-48-

19.2K 1.3K 191
                                    

Vacío.

Un vacío en un hoyo tan profundo que no ves el final. Solo escuchas los gritos silenciosos, ves las lágrimas no derramadas. La histéria en cada músculo en tensión. Los ojos huecos, planos. Los labios sin ningún tipo de determinación. 

Esa soy yo, durante estas semanas. 

Y lo que dice mi corazón es contradecido por mi cabeaza. 

Todavía no, todavía no se han ido, todavía siguen aquí...por unos simples días más. 

Todavía. Aprovecha el tiempo, pásalo con ellos. 

Pero duele tanto, duele tanto otra vez. 

El abandono, el engaño, la mentira de todos. Todos lo sabían. Dylan lo sabía, Alex y Colt lo sabían, los chicos lo sabían, hasta Linda... Pero no puedo evitar sentirme traicionada por mis dos hombres. No puedo verlos, estar cerca de ellos y sonreír como si no sucediese nada. No puedo dejar de sentir que el mundo vuelve a caerse en pedazos a mi alrededor. 

Tan estúpida. Por pensar que todo estaría bien, por pensar que los tendría cerca. 

Así es como me siento cada vez que camino por los pasillos del instituto, cuando intentan acercarse y hablar conmigo. No puedo, no puedo afrontar la realidad. 

Car, lo sabía, sabía que sucedía algo entre ella y Luc. Y está igual que yo, por eso me mude con ella durante estas semanas. Sus padres (ambos hombres) nos cuidaron e intentaron animar. Pero estábamos tan decaídas que el llanto de una se acoplaba al de la otra. Ella también lo sabía, lo que no le dijeron fue que sería tan pronto, y tampoco que practicamente ya estaban destinados a Kabul, Afghanistan, como ensayos y entrenamiento en zona de guerra. 

Somos como la pareja disfuncional por escelencia. Pasamos a través de los examenes, estudiábamos y estudiábamos, como si fuese el único escape. 

No volví a probar el alcohol, no entré en las drogas duras, y mi capacidad para buscar o posiblemente tener sexo estaba tan anulada que ni lo extrañaba. 

Solo Car y yo, comíamos en la biblioteca juntas, nos marchábamos antes o después de que los chicos saliesen, juntas. Nos habíamos convertido en el paquete de lo deprimente. 

**************

No soy fuerte, no tengo la fuerza para hablar o estar con ellos. Soy tan debil que en realidad me avegüenzo de mi misma. 

Pero en estas semanas me he convertido en un muro de ladrillos, he tragado toda mi vida, uno por uno. Hasta ahora, hasta que mi corazón y mi alma están tan fuertemente protegidas que nadie pueda traspasar la pared que he creado. Porque no pienso dejar que nadie se acerque tan condenadamente tanto a mi, no voy a permitir que nadie me haga caer otra vez.

Porque estoy tan abajo ahora mismo que creo que es imposible, tanto salir como entrar. 

- Dani...Ya es la hora- Asiento hacia Car, me mira con esperanza, lo siento, yo la perdí días atrás. Lleva un precioso vestido verde con medias marrones. Está guapísima- Voy a coger ya mi coche e ir en camino. Ven. Por favor, ven. 

Se da la vuelta y se marcha. 

Va hacia ellos. Hace una semana habló con Luc. Tardó, pero le perdonó y le ha estado dándo todo el apoyo. Le prometió que acudiría al aeropuerto militar para despedirlo, y allí va. 

Se dirige a decir su adios.

Pero yo no puedo. No puedo decir adios, no otra vez, no a ellos, no a mi. 

Y me odio tanto por ello. Me odio por mi maldita poca estabilidad, por mi sufimiento, por mi poco coraje. 

Los ¿Y si..? me atormentan constantemente, son una sombra de la propia sombra de mi misma que he creado. ¿Y si no regresan?¿Y si no les vuelvo a ver? 

Como mi tintaWhere stories live. Discover now