51. La definitiva.

2.3K 185 2
                                    

Estaba vomitando, como ya era costumbre desde hacia unos días. Justo desde que empecé el "tratamiento" de Snape pasaba la mitad de mi vida vomitando. Aunque la otra mitad no era tampoco muy interesante, pues estaba encerrada en mi habitación de la Mansión Malfoy.

Hoy, el profesor Snape había venido para una reunión con Voldemort, a la cual yo había decidido no ir. Tenía la escusa de que no me encontraba bien, sin embargo nadie sabía sobre el plan "don fuera". Snape me había dado otro tipo de poción en cuanto nos quedamos a solas. Habíamos intentado ya con tres tipos, pero todas las vomitaba. Espero que esta sea la definitiva...

Aunque había dicho de no ir, decido pasarme para ver que me perdía. No tenía muchas fuerzas, pues si antes estaba delgada, ahora estaba esquelética. Pero todo sea por no tener el dichoso don...

La mansión estaba desierta, ya que todos estarían en el comedor para la reunión. La puerta se encontraba cerrada, pero eso no era impedimento para escuchar lo que pasaba dentro. Hasta pude abrirla un poco para ver lo que ocurría dentro. Y fue una visión horrible, claro, como todo lo que rodeaba a los mortifagos...

La profesora de estudios muggles, Charity Burbage, se encontraba ahí, pidiendo desesperadamente ayuda a Snape. No le sirvió de mucho, pues Voldemort no tardó en lanzarle un Avada Kedavra, para después murmurar: "Nagini, la cena". Sí, una horrible escena... Aunque no estuviera tomando las pociones, vomitaría por la sangre fría con la que matan. Como si fuera por placer.

No me quedo mucho rato mirando, necesitaba ir a mi habitación. Era el único lugar donde me sentía segura aquí. En cuanto llego, me pongo el pijama para irme cuanto antes a dormir. La nueva poción color violeta descansaba en mi mesilla. Snape me había dicho que me la tomara justo cuando me fuera a dormir, así que había llegado el momento. Cada vez que probaba una poción nueva, la tomaba con miedo. Esto era bastante inseguro. Snape ya me había advertido de que algo podría ir mal, causándome hasta muerte.

Aun así, el líquido pasó por mi garganta de un solo trago. Es lo que pasa cuando quieres algo de verdad, que da igual lo que cueste. Y yo no quería mi don.

-------------------------------------------

Me levanto normal, algo que me extraña después de tantos amaneceres vomitando. ¿Será esta la definitiva? No podía evitar sonreír como una psicópata. Puede que este sea un gran día por fin.

Me visto con el negro de siempre, aunque ya estaba bastante harta de este color. Bajo a la cocina, donde me encuentro con Draco, que estaba leyendo el periódico de hoy.

-¿Ha pasado algo interesante fuera de estas cuatro paredes?- le pregunto, sorbiendo un poco del café que inmediatamente me había traído un elfo.

-Un tal Elphias Doge ha dado una entrevista sobre Dumbledore. Y bueno, Rita Skeeter habla mal de él en su nuevo libro.- murmura, para dar un suspiro al final.

-Tú no lo mataste, Draco.

-¿Y por qué me siento culpable? Si ni siquiera me caía bien... Estaba chiflado.

-Ya, pero hacía ya unos años que lo conocíamos. Pero te sigo diciendo que tú no lo mataste.

No me responde, solo cierra el periódico y se va de la cocina. Pensaba que Draco tenía la conciencia limpia, ya que no la usaba. Pero me equivocaba... Esto le estaba afectando demasiado.

En cuanto termino de desayunar, me encuentro en mi cama un pergamino. En él venían una serie de pasos para hacer una poción, al parecer la misma que me tomé ayer. Al darle la vuelta al papel, leo: "Es la definitiva". Bien, eso lo había pillado, pero ¿ahora la tengo que hacer yo? ¿Y si me equivocaba? El profesor Snape siempre había brillado por su indiferencia a los alumnos, pero esperaba que no se cansara tan pronto de mi. Gracias a Salazar, no parecía muy complicada de hacer.

La puerta del cuarto se abre, haciendo que por instinto esconda el pergamino detrás de mi. Y, como no, era Eric.

-¿Qué escondes?- dice, acercándose a mi para ver lo que tenía en mi espalda.

-Nada.- digo tontamente, ya que era obvio que escondía algo.

-Vale... Venía a decirte que esta tarde salimos todos. Deberías unirte.- no respondo nada, así que sigue.- No sé qué te ha pasado estos días, pero espero que estés bien. Y que me cuentes las cosas. He estado preocupado.

-Estoy bien. De verdad. Cuéntame por qué debería unirme a la salida.

-Snape nos informó ayer que hoy iban a llevar a Harry Potter a algún lugar seguro de la Orden del Fenix. Así que vamos a interferir en su camino. 

 -¿Es obligatorio ir?- digo haciendo una mueca.

-Sí, Iris. Para ti, sí.

Suelto un bufido frustrado, mientras Eric me pasa la dichosa máscara de mi padre.

------------------------------------------------

Iba algo agazapada de los demás, pues hacía un montón de años que no iba en escoba. Si ya me costaba antes, ahora sin haber practicado... Pues aún más, si eso era posible.

Iba entre Eric y Snape, siguiendo a uno de los Potter. Porque había más de uno. Me imagino que la Orden del Fenix se olerían algo de que íbamos a estar rondando por ahí, así que habían unos cuantos Potter desperdigados por el cielo.

Voldemort no tardó en encontrar al verdadero Potter, así que le mandó un Avada Kedavra, que terminó estampado en la lechuza de Harry. Todos los mortifagos estaban revueltos alrededor lanzando algunos hechizos a los acompañantes de Potter, mientras yo los miraba ensimismada. Estaba tan absorta, que no me di cuenta de que alguien me empujaba.

No se me da bien montar en escoba.

No se me da bien mantenerme en una escoba.

Así que, cuando me empujan, caigo al vacío.

La Slytherin de dos carasWhere stories live. Discover now