Capítulo 56: Lo que el cielo reveló

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-Me han herido la pierna.- dijo en un susurro.

-¿Cuándo?- pregunté.

-Durante la Batalla contra los Calormenos.- respondió.- Antes de que llegarás, yo estaba en la caballería. Uno de ellos me tiró del caballo y me atravesó su cimitarra por la pierna. Sobreviví de milagro.-

-Por Dios, pero, ¿A caso no te dio Lucy un poco de su poción?- pregunté.

-Tuve que fingir estar muerto para pasar desapercibido. Permanecí inerte en el suelo hasta que Aslan llegó. Me levanté con cuidado y después de que te fueras cuando Edmund terminó contigo, Lucy me encontró. Me dió una gota pero no fue suficiente, por alguna razón el dolor permaneció pese a que la herida cerró. No regresé a Cair Paravel desde ese entonces. No me sentía suficiente.-

-Es imposible- murmuré- el antídoto de Lucy cura cualquier herida.-

-Tal vez,pero no un corazón roto-

-¿Qué?- pregunté.

-No importa, fue algo que a todos nos pasó, tuve que alejarme de Cair Paravel por está misma razón. Pero ahora que estás aquí, me siento feliz de estar a tu lado- sonrió.

Me puse incómoda, su mirada, su tono de voz era distinto, parecía que ya lo había hecho antes, no capté la indirecta rápidamente. Comenzó a tomarme de las manos pero las aparté al instante. Me levanté por inercia y me disculpé.

-Disculpa, pero tengo algo que hacer.- sonreí falsamente.

Apresuré mi paso hasta ir a mi habitación. Obviamente los Reyes, Reinas, y algunos presentes notaron que me fui. Al poco rato, alguien tocó la puerta de mi habitación, por alguna razón temblaba y temía que fuera Jace.
No respondí, pretendía quedarme ahí hasta que se fuera.

-¿Arely?- preguntó la voz de Edmund desde afuera.

Abrí al instante.

-¿Estás bien?- preguntó- te fuiste casi corriendo. ¿Te hizo algo Hace?-

Abrí los ojos. ¿Qué carajos?. ¿Fue tan obvio?.

Negué con la cabeza.

-No, sólo- inventé alguna excusa- vine a buscar mi regalo.- mentí.

-Está bien- dijo aliviado.- bueno, voy a bajar. Si necesitas algo, no dudes en decirnos.-

-Edmund- le llamé.

-¿Sí?-

-Gracias- sonreí para darle un beso en la mejilla- tener amigos como ustedes es lo máximo.

Sonrió.

-Por cierto,- dijo recuperando la memoria- Jace acaba de irse. Pierde cuidado-

Asentí y tuve un extraño sabor de boca. Pero al mismo tiempo había sentimientos encontrados. Definitivamente aún no olvidaba al castaño y su forma de actuar me demostraba que ¿él tampoco? No lo sé, pero sentía algo, sabía que no podía estar con él aún porque teníamos que reparar la fisura y una relación ahora lo complicaría. Pensé un rato, si las cosas salían bien luego de cerrar la fisura, podíamos darnos un chace( claro, eso si seguía interesado en mí). Sonreí con una pizca de esperanza.

*Fuerza, corazón*- murmuré para mí misma cerrando los ojos.

Fui a ver el regalo y lo bajé para el Gran Salón, la hora del intercambio se aproximaba.
Los regalos estaban sobre la mesa, Jace había desaparecido (gracias a Dios) y después de tomar asiento, comenzó el intercambio entre nuestros invitados como entre nosotros. Peter se paró y fue hasta Susan par darle su regalo, que era un separador de libro muy lujoso con una imagen de los Pevensie entrando a un armario. Después Susan se levantó a darle su regalo a Lucy quien brincó de alegría al recibir su arco y flechas personalizadas de verde esmeralda y dorado. Lucy asombrosamente se paró y se dirigió hacia mí con una cajita, casi lloro de la emoción al abrirla. Era una pulsera muy bonita tallada con mis iniciales y un dibujo muy pequeño mío junto a Aslan contemplado las estrellas y una frase que decía: "podrás encontrarnos siempre cuando observes las estrellas". Abracé a la niña no tan niña y sequé mis escasas lágrimas para dar mi regalo. Me sentía segura, sabía que le gustaría pero tampoco podía evitar esa mirada que me derretía. Extendí mis manos para darle el regalo y lo tomó muy contento.
Lo abrió y leyó la portada y la dedicatoria, levantó su rostro para buscar mi mirada y sin previo aviso me abrazó tan fuerte como en aquel aniversario en el que descendimos en río. Finalmente me dió un beso en la mejilla y susurró.

-Estoy completamente seguro que se convertirá en mi favorito, gracias.-

Sonreí y después Edmund pasó a entregarle su regalo a Caspian; una bella espada envainada con una frase en el mismo sitio que la de Peter.

-Gracias, hermano- dijo para abrazarlo.

Las horas pasaron entre música y danzas hasta que llegó el tan esperado momento; la colocación de la estrella a media noche.
Todos rodeamos el árbol y Lucy con ayuda de una escalera subió para poder colocarla. Cuando lo hizo, la pieza resplandenció y todos celebramos. Un ambiente distinto se hizo presente, era tranquilidad y armonía. Bailé un rato con Lucy hasta que algo raro ocurrió:
El cielo comenzó a relampaguear y un rayo cayó en los jardínes incendiando un árbol. Salimos corriendo sólo para notar como en el cielo aparecía una rayón blanco que parecía abrirse. Los chicos controlaron el incendio con ayuda de los centauros, cuando estábamos a punto de volver, ví como aquella fisura comenzó a comportarse extraño hasta el punto en que presentí lo que pasaría.

-¡CASPIAN, CUIDADO!- Grité

El Rey al escucharme se hizo a un lado ya que alcanzó a ver cómo un rayo casi lo partía. Fue un susto de muerte, pero afortunadamente no salió lastimado. Lord Kilp se acercó a mí para decirme en voz baja que el cielo se estaba revelando hoy. Apenas dijo eso abrí mis ojos y entré corriendo por el mapa, hojas y pluma así como un tintero. Peter y Edmund ayudaron a cargar las cosas que traía.

-Susan, ¿Tienes el libro que me mostraste aquella vez?- pregunté.

-Claro, voy por él- respondió para meterse.

Comencé a ver el mapa mientras lo comparaba con el cielo.

-Arely, aquí está- dijo Susan apurada abriendo el libro.

Busqué la página que había marcado y observé los dibujos de constelaciones. Aquella noche algunas estrellas brillaban con más frecuencia que otras veces.

-Ahí está- señaló Peter al cielo.- es la constelación del arquero.-

-Pero no está donde siempre, su flecha apunta hacia otro lado.- dije confundida.

-Está indicando la ruta- dijo Lucy- hacia las islas solitarias.-

Edmund trazó rápidamente en un papel la figura del cielo pero después exclamó.

-Chicos, aún no termina.-

Las estrellas bajaron su intensidad y de pronto volvieron a encenderse, pero en un orden distinto.

-Al norte, ahora apunta al norte- señaló Caspian.

Lo último que pasó es que las estrellas parpadearon y por un segundo parecían que caerían, pero finalmente se quedaron quietas y todas adoptaron una misma intensidad. La fisura crujió y se abrió un poco más dejándonos a todos sin habla.

NARNIA. La Última Reina De Antaño (TERMINADA)Where stories live. Discover now