Capítulo 41: Escape del Palacio

108 8 3
                                    

Poco tiempo después, Henry ordenó al visir escoger 40 de sus mejores hombres para acompañarlos, así como alistar sus cosas para un viaje de una semana.
Pasado media hora, llegó a verme.

-¿Qué quieres ahora, Rabadash?- pregunté sin mirarlo.

-Mira nada más, ¿Cómo me dijiste?- me preguntó.

-Ya escuchaste- respondí.

-Está bien-contestó- me alegra que me llames así... Me hace recordar mi misión...-

-Me hace recordar la porquería de persona que eres.- le escupí.

Río.

-Querida, Reina. Creo que ya está al tanto de mis intenciones...- comentó- por lo tanto, me complace anunciarle que saldré de Calormen hoy en dirección a Narnia, en donde daremos la gran noticia...-

Dejé que prosiguera.

-Pero no debes de estar con el pendiente- continuó Henry- pues podrás verlo todo, así que tendrás mi palabra de que devastaré tu amado hogar...Eso sí, en cuanto expanda mi reino, serás invitada a mi boda, claro tendrás que ir como la novia... Pero si no te agrada la idea, recuerda que puedes ser reemplazada por alguien más "sensata"- miró la cortina de humo para ver a mi doble- te lo dejo a tu decisión, querida.- acarició mi barbilla- no será lo mismo para mí estar viviendo toda la vida con una ilusión, y para ti, sería mejor que lo reconsideraras... Serías la única Reina, tendrías riquezas a montones y la vida que tanto mereces... Sólo tienes que aceptarme...-

-No.- dije fría.

-Pues entonces te quedarás viviendo en este triste y sucio lugar...- me amenazó.

-Prefiero eso a tenerte de esposo.- respondí segura.

-Vas a pagarlo muy caro...- se levantó hacia la puerta- o tal vez, alguien más pagará por tus errores...,- cerró la puerta.

Seguí mirando lo que ocurría en espera de que alguien notara algún cambio. Sin embargo, el coraje de los Reyes era tal que ni siquiera le dirigieron la palabra a mi doble. Me dolía ver a Edmund así, pues no era yo quien le estaba haciendo dudar de sus sentimientos hacia mi.
¿Cómo puedo vencer a Henry estando así?.
No pasó ni media hora, para que todos salieran en dirección a Narnia, ésta vez me sentí totalmente devastada. Lloré un rato mientras observaba la triste escena de los Reyes Narnianos distanciados mientras Henry y sus hombres planeaban la emboscada apenas llegando a Narnia. Cuando sentí que mi alma se consumía con cada lágrima, dejé de llorar y recordé una frase que había leído: Hace bien llorar un rato, mientras duren las lágrimas, pero tienes que parar tarde o temprano y entonces vas a decidir lo que vas a hacer.
Me arrastré e intenté con cada objeto del sótano romper la cadena, tardé horas sin lograr resultado uno, quise descansar un momento. Los chicos ya habían cruzado el Gran Desierto y habían pronunciado en voz baja el Encantamiento que les ayudaría a cruzar. Henry se notaba sorprendido y con una mirada de maldad al saber la manera de atravesar sin problemas aquel desierto junto a cientos de hombres, mi doble sólo repasaba las páginas del libro de encantamientos sin decir una sola palabra.
Cuando estuve a punto de soltarme a llorar de nuevo, recordé las palabras del Tisroc: "tampoco nos servirías muerta".
*Eso es... Si no puedo salir, entonces acabaré con su juego desde aquí*-pensé- *Aunque tenga que...morir*-tragué saliva.

Mis ojos se nublaron.

-Ya no importa lo que pase conmigo, pero al menos ellos tendrán posibilidad de ganar si se quedan con mis accesorios y el libro...-murmuré.-No puedo creer lo que voy a hacer... Perdón Dios mío. Perdón Aslan...- tomé un pedazo de vidrio y lo acerqué a mis venas, cuando quise deslizarlo rápidamente para terminar de una vez, alguien me interrumpió.

NARNIA. La Última Reina De Antaño (TERMINADA)Where stories live. Discover now