Capítulo 8: Debe ser un error.

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-No,no,no,no.-dije consecutivamente- Esto debe ser un error. Una cosa es que tenga conocimiento de Narnia, pero la experiencia no la tengo, no soy buena en los deportes, mi condición física deja mucho que desear, ni siquiera me siento lista para empuñar una espada, mucho menos para dirigir todo un ejército en contra de Jadis.-y me llevé ambas manos al rostro.-Lo siento mucho, pero no quiero que vidas inocentes se paguen por mi incompetencia.- Al terminar de decir esto salí corriendo.

Escuché como varias voces trataban frenarme pero aceleré mi paso y como pude logré atravesar la puerta principal para huir de Cair Paravel. Me interné en el bosque y mi ropa se desgarró por unas ramas, incluso espinas traspasaron mi piel. Llegué hasta un pequeño manantial y con el agua de ahí lavé mis heridas y mi cara. Observé detenidamente mi reflejo y tallé fuertemente mis lunares buscando que desaparecieran. Pero me dí por vencida y me senté, junté mis piernas y te recargué mi cabeza sobre ellas mientras pequeñas lágrimas de angustia resbalaban por mis mejillas.

-Voy a despertar-dije para mí misma.

Cerré fuertemente mis ojos y los abrí de golpe, pero yo seguía ahí. Lo único que me causé fue un fuerte dolor de cabeza, entonces me desesperé más.
De pronto, sentí como un aire helado pasaba por encima de mis hombros. Mis lágrimas que aún caían se hicieron pequeños cristales y el agua del manantial comenzó a solidificarse. Supe entonces lo que ocurría.
Giré mi cabeza rápidamente y en uno de los árboles cercanos algo me llamaba:

-Hey, tú. Sí, niña tú. Arely te llamas, ¿Verdad?.-

Al escuchar mi nombre mi instinto despertó. Tomé un trozo de rama que ya se encontraba helada y me acerqué lentamente.

-¿Quién anda ahí? ¿Cómo sabes mi nombre?

-Todos sabemos tu nombre, Arely- me respondió en tono burlón.

-Es la última vez que te lo advierto, déjate ver- amenacé mientras rodeaba el árbol.

De la parte superior, comenzaron a caer hojas y salió un búho de color blanco con ojos amarillos. Luego, éste volvió a hablar:

-Tranquila, no es necesario llegar a la agresión. Creo que podemos llegar a un acuerdo. Yo sólo quiero ayudarte.-

-¿¡Ayudarme!? ¡Ja!-le dije sarcásticamente mientras lo amenazaba con la rama-¿Acaso crees que soy tonta? Sé quién eres y a qué bando perteneces. Ahora, será mejor que te vayas antes de que te arrepientas.-

-Vaya valor-contestó serenamente en tono irónico- aunque no creo que seas tan lista si me rechazas sabiendo lo que puedo ofrecerte.-

-Nada de lo que me ofrezcas tomaré.-

-¿En serio? Escucha no queremos hacerte daño. Escuchamos tus peticiones y como es natural,tus inútiles héroes no pudieron hacer nada. Pero nosotros te ofrecemos la salida de éste sitio sin más retraso.- argumentó.

Al estar yo cansada de huir sin salida y luego de escuchar la oferta, bajé la rama mientras me sentí tentada a aceptar.

-¿Y qué se supone que tengo que hacer?- pregunté.

-Venir con nosotros-me respondió con un tono del que desconfíe.

-¿Hacía dónde?-le cuestioné.

-Está un poco lejos. Pero si aceleramos el paso llegaremos pronto. Sé que no te arrepentirás.-

Por un instante, pensé que sería buena idea, pero yo estaba en un error, en un abrir y cerrar de ojos ya me encontraba más cerca del búho y noté que su mirada tenía algo extraño: era hechizante.
*Maldición* pensé *ya es tarde*
Pude escuchar aullidos detrás de mí y la piel se me erizó. Ya no podía controlar mis movimientos. Justo cuando sentí que los lobos corrieron hacia mí, un relámpago de adrenalina me golpeó y volví a recobrar el movimiento. Giré rápidamente mientras 4 caballos y dos centauros entraron al combate. Sobre 3 de los corceles, los 3 Reyes combatían con espadas larga y escudos triangulares. Mientras que en otro corcel,las hermanas Pevensie bajaban a toda velocidad tomando posiciones de ataque. La Reina Susan tomó una flecha y la puso sobre su arco. Al disparar, acertó a un lobo justo en el ojo y el cuerpo de éste desfallecido quedó en el suelo.
La pequeña Lucy corrió hacia mí y me preguntó si estaba bien. Le respondí afirmativamente mientras el shock mental apenas terminaba. De pronto, escuché un grito.

-¡Abajo!-gritó Caspian y obedecimos, seguido inmediatamente por otra flecha de Susan que acertó de nuevo en el ojo de un lobo que se había balanzado sobre nuestras cabezas.

Los enemigos parecían casi eliminados, pues los pocos que quedaban huyeron del combate en dirección desconocida.
Finalmente, los Reyes y Reina se acercaron a mí, pero en ese momento, el mismo búho blanco volvió a aparecer en la escena. Ahora, todos empuñaban sus armas listos para acabar con él. Pero cuando Susan disparó su última flecha, éste desapareció en un densa niebla a su alrededor y una malvada carcajada se escuchó.

-Debemos volver-dijo Peter.

Sin articular palabra alguna nos dirigimos a Cair Paravel. De nuevo, me tocaba ser compañera de viaje de Edmund. Monté al corcel apenada y me mantuve en silencio. En caravana, nos dirigimos al palacio: en la cabeza iban Peter y un centauro de nombre Rofus, detrás de ellos iban Caspian (en un corcel) y Susan junto con Lucy (en otro). Después íbamos Edmund y yo. Finalmente, detrás nuestro iba un centauro de nombre Iket.
Todos se mantenían entretenidos en su tema de conversación, pero yo mantenía la cabeza baja y una lágrima resbaló en mi mejilla, me sentía mal, inútil y tonta por haber estado a punto de hacer aquel trato.
Edmund giró su cabeza y sentí su mirada sobre mí. No levanté mi rostro por vergüenza pero sentí que el caballo se detenía.
Iket nos alcanzó y Edmund se susurró algo al oído, luego de ésto aceleró su galope y alcanzó a Peter y al resto. Ellos voltearon a vernos y alcancé a ver como sólo Peter asentó su cabeza y todos siguieron su camino.

-¿Estás bien?-preguntó Edmund tiernamente mientras volteaba.

-¿Por qué nos detuvimos?- pregunté evadiendo su pregunta y sin levantar mi mirada.

Edmund bajó del caballo y tomó mi mano.

-Arely-dijo suavemente- ¿Qué te sucede? Creí que estarías feliz de estar aquí. Dime qué te pasa.-suplicó.

Alcé mi mirada y volví a conectar con sus ojos. En ese instante no pude evitar soltar todo lo que sentía y comencé a llorar sin reparo.

-Es que...-articulé entre sollozos- no sé qué fue lo que pasó, no sé por qué llegué acá y de pronto...-tomé aire- me entero que la vida de muchísimas personas está en mis manos... No puedo hacerlo Edmund. Quiero despertar, sé que si lo intento mucha gente morirá... Además, fui una tonta al estar tentada por ese búho, los expuse. Me siento tonta e inútil. Sólo empeoraré las cosas.-

Al terminar de hablar, Edmund me ayudó a bajar del caballo y se puso al frente mío mientras con una de sus manos tomó mi barbilla para que no bajara de nuevo mi cabeza y con la otra tomaba mi mano derecha.

-Pues, yo creo...-dijo mirándome- que sientes un poco de miedo y es normal, todos sentimos miedo. También creo que estás presionada y por eso te sentiste tentada con la oferta...Si no lo crees pregúntame a mí...-soltó una pequeña risa contagiosa- pero también estoy seguro de que todos estamos aquí por una razón y tú no eres la excepción. Eres alguien grande Arely. No dejes que pensamientos negativos se apoderen de ti. Eso es lo que ellos buscan. Puedes confiar en nosotros, te ayudaremos y estaremos contigo siempre.-concluyó.

-Gracias, Edmund.-dije secándome las lágrimas y abrazándolo fuertemente.

El Rey correspondió el abrazo y nos quedamos así por casi 1 minuto. Finalmente me aparté de él un poco ruborizada.

-Lo siento, Majestad.

-No te preocupes, Arely-respondió sonriendo- ya dejemos las formalidades, ¿No crees? Tenemos edades cercanas. No soy tan grande.-

Solté una pequeña risa ante su comentario

-Está bien.-le dije.

Seguimos andando; en un principio a pie y después volvimos a montar. Durante el trayecto le platiqué sobre mí, mi familia, mis amigos y la escuela. Contamos anécdotas buenas y malas. También le dije cómo había conocido Narnia mediante la película.

-¿Es algo loco, no lo crees?- preguntó

-Mucho-respondí- no creí que fuera real. Bueno a decir verdad, sí creí en esto, pero se me hacía casi imposible imaginarme aquí.-

-Bueno, creo que ya sé por qué estás acá.-

-¿En serio?-le pregunté buscando su mirada.

-¡Claro!-respondió animado mientras sonreía.-Es por tu luz, por tu fé y por tu esperanza en el mundo. Perseveraste muy rápido, Arely. Sin lugar a dudas Narnia es algo muy importante para ti. Por eso, Aslan te eligió.-

Mi mente se despejó por un momento y muchos recuerdos invadieron mi cabeza. Ahora todo empezaba a tomar sentido.

NARNIA. La Última Reina De Antaño (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora