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Por el pequeño hiatus.
Palabras: 2037

Te tardaste 27 años para encontrarlo, ¿estás seguro que quieres continuar? Vamos Richie, puedes convencer a Eddie de regresar a Nueva York con él, no deberías de meterte al juego de Bowers, deja que los demás se encarguen.

Su conciencia lo traiciona durante el camino, queriendo arrepentirse porque sabe qué cosas malas van a pasar si siguen avanzando hasta la casa Neibolt, ese lugar siempre le dio pánico de lejos cuando era niño, Eddie y Richie solían ignorar pasar por ahí siempre que podían, y algo de curiosidad les picaba por entrar y saber porqué es tan tentador ir. 

Ya era demasiado tarde para decirles que no. Estaba delante de la gran casa abandonada, de aspecto fúnebre casi desplomándose de lo vieja que estaba, sería muy cobarde sino va a ayudar a Stan si dependían de cada uno de los perdedores  para ayudarlo, no tenía idea de que tan loco estaba Henry ahora, su voz en la llamada le dio esa pizca de psicópata que siempre le dio cuando se lo topaba o lo golpeaba, por suerte los golpes y moretones que le dejó Henry sanaron con el tiempo, solo tenía una pequeña cicatriz en su nuca cuando lo quemó con un cigarro después de clases, nada nuevo viniendo de Bowers, y ahora que es un adulto podría mofarse de ello.

Necesitaba una presentación hacia  Bowers, cómo el chico que le clavó una navaja y casi lo mata para decirle a todo el mundo que es homosexual de vuelta a hacer las paces. Así funcionaba, ¿cierto? Dudaba de la poca capacidad intelectual de una persona que escapó toda su adultez de la policía y que secuestró a su amigo, ni siquiera estaba seguro si Henry tuviera la habilidad de pensar.

—Eddie, ¿tienes miedo? —le pregunta Richie tomando su mano.  El asmático mira enfrente suyo la gran construcción con serenidad, suspira antes de responderle.

—Cuando parte de tus pocos recuerdos son malos, conforme he estado aquí me he dado cuenta lo difícil que fue mi infancia—dijo Eddie —. No sólo para mí, sino para todos nosotros... Bowers nos ha hecho daño, tiene a Stan cómo la carnada, quiero intentar darle un alto Richie, necesito aprender a ser valiente.

"Tú ya lo eres. Desde que aguantaste los  golpes en clases pensaste que te volviste un cobarde, cuando en realidad cada día eres más fuerte" pensó Richie, acariciando el dorso de su mano.

—Stanley estaría orgulloso de ti cómo nosotros lo estamos Eddie —dijo Mike despeinadole el pelo.

—¡Pido la cabeza de Bowers! — da un paso dentro de la casa, la madera rechinó y se apartó dando un pequeño grito.

—Ugh Richie, si das gritos así Bowers nos va a encontrar —dijo Eddie.

—C-Chicos, será mejor que yo vaya delante de u-ustedes —interrumpe Bill —. Y-Ya saben, por S-Stanley.

El Gran Bill estaba seguro de querer adelantarse, pues Henry quería que él fuera quien se arriesgara a ir por Stanley en vez de que ellos juntos lo hicieran, entró a la casa sintiéndose listo.

Tomó una piedra y les dijo que esperaran a avanzar cuando la tirase. Los chicos asintieron, se quedaron a casi dos metros lejos de Bill manteniéndose unidos, escuchando cada paso mientras la figura del tartaja se desvanecía poco a poco iluminando solo las zonas donde avanzaba.

Fue cuando Bill lanzó la piedra que decidieron avanzar tratando de hacer el menor ruido posible. Por dentro todo era más sucio, había muebles dañados y viejos, un apestoso aroma a muerto que Eddie quiso quejarse de eso, pero se tragó las palabras, teniendo en cuenta que nadie visitaba la casa Neibolt gracias a un suceso de finales de los setentas, donde creian que la casa se derrumbó de un día a otro, y con el tiempo fue reconstruyéndose, pero nadie había entrado de nuevo.

pink shirt.➸ reddie;Where stories live. Discover now