaron la puerta inmediatamente después de que lavé mis heridas.

-¡Voy!-grité secándome el rostro con cuidado.

Giré rápido y el dolor de abdomen regresó.
*Mierda*-pensé.
Intenté ignorarlo y fuí a abrir la puerta.

-Hola, amor- saludó Edmund sosteniendo el libro de los Encantamientos y un frasco de cristal.

-Hola- dije sonriendo y soportando el dolor.

-Te traje esto- extendió el frasco. -Un remedio para esos golpes.- dijo mientras buscaba con su mirada alguna marca en mi cuello.

-Gracias. Puedes pasar a dejarlo- le indiqué aún con una mano sosteniendo mi cuello.

Pasó y puso el frasco sobre mi mesita de noche.

-Debes aplicártela una vez al día. Ayudará con tus moretones y heridas leves.-comentó viéndome raro.- Arely...¿Puedes mostrarme tu cuello?-

*Rayos*
-Emm...Mira, Ed. Es que con la caída, me lo lastimé un poco. Así que trato de no moverlo mucho- mentí.

-Ya veo, entonces te ayudaré a ponerte la pomada- se ofreció acercándose.

-No- lo interrumpí- así está bien, eres muy amable, pero prefiero hacerlo yo misma-

Rodó sus ojos y suspiró.

-No creas que podrás engañarme. Te conozco- dijo- Por favor, déjame ver cómo te dejó-pidió.

Era verdad, me conocía muy bien. Suspiré y lentamente quité mi mano de mi cuello revelando las heridas y los moretones que lucían horrorosos. Me miró incrédulo pero se mantuvo sereno.

-Está bien- suspiró- te ayudaré, acércate y siéntate.-

Me senté a un costado de la cama. Miró mis heridas con tristeza y lentamente empezó a untarme la pomada contenida en el pequeño frasco.

-¿Por qué intentas ocultarme esto?-preguntó detrás mío mientras sobaba mi cuello.

-No quiero causarte preocupaciones- le respondí.

-Cuando me ocultas las cosas, me preocupas más- comentó

-Lo siento, tampoco quiero ocultarte las cosas- me disculpé.

-Está bien, sólo hay que prometer que no habrá secretos entre nosotros, ¿Sí?-

-Te lo prometo- dije.

Se puso frente a mí y me dió un beso en la frente.

-Está listo- dijo- recuéstate un rato- acomodó la almohada- te terminaré de poner en tu rostro-

Me recosté con cuidado.

-¿Qué hicieron con la señora?- pregunté.

-La encerramos en un calabozo alejado de los demás prisioneros, con vigilancia las 24 hrs. Le hicimos unas preguntas antes de encerrarla, pero no quiso cooperar.- contestó.

Reí.

-Entonces, aún no tenemos información. Creo que tendré que utilizar un Encantamiento.- comenté.

-Así parece- rió.

Pasamos varios minutos hablando sobre temas personales, reíamos y hacíamos chistes frecuentemente.

-Levántate y mírate en el espejo- indicó luego de contar un chiste.

-¿Es una broma?- pregunté incrédula.

-No- respondió- anda, te ayudo.-

Me levanté con cuidado y fui hacia el alargado espejo, casi me voy de espaldas al notar que los moretones y las heridas habían desaparecido.

NARNIA. La Última Reina De Antaño (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora