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Ben, Beverly, Eddie y Richie bajaron del avión juntos. Los dos últimos estaban cansados, a comparación de Beverly y Ben los cuales tomaron apropiadamente su pequeña siesta en el avión.

Eddie Kaspbrak se talló los ojos somnoliento, bosteza mientras caminan con un par de grandes bolsas negras decorando su rostro. Richie estaba divagando en sus propios pensamientos al mismo tiempo que sentía extremo cansancio en su cuerpo.

—¿Les parece si dormimos? Quiero decir, podemos hacerlo cuando lleguemos al hotel—propuso Richie—, y en una semana nos encargamos de buscar el cadáver de Stanley.

—No es nuestra culpa que no aprovecharan a descansar —contestó Beverly —. Pueden comprar un café.

—Oh no, no puedo tomar cafeína, afecta en mi sistema —dijo Eddie.

—¿Porqué? ¿Te pones como un chihuahua?—pregunta Richie de broma, apretándole las mejillas a Eddie provocando que soltara un quejido de molestia—. Eds tan delicado cómo siempre.

—¿Te puedes callar la puta boca?—pregunta molesto tratando de apartarlo—.  Estoy de mal humor.

No mentía con estarlo, Eddie tenía un temperamento agresivo más de lo normal cuando no descansaba bien y esta vez fue su propia culpabilidad por estar dándole vueltas al asunto de Stanley le impidió dormir lo que necesitaba. Cuando se sentía en un terrible humor era casi imposible calmarlo hasta que tomara su preciada siesta, pero eso Richie no lo sabía.

—Aww que lindo, a ver, muérdeme.

—Te voy a morder el pene a ver si te gusta cabrón—gruñó Eddie, obligando a Richie en guardarse las palabras.

Beverly y Ben decidieron no meterse en su conversación porque todo el camino fueron un par de comentarios de Eddie sobre lo antihigiénica que era la gente al no usar guantes en seguridad después de tocar a varios pasajeros, o que saludaran sin haberse lavado las manos, la histeria de no haber tomado sus pastillas por perder la noción del tiempo en lo que duró del viaje.

Tuvieron que tomar un taxi hasta Derry, la ciudad perdida cómo decía Ben; porque sus recuerdos eran demasiado borrosos a lo que recordaba en realidad. Cualquier persona que regresaba o se quedaba en Derry cava su propia tumba, por eso todos se iban, obligados o no en algún momento su instinto les permitió sentir que en cualquier momento volverían a su verdadero hogar, aunque esperaba que no fuera a causa de una mala noticia.

Cuando llegaron al hotel fueron a sus habitaciones nuevas a dejar sus maletas, cada quien tomaría cuartos dúos en camas individuales, pero Eddie fue el primero en acostarse en la cama respectiva de Beverly al querer organizarse los tres últimos en saber cual habitación era la de cada quien, además de buscar el número de Bill Denbrough donde según a los mensajes de Mike se hospedaría, pero al parecer iba atrasado a su vuelo.

—Las personas famosas pueden hacer esperar al mundo si lo desean, ¿cierto Ben?—inquirió Richard sentándose al borde de la cama.

—No creo ser tan famoso cómo Bill, él tiene una carrera de escritor cómo de otra época—dijo Ben —. Yo solo trato de mantenerme al flote.

—Siento cómo si ya hubiéramos estado aquí antes—dijo Beverly al mismo tiempo que abría la ventana rota del cuarto.

—Es nuestro pueblo de niños, aquí nos hacíamos la vida una mierda si a eso te refieres—respondió el bocazas quitándose las gafas.

La pelirroja negó.

—No es eso Richie—dijo Bev—. Me refiero a... cómo adultos, a esta o casi la misma edad, que en verdad las cosas hayan resultado de otra manera pero de un modo u otro regresamos aquí, un ciclo.

Eddie abrió uno de sus ojos curioso por lo que decía su amiga. Aunque sonaba tan fantasioso los demás perdedores pensaron lo mismo al atravesar el cartel de Bienvenido a Derry, Maine. a lo largo de la carretera. Richie creía en los deja vú con momentos casi diarios, pero nunca más de pensar que estuvo aquí presente a su edad y al mismo tiempo que siglos atrás.

—Quizá... Solo estoy delirando—sonrió la chica—. Cómo sea, ¿llamaron a Mike?

—Estará aquí en diez minutos...—balbuceó Eddie casi consciente, aferrándose a la cadera de Richie cómo almohada—. Eso creo...

—Esperaremos aquí a Mike y Bill entonces—dijo Ben mirando al asmático—. Eddie, ¿sigues cansado?

—Solo necesito dormir un poco... —murmura cubriendo su rostro en las piernas de su amado—. Se me quitará cuando tome mi siesta.

—Cuidaré a este oso dormilón por ustedes—dijo Richie tomando las manos de Eddie—. Mike es quien más conoce Derry de nosotros, al menos que el chico porky tenga algo que decir.<

—La verdad... Me gustaría esperar a Mike, no le he puesto demasiado interés a Derry desde que me fui cómo todos ustedes—respondió Ben—. Necesitamos estar todos reunidos, ya saben cómo un buen grupo.

—Sin Stanley, vaya, pensé que los policías se encargaban de las desapariciones aquí, de seguro fue a buscar pájaros y se perdió en el bosque cómo todo un genio—supuso el bocazas en broma.

—Sea lo que sea no podemos irnos de aquí hasta saber que Uris esté bien.

—Lo sé, lo han recalcado todo el camino—rodó los ojos—. Quiero comer, ¿podemos pedir comida a domicilio en este pueblo? 

—Ni siquiera estoy segura si la señal de los teléfonos de aquí sea muy buena—dijo Beverly—. Apenas puedo recibir los mensajes de Mikey. 

 —No puedo esperarme mucho si las camas son absolutamente incómodas—Richie dio un movimiento brusco agitando la cama, Eddie soltó un grito pellizcándole el brazo—. ¡Oye!

—¡No hagas eso me provoca nauseas!—gritó el castaño fastidiado, soltándose de Richie y levantándose de la cama—. Olvídenlo, creo que optaré por el café dudo en querer descansar una eternidad. 

Antes de darle tiempo a los chicos a dudar sobre si en Derry tuvieran también servicio de café disponible en el hotel además de la comida, la puerta sonó repetidas veces en toques suaves, pensando pues, se trataría de algún trabajador del descuidado hotel que les atendiera a sus dudas sobre sus cuartos. Beverly se dirigió a abrir la puerta jalando el pomo a quien delante suyo se mostraba un hombre de casi la misma edad suya apenado.

—Lo siento, me dieron el cuarto equivocado—dijo sobándose la nuca cohibido revisando el pequeño papel que tenía en manos.

—¿Bill? ¿Bill Denbrough?—pronunció Beverly curiosa al observar sus rasgos meramente familiares.

—¿B-Beverly Marsh?—pregunta logrando que la chica asintiera, abrazándola casi veloz por su regreso. El delicado cuerpo de la mujer se levanta del suelo al ser cargada unos segundos—. Te extrañé m-mucho Bev.

La mujer suelta una risa y Ben fue el primero en carraspear con cierta molestia por lo apegados que estaban. Recibiendo la atención del tartamudo al cual duda en saber de la persona que se trataba, pero al ver a Richie y a Eddie igual a cómo los recuerda se mostró asombrado de tan repentino cambio.

—W-Wow, todos ustedes han cambiado—dijo Bill—. ¿C-Cómo han estado?

—Asustados Tartaja; aterrados, tenemos hambre y ahora que me doy cuenta a todos les pegó más la pubertad que a mi—manifestó el bocazas al mirar a sus amigos.

—B-Bueno, M-Mike está afuera y q-quiere que vayamos a c-comer todos juntos.

—Me parece bien—Beverly se acomodó el pelo—. Vamos chicos, nos hace falta.

—¡Gracias a Dios!—grita el bocazas jalando a Eddie del brazo camino a la puerta—. Vamos Eds, te pondrás tan fresco cómo una lechuga.

—Jódete Richard—frunció el ceño dejando que lo guiara hasta donde Mike los estaba esperando.




pink shirt.➸ reddie;Where stories live. Discover now