La Slytherin de dos caras

28. Exceso de pelirrojos.

-Este es el mejor sitio que hemos encontrado.- dice Fred.- Ahora no te eches atrás...

Nos encontrábamos en la entrada de la Casa de los Gritos. Estos dos están locos...

-No podemos entrar.- dije retrocediendo.- No sabemos qué puede haber ahí dentro.

-Nada.- dice George.- Por lo que nos ha dicho Harry y Ron, no hay nada peligroso dentro. Y además, nadie vendrá por aquí.

-Es lo mejor que hemos encontrado.- dice Fred.- ¿Entramos?

-Entramos...- murmuro.

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Al final, tenían razón. No pasaba nada dentro, era una casa normal. Algo destartalada, pero resistían los cimientos.

Me enseñaban con gran rapidez, gracias que pillaba todo a la primera. Aunque me cueste reconocerlo, eran buenos profesores...

-¿Piensas lo mismo que yo, Fred?

-Sí, George. Está preparada.

-¿Preparada para qué?- digo, interrumpiendo su conversación.

-Veamos cuál es tu patronus.- me contesta George.

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Estuvimos un buen rato intentándolo... Pero nada.

-¿Te cuesta, eh?- me recrimina Fred.

-¿Cuánto te costó a ti, listo?

-¡No estamos hablando de mi! Sigue intentándolo.

Estaba ya cansada, no lograba sacar más que algo sin forma plateado.

-¿No podemos seguir otro día?

-Quejica...- dice George.- Tienes que ponerle más ganas.

-Así no va a conseguir nada...- dice Fred ya desesperado.

-Tranquilos, a la próxima podemos hacerlo, ¿no?

Ambos se miran ante mi pregunta, no parecen muy convencidos. No va a haber una próxima.

-Bien, lo haré. Sé cómo, así que podéis iros sin mi. Ya volveré yo más tarde...

Se volvieron a mirar entre ellos.

-No tenemos prisa.- dicen a la vez.

Los gemelos se sientan en un sofá desgastado en frente de mi. Sus miradas me incomodan bastante...

-No me miréis tan fijamente.- dije tapándome la cara.

-Y ahora se nos vuelve vergonzosa.- dice George.

-Mírame a mi.- le dice Fred a su hermano, poniendo poses raras.- A ver si terminamos antes.