—Tu mamá no miente. —Suspiré. —¿Tú no estudias?

—En casa. —Movió la cabeza. —Dejé de ir a la escuela cuando me gradué de la primaria. —Dijo después de que lo mirara. —¿Por qué dejaste de estudiar? —Volvió a preguntar.

¿Que acaso es del FBI como para preguntar tanto?

—Hmm... —Dudé varios segundos. ¿Por qué dejé de estudiar?
¿Si quiera dejé de estudiar? O ¿Es que solo me corrieron del instituto por ser todo menos una alumna ejemplar? —Digamos que, al tener tres reportes... Te expulsan.

—Y tuviste tres. —Supuso.

—De hecho, tuve más. —Ciertamente Jimin no es una persona que mira a los ojos, pero si es una persona totalmente expresiva con ellos. —Pero mis padres son amigos del director, por lo que me perdonó varias cosas. Hasta que, ya no quiso hacerlo más, supongo. —Junté los labios mientras soltaba aire por mi nariz.

El chico de cabellos rosas sentado frente a mí, dejó de estarlo segundos después y tomó camino para el pasillo.

—Hmm, ¿Jimin? —El nombrado detuvo sus pasos y volteó a verme. —¿Que piensas de mi?

Sus ojos me miraron rápidamente y después cayeron al piso: —No me agradas. —Soltó y regresó a su camino como si lo que hubiera dicho fuera cualquier cosa.

☁️☁️☁️

—¿Yeon? —Llamaron a mi puerta. La señora Park entró después de que no recibió respuesta de mi parte. —¿Cómo te fué hoy? —Preguntó y se sentó junto a mi en la orilla de la cama.

—Él estuvo en su habitación... —Comencé a relatar y ella con una sonrisa me escuchaba. —Después, bajó para saber que es lo que comeríamos; aunque ni siquiera tenía hambre.

—Siempre hace eso. —Rió negando con la cabeza.

—También, hablamos un poco.

Los ojos de la mujer a mi lado se abrieron grandemente y su sonrisa creció más: —¿Sobre que hablaron? —Preguntó aún más emocionada.

—Solo sobre porque estoy aquí. —Mi mirada no pasaba de otro lugar que no fueran mis manos. —Después le pregunté que piensa de mi y... No le agrado.

—No tienes porque presionarte, querida. —Trató de darme alivio. —Le es difícil relacionarse, pero verás que con tiempo se llevarán muy bien. —Sus manos acariciaban mis hombros y sus ojos me sonreían al hacerse mas pequeños. —Iré a ver a Minnie. —Se levantó y comenzó a alejarse de mí.

—¿Señora Park? —Giró a verme. —No estoy segura de si puedo hacer esto.

Sus labios dejaron de ser tan espléndidamente sonrientes y comenzaron a formar una mueca, mientras tomaba camino de nuevo hacía mi. —¿Es por...

—No. —Me adelanté. —O, tal vez si.

Jimin no me ha hecho nada como para comenzar a dudar sobre mi capacidad para este trabajo, pero me resulta imposible pensar como afrontaré esta situación.

El rostro de la señora Park reflejaba confusión por mis palabras, su mano acariciaba mi espalda suavemente de nuevo mientras yo seguía sin despegar la mirada de mis sudorosas manos.
¡Habla antes de que tus palabras te ahoguen!

—Hace un casi un año. —Comencé a relatar con decepción. —Un chico nuevo llegó a mi clase. Era muy raro. —Ladeé la cabeza. —No solía hablar con nadie, siempre estaba alejado de todos y extrañamente siempre mecía su cuerpo hacia adelante. No le gustaba el ruido y a veces parecía que hacía un berrinche cuando las cosas no le salían bien.

—Es como Jimin. —Sonrió. La sonrisa de la señora Park es particularmente triste cuando habla o se refiere al autismo de su hijo; o tal vez no triste, pero si con cierta lastimes.

Asentí a sus palabras y seguí con mi relato para llegar a dónde quiero: —Nunca lastimó a nadie, no molestaba a nadie y ni se metía en problemas; pero siempre era tratado como si fuera una basura.
Todos siempre reían de él y se aprovechaban de la inocencia que siempre llegaba a tener. Todos le hacían creer que era un tonto; incluyéndome.

Ahora comprende a lo que me refiero. Sus labios ahora tenían una mueca más notoria, con más propósito de hacerme saber que lo que digo le hace pensar que soy un asco.
Está en todo su derecho.

—Quería ser aceptada, ser parte del grupo del chico que me gustaba, y la única forma de poder serlo era ser como ellos. —Tan solo pensar en todo lo que le hice pasar a ese pobre chico, hace que tenga tantas ganas de llorar de arrepentimiento. Él no lo merecía, en absoluto. —¿Cómo podré estar con Jimin después de haber tratado a alguien como él, como si fuera un tonto? Yo... Yo no puedo hacerlo...

—Oh, Yeon. —De un momento a otro, mi rostro terminó en el hombro de la señora Park, el cual al mismo tiempo estaba siendo empapado por mis lágrimas. Sus brazos cubrían parte de mi cuerpo y con sus manos acariciaba mi cabello, mientras hablaba suavemente. —No tienes porque decir todo esto. Estoy segura de que ya no eres ni la mitad de la chica que solías ser en ese tiempo, pues por algo éstas lágrimas no dejan de salir. —Jamás me había atrevido a llorar frente a alguien que no fueran mis padres, y ni siquiera frente a ellos era capaz de hacerlo. Los blancos y largos dedos de la mujer que consuela mi llanto, quitaron un par de lágrimas que se veían con la intención de quedarse en mis mejillas. —Este trabajo no será fácil, para nada; pero, sé que puedes hacerlo.

—Pe-pero, yo no sé cómo tratar con él. —Volví a hablar, solo que está vez con lágrimas saladas en mis labios. —No sé si pueda comprenderlo realmente.

—Oh, corazón. —Dijo con su dulce voz. —No tienes que comprenderlo, solo necesita que no lo juzgues. Y sé que podrás hacerlo, estás aquí no porque no hubiera alguien más que quisiera el trabajo; de hecho, había muchos pidiendo el puesto, la mayoría especializados en todo esto. Pero yo no quería un especialista, yo no quería que su trabajo fuera un experimento con mi hijo. Lo que yo necesitaba era un apoyo para él; un amigo que lo sacara de su zona de confort, o tal vez que lo acompañe en ella. ¡Yo que sé, el chico es muy difícil de convencer!

Reí al ver a la señora Park reír por admitir que su hijo era complicado de cambiar.

—Jimin, es autista. Funcional, pero sin embargo sigue siendo autista. —Levantó los hombros y movió la cabeza. —No quiero cambiar a mi hijo, porque soy feliz con él. Pero si quiero cambiar la forma en la que el mundo lo ha tratado y le ha hecho creer que no es una persona.
Yeonji, no dejes que tus actos del pasado te detengan, haz que ellos te hagan ver cómo puedes cambiar en el futuro.

Yeonji, no dejes que tus actos del pasado te detengan, haz que ellos te hagan ver cómo puedes cambiar en el futuro

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Autismo. || PARK JIMIN Où les histoires vivent. Découvrez maintenant