Ojos color fuego [Terminada]

Capitulo 1

El ruido que provenía de la planta baja me hizo despertar. Mi querido hermano y sus séquitos del mal estaban haciendo una fiesta sin avisarme. Otra vez.

Que sea la hermana menor no significa que viva el solo. Lancé un gruñido y me tape la cabeza con la almohada.

No es que no me gustaran las fiestas y la música que pasaban, de hecho Jason Derulo -aunque sea el hombre más machista en todos sus videos- me gusta, pero son las tres de la mañana de un sábado y no tuve un buen día. Reprobé la prueba de química, mi mejor amiga se fue a vivir al sur y para colmo no tuve mi dosis semanal de natación y eso significaba que tendría que levantarme exactamente en cuatro horas para poder ir a la práctica que no tuve hoy. Va, ayer.  

Normalmente cuando mis papás se van a una convención de arte fuera de la ciudad, a Jav se le ocurre hacer una fiesta. Todos se enteran en minutos, pero yo me entero última. Exactamente a estas horas. Sino me entero  por el ruido, era porque algún borracho con “su” chica entraban en mi cuarto chupándose la cara. Si es que a eso se lo puede llamar besarse y yo gritaba por sentir a alguien encima de mí. Esta vez creo que ganó lo primero y parece que lo hace a propósito como la música sigue subiendo.

   Tiré de mis sábanas de verano, me puse mis ojotas y fui hasta la puerta golpeando fuerte el piso. No me preocupé por mi pelo, ya que siempre dormía con una trenza que me llegaba por debajo de los hombros.  Se me escapaban algunos pelos pero no era tan malo y no tenía muchas ganas de arreglarme. Le iba a patear su sucio trasero, lo voy a colgar de un poste de luz y después me voy a ir a dormir. Sí. Siempre lo hacía. A veces lograba que bajen un poco el volumen, pero nunca lograba que se acabara la fiesta. Esta era como la quinta vez que pasaba y ya estoy cansada.  

  Cuando salí al pasillo escuché que sonaba Dark Horse de Katy Perry. Me gusta, pero cuando aspiré una bocanada de aire y casi me muero ahogada, mi enojo aumentó. El aire estaba impregnado con humo de cigarrillos y… marihuana. Esto no era muy bueno ya que el humo de los cigarrillos me hacen picar la nariz. Así que inevitablemente, estornudé. Lo iba a matar. Él sabía lo mal que me hacía esto.

   Me tape la nariz y trate de respirar por la boca, no era mejor, pero era diferente. Empujé a todos mientras bajaba las escaleras y cuando llegué al primer piso, logré divisar a uno de los mejores amigos de Jav. Will. Estaba chupándole la cara a una chica que creo que conocía pero no estaba segura.  Enojada me acerqué y saqué al pulpo de la cara de Will.

-  ¡Hey!- Gritó la rubia. Cuando me di vuelta para fulminarla con la mirada tenía los labios rojos e  hinchados. No puedo imaginar por qué.  Al final se rindió a mi mirada y se fué haciendo una mueca. 

- ¡¡Thea!! ¿por qué mierda hiciste eso? Esa chica está buenísima.- Si las miradas mataran yo ya estaría bien muerta.

- Me importa una mierda. Quiero saber a dónde está Jav. ¡AHORA!- Will levantó las manos en rendición. Al principio cuando trataba de encontrar a mi hermano en medio de toda la gente todos hacían como si no existiera, así que con el tiempo logré pulirme. Y así sus amiguitos empezaron a respetarme y a tenerme “miedo”, después de que una noche agarre a mi hermano y le pateara bien fuerte el culo. No tenían ni idea.

- Está bien, está bien. Antes de que me mates, te lo voy a decir. Pero en mi defensa tendrías que haber previsto que iba a haber una fiesta, porque  es vienes y tus papás no están. Yo solo digo. La última vez que lo vi estaba en plata baja con Apolo.- Cuando dijo su nombre sus cejas se dispararon para arriba y se le inflaron los cachetes.  Apolo era el otro amigo idiota de mi hermanito. Pero este era peor, mucho peor.  Se conocieron hace dos años atrás. Cuando estábamos de vacaciones en la playa y yo casi me ahogo. Digamos que mi papá sabía muy bien nadar porque si no, me hubiera ahogado. Apolo era el salvavidas, y en vez de ver el lugar, estaba leyendo un libro. Lo cual no me parece mal, pero no justamente cuando estás trabajando… Y más si es de salvavidas. Le dije de todo menos bonito. Él me contestó de la misma manera, como si él tuviera razón y me enojé más. Le tire arena en la cara y el hizo lo mismo. Desde ese momento nos odiamos y cada vez que iba a la playa siempre me veía y me guiñaba un ojo como si fuéramos amantes o algo por el estilo.  Nunca pensé que la pesadilla se iba a mudar justamente a San Francisco. Tuve la mala suerte de que entrara en mi escuela y lo peor de todo es que se hiciera mejor amigo de Jav. Desde el primer día todos sabían que nosotros nunca nos íbamos a llevar bien. Por eso nadie hablaba de Apolo cuando yo estaba cerca y viceversa.