14. Es mi culpa porque no soy fácil.

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-Yo también te he echado de menos, Nott.- le termino diciendo.

Mi corazón late más fuerte que nunca, parece que se me va a salir del pecho.

-Oye, Moon...- siguió Nott.- Eres la única persona con la que puedo hablar sin sentirme forzado. Ya sabes como soy... No me gusta tratar con la gente. Bueno, no me gusta la gente. Pero contigo...

Reí nerviosa. Debía de parecer tonta, pero Nott me sonrió. Rara vez sonríe, aunque, cuando lo hace, sonríe de verdad.

Yo no sabía que decir, pero él tampoco decía nada. Nos quedamos un rato mirando, yo con mi sonrisa de estúpida.

Nott me va a coger la mano, pero yo la aparto. Noto que no le ha sentado muy bien, pues ya no sonríe.

-Perdón.- me disculpo.- Ya sabes, lo del don. Lo hago por acto reflejo.

-Será mejor que nos vayamos a dormir, ya es tarde y mañana madrugamos.

No me dio tiempo a responderle. Se levantó y se fue hacia el dormitorio de los chicos.

Yo me quede un rato procesando todo lo que había ocurrido. ¿Le ha molestado? ¿Está realmente enamorado de mí?

Muchas cosas para ser el primer día, yo también debería irme a dormir. Mañana ya será otro día...

El segundo día resulto ser normal, salvo porque Nott me evitaba. No me lo dijo directamente, pero no me hablaba ni me miraba. ¿Es idiota? Ayer me suelta todo eso y ahora nada. No entiendo a los chicos, definitivamente.

Tracey y yo volvíamos juntas de Historia de Magia y nos dirigíamos al Gran Comedor, hasta que nos paramos por el follón que se había preparado en el vestíbulo.

Potter y sus amigos estaban discutiendo con Malfoy. De seguro que había empezado Malfoy la bronca y la cosa se estaba poniendo interesante.

Entonces, Malfoy desapareció y en el mismo lugar donde estaba antes, había un hurón blanco. El profesor Moody, que era el que lo había transformado, empezó a subirlo y bajarlo, haciendo que el hurón Malfoy botara contra el suelo. Luego llegó la profesora McGonagall y Moody paró.

Para que me voy a engañar, me hizo gracia. Sé que como Malfoy es de Slytherin, tengo que defenderlo; pero, seamos realistas, de todos los de mi Casa, Malfoy era el que peor me caía. Era demasiado egocéntrico y se creía nuestro líder. Algo que no era ni de lejos.

-¿Habéis oído como me ha tratado ese chiflado?- nos dijo Malfoy, mientras estábamos en la Sala Común.

-Sí.- dijo Zabini.- Unas treinta veces y, espera... ¡Nos lo has contado tú!

-Cállate, Zabini.- le ladró Malfoy.- Ese idiota no sabe con quién se ha metido...

-Sí, sí lo sabe...- le dijo Zabini con sorna.- Con Draco Hurón Malfoy.- Todos reímos, menos Pansy, aunque se le notaba que le había hecho gracia...

-Hoy estas muy gracioso, ¿no?

-Vamos, Malfoy, no seas pesado y déjalo estar.- le decía Nott detrás de uno de sus libros. Seguía ignorándome.

-¿Tú también, Nott? En esta Casa parece que solo hay ratas...

-No, hurones.- dijo Zabini.

Todos reímos, incluso Pansy. Malfoy nos miraba con cara de asco y se va a su habitación. Zabini ha sido bastante duro con él.

-Eso hará que se le bajen los humos por una vez.- sentenció Zabini.- Un poco de humildad nos vendría bien en esta casa... Pero a él sobre todo.

Estuvimos un buen rato en la Sala Común, hasta que poco a poco nos fuimos yendo a las habitaciones.

Nott seguía ignorándome, pero no le iba a dejar irse sin más. Tengo que hablar con él.

Cuando solo quedábamos él y yo, vi que ya se iba a levantar para marcharse a dormir.

-¡Espera, Nott!- le grité, haciendo que se parara. Después continúe entre susurros para evitar a los cotillas que aun quedaban en la sala.- ¿Qué te pasa? Primero me dices que me echas de menos y luego me ignoras.

-No es fácil.- dijo Nott, mirándome por primera vez en todo el día.- Anoche me di cuenta de que no puede ser. Tu don...

-Mi don lo complica todo. Es eso, ¿no?- dije, siguiendo con un tono un tanto irritado.- ¿Quién va a querer estar con una chica a la que no puedes tocar?

-No es tu culpa, tu eres genial pero... No es fácil.

Nott se volvió y se fue a las habitaciones. Me quedé parada. ¿No voy a encontrar a nadie en toda mi vida por el maldito don? Pensándolo bien, a mí tampoco me gustaría estar con alguien que, con solo rozarte, supiera tus secretos. No era culpa de Nott.

Era mi culpa. Al fin y al cabo, no soy fácil.

La Slytherin de dos carasDove le storie prendono vita. Scoprilo ora