13. Después de la tormenta, siempre viene la calma.

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Era el día en que vuelvo a Hogwarts para hacer mi cuarto curso. Subo al tren y encuentro un compartimento vacío.

Intento subir mi baúl al portaequipajes, sin ningún resultado óptimo. Soy demasiado enclenque para esto.

-¿Te ayudamos, "bicara"?- dijo uno de los gemelos, que acababan de entrar a mi compartimento.

-Primero, no me llames "bicara" y segundo, no estaría mal que me ayudarais.

Los gemelos se pusieron uno a cada lado mío y empujaron el baúl. Mientras, yo les "ayudo", llevando cuidado de que no me toquen.

Me gire para darles las gracias, pero me callé y me quedé mirando fija el escudo que llevaban los gemelos: el león de Gryffindor. He pasado tanto tiempo hablando con ellos últimamente que se me había olvidado de que eran de Gryffindor, el enemigo. Me debí de quedar mirándolos demasiado.

-Vaya...- empieza uno de ellos.- No eres muy disimulada mirándo nuestros maravillosos pectorales.

-No era eso...- digo en un tono un tanto irritado.- Solo que...- piensa, Iris, piensa...- Pronto vendrán los de Slytherin y no quiero que se enfaden conmigo por hablar con Gryffindor.

-Sí, será mejor que nos vayamos...- dice el otro gemelo.

Los chicos se van y me quedo sola en el compartimento. Saco a Sky de su jaulón y lo pongo en mi regazo. No se deja tocar mucho, pues aun tenía alguna herida de guerra del día del ataque en los Mundiales.

Pansy, Daphne, Millicent y Tracey llegan poco después. Empiezan a contar su verano y, como yo no tengo nada que decir, me quedo callada mirando el paisaje. Noto que el cielo estaba muy oscuro y deduzco que lloverá. Por favor, que no truene. Sigo teniendo miedo a las tormentas con truenos y no le encuentro lógica.

El viaje se me está haciendo eterno y quería ir a ver a Nott. Me parece de muy maleducada levantarme e irme, por lo que me quedo con las chicas. Quedaba poco para llegar, así que nos ponemos los uniformes. Sky volvió a su jaulón y, poco después, ya habíamos llegado a la estación de Hogsmeade.

Como supuse, llovía a cantaros. Voy detrás de las chicas y justo cuando voy a salir del tren, un trueno cae. Me asusté bastante y, por acto reflejo, me tapé los oídos. Los de detrás de mí se empezaron a quejar y con razón. Me había quedado parada en la puerta del vagón, sin dejar pasar a los demás alumnos.

Seguí muy asustada por los truenos. ¡Odio los truenos! Me voy rápidamente a un carruaje, sin darme cuenta ni quién estaba dentro. Mis compañeros de viaje eran de Hufflepuff y, no sé por qué, parecían asustados. Oh, espera, se me olvidaba... Soy de Slytherin y soy mala gente. Noté que cuchicheaban entre ellos y yo hice caso omiso. Estoy más atenta de los rayos que cruzan el cielo.

Menos mal que ya llegábamos a Hogwarts, no aguantaba más en el carruaje.

Me siento entre Tracey y Zabini y enfrente de Nott. Quería hablar con este último, y ahora que lo vuelvo a ver, tengo aún más ganas. Él solo me saluda con la mirada y una ligera sonrisa. Yo se la devuelvo.

-¿Dónde te habías metido?- me pregunta Tracey.

-Me metí deprisa en el carruaje y no me di cuenta ni con quién iba.

-¿Os habéis dado cuenta de que la silla del profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras esta vacía?- pregunta Zabini, señalando la silla.

-¿Ya no está el profesor Lupin?- pregunté.

-Seguro que no...- respondió Nott, aburrido.

Aun seguía lloviendo y, junto a la lluvia, caía algún trueno que me estremecía. Tengo que calmarme...

Empieza la Ceremonia de Selección y el primer alumno es seleccionado en Slytherin. Aun recuerdo cuando llegue aquí...

Terminada la ceremonia, da comienzo la cena con los manjares propios de Hogwarts. Cuando llegamos a los postres, un trueno cae y es bastante fuerte. Ya no puedo más y me llevo las manos a los oídos. Odio las tormentas, los truenos y este estúpido miedo...

Yo aun seguía con las manos en los oídos cuando Dumbledore se levantó para dar el discurso de todos los años. Siempre es igual, por lo que no me moleste en escuchar... hasta que Zabini me da un codazo.

-Este año no habrá Copa de quidditch.- me informa.

-Qué raro...- digo, sin confiar mucho en quitarme totalmente las manos de los oídos aunque lo hago.

-Esto se debe- empezó Dumbledore.- a un acontecimiento que dará comienzo en octubre y continuará a lo largo de todo el curso, acaparando una gran parte del tiempo y la energía de los profesores... pero estoy seguro de que lo disfrutareis enormemente. Tengo el placer de anunciar que este año en Hogwarts...

Entonces se oyó un trueno ensordecedor, haciendo que me tapara los oídos otra vez. Las puertas del Gran Comedor se abren y entra el nuevo profesor de DCAO. Es muy siniestro. Mientras iba hacia la mesa, cayeron unos cuantos truenos más. Empecé a temblar, ya no lo puedo soportar más.

El extraño es el profesor Moody y cuando lo presentó el director Dumbledore, nadie aplaudió. Puede que fuera porque daba bastante miedo, por lo menos a mi me lo transmitía.

Dumbledore volvió a retomar su discurso, informándonos de que se celebraría el Torneo de los Tres Magos. Los gemelos querían participar, pero Dumbledore dijo que solo podrían participar los mayores de 17 años. Me reí de ellos, pues se les veía enfadados.

-Me encantaría participar.- decía Zabini mientras íbamos a la Sala Común.

-Sí... Es una pena lo de la edad...- dijo Malfoy, separando las palabras. No había cambiado en eso.

Yo no digo nada. Me parece muy absurdo arriesgar tu vida por galeones. Necesitaría más a cambio...

Cuando entramos a la Sala Común, la mayoría se iba a las habitaciones. Yo también me iba, pero alguien me coge por la manga. Nott.

-¿Podemos hablar?- me dice, mientras me aparta a una de las mesas más alejada.- Quería hablar contigo a solas, pero en el tren no he podido ir por estos.

-Ya... Yo también quería verte, pero me ha pasado lo mismo con estas.

-Mira, Moon... Me conoces y sabes que no me gusta andarme por las ramas.- dice, haciendo que me ponga muy nerviosa.- Te he echado de menos.

Aquí es cuando sufro un paro cardíaco. Vuelvo en sí enseguida gracias a la mirada que me echa con sus ojos café.

Me ha echado de menos. Lo ha dicho, no me lo estoy imaginando. Puede que hasta ahora me haya estado mintiendo a mi misma sobre mis sentimientos hacia Nott. Ahora me toca descubrir en qué sentido me ha echado realmente de menos; como amigos o como algo más.

-Yo también te he echado de menos, Nott.- le termino diciendo.

La Slytherin de dos carasWhere stories live. Discover now